lunes, 24 de septiembre de 2007

Cuarta entrega. Hablando desde el otro lado de la casa

(Útil para los hombres)

En general cuando las mujeres hablan el lenguaje verbal contiene solo una pequeña parte de la información transmitida. Mucha información debes deducirla de sus gestos, expresiones, tonos de voz, inflexiones y un sinfín de otros aspectos. Nos pasa también a los hombres pero en ellas esta comunicación “integral” está especialmente desarrollada. No consideres que entender esto es especialmente meritorio. Es simplemente imprescindible para relacionarse con mujeres. Muchos hombres han podido ir adquiriendo destrezas en este campo, no sin esfuerzo, pero hay un segmento de la comunicación que aún nos está vedado a la mayoría de nosotros: el conocimiento de lo que están pensando. Una destreza que es exclusiva de las mujeres entre sí.

martes, 18 de septiembre de 2007

Tercera entrega. Doce cosas a la vez

(Útil para las mujeres)

Dicen que los hombres no podemos hacer dos cosas a la vez. No es cierto aunque tampoco es completamente falso. Los hombres podemos hacer muchas cosas a la vez, Por ejemplo: Nos anudamos la corbata mientras preparamos mentalmente los argumentos para la reunión de esta mañana. Cambiamos de marcha en el coche con el cerebelo porque se trata ya de un gesto automatizado, pero conducimos con el cerebro. Esto significa que una buena parte de nuestra atención mientras estamos al volante se “pierde” en la conducción misma. Puesto que nos complacemos en estar conscientemente atentos a la carretera y al tráfico es fácil que nos atrevamos a hacer una conducción más “activa” lo que para algunos quiere decir, lamentablemente, más agresiva. Pero ese es otro asunto.

lunes, 10 de septiembre de 2007

Segunda entrega. La velocidad infinitesimal. Mujeres de compras

(Útil para los hombres)

A las personas nos pasa algo parecido a los vehículos. Nos resulta muy difícil movernos mucho tiempo por debajo de un velocidad mínima. Quien haya conducido un deportivo o una moto de gran potencia habrá comprobado lo difícil e incómodo que es mantenerla al paso de burra de un atasco de la M 30.
Las mujeres, sin embargo, pueden moverse en un centro comercial, por ejemplo, o en una calle con escaparates, a una velocidad infinitesimal.