viernes, 28 de diciembre de 2012

Políticos y bicis


Las muertes de Victor Cabedo e Iñaki Lejarreta han puesto de nuevo de actualidad los accidentes de ciclistas. Así hemos sabido que en España en 9 años la siniestralidad en bicicleta bajó nada menos que un 39 por ciento. Pese a todo, en 2010 murieron 67 ciclistas. Demasiados, por supuesto, pero muchos menos de los más de 100 anuales que fallecían en los noventa. 

El caso de Lejarreta ha tenido gran impacto y hasta hubo una multitudinaria manifestación de bicicletas en homenaje al corredor y en justa defensa de los derechos de los ciclistas. Se ha reivindicado mayor respeto hacia quienes nos movemos en bici y se ha apuntado ¿como no? a la responsabilidad de "la clase política”. Parece que, al fin, los políticos nos resultasen al menos tan incómodos como útiles. De otra forma ¿cómo hubiéramos conseguido soslayar que los ciclistas también somos conductores (el 85% de los siniestrados tiene carnet) y que por fuerza entre los manifestantes tenía que haber muchos que algunas veces, o muchas, han pensado antes en su propia prisa que en el ciclista que les retardaba? Tal vez para no reconocer esa inquietante realidad es por lo que en seguida se apuntó hacia tan cómodos culpables ajenos.

A riesgo de ser impopular diré que la solución a este problema no va a venir de la Ley, del control o del castigo que se imponga sino que la traerá nuestro propio comportamiento.

Soy peatón, ciclista urbano, motero, conductor y viajero de transporte público, lo soy todo. Depende del día y como yo, millones de personas. Lo malo es que demasiadas veces supeditamos los derechos de los demás al vehículo que utilizamos en ese instante: queremos coches lentos cuando vamos en bici pero que no haya ciclistas que nos hagan esperar cuando conducimos. Queremos carreteras libres para apurar las trazadas en la moto (o incluso en la bici) pero despotricamos contra los moteros cuando éstos nos "achuchan" en las carreteras secundarias. Tampoco faltan ciclistas que protestan airados cuando un peatón (el débil) les obliga a frenar a ellos (los fuertes) en un carril bici urbano, con limitación a 10 km/h y obligación de timbre. Me alegra poder decir que no estoy entre esos.

A más ciclistas, menos accidentes. Cuando la bicicleta se consolida como un elemento más de la movilidad la velocidad de los coches tiende a ser menor y los accidentes disminuyen. O sea que lo que obra el milagro de la civilidad es la costumbre y nuestra propia actitud cotidiana, no nuestra policía.

Seguiré pateando mi ciudad, usando la bici, la moto o el coche pero pensando siempre que tengo los mismos derechos que los demás, sea al volante, pedaleando, asido al puño de mi “burra” o gastando la suela de mis zapatos. Respetar la ley pero también la cortesía es la vía que conviene tomar siempre, mucho mejor esa que descargar sobre otros nuestra propia responsabilidad como ciudadanos.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Triste época

Foto Diario de Navarra

La mitad de los inmigrantes que viven en Euskadi tiene entre 25 y 44 años, por tanto son personas jóvenes, normalmente sanas y obviamente dinámicas, puesto que asumieron riesgos al abandonar alguno de los 160 países de los que provienen. Al ser jóvenes y sanos utilizan los servicios de salud menos que los autóctonos, entre los que hay más gente mayor.

Se estima que en la época de bonanza pagaron en toda España al año unos 5000 millones de euros en impuestos y en torno a 3000 millones ahora que la crisis está expulsando a muchos de ellos. Es decir que pagan más que de sobra la atención sanitaria y los servicios sociales que ocasionalmente utilizan, con todo derecho.

Son datos de un estudio del Gobierno Vasco publicado el año pasado pero aún de plena actualidad y desmienten a quienes dicen que los inmigrantes son caros para nuestros servicios públicos y que abusan de ellos. Todo lo contrario.

Si no hubiera tantas personas inmigrantes necesitaríamos un sistema de atención pública muchísimo mayor y también más caro porque nos faltaría la ayuda de tantas mujeres y también el IVA que ellas mismas pagan cada vez que compran algo. Eso sin olvidar que la posibilidad de trabajar de muchas mujeres autóctonas depende de sus asistentas domésticas. No es un asunto solo de mujeres pero son ellas las principales protagonistas en ambos lados de esa importantísima realidad.

En 2011 eran un 6,6% de la población vasca, la inmensa mayoría está en situación legal (el 77%). Sin embargo los aborígenes tendemos a pensar que son el triple de los que realmente son y que su situación es de generalizada ilegalidad. Cosas ambas que no son ciertas.

Cuando los empleos se pierden, van a la calle como los demás, tal vez antes. Tienen menos red de apoyo familiar, claro está, y suelen acogerse a ayudas públicas, pero no se instalan en ellas a largo plazo. Los datos apuntan a que quienes así lo hacen suelen ser habitualmente ciudadanos de aquí de toda la vida.

Dicen que tener prejuicios es estar absolutamente seguro de algo que se ignora y las personas inmigrantes suelen ser víctimas de esa actitud así que hoy he querido repasar unos pocos datos para que usted se forme la opinión que quiera pero con algo más de información.

Se atribuye a Albert Einstein la frase "¡Triste época la nuestra! en la que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio". Puede que la atribución sea falsa pero la frase es muy acertada.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Millonarios nacionales



Corre por la red un vídeo de un conocido empresario y millonario norteamericano, Nick Hanauer, que contrasta vivamente con el discurso al que nos quieren acostumbrar aquí. Hanauer dice en su charla que “la gente rica, como yo, no crea empleo” que lo hace “la retroalimentación entre clientes y negocios”. Y dice, además, cosas como que “subir impuestos a los ricos es lo mejor para la clase media, para los pobres y también para los ricos”. Es muy interesante el vídeo, véanlo. Está también aquí.

No sé si los millonarios vienen con denominación de origen como pasa con los vinos, pero lo que es claro es que los grandes empresarios típicos de aquí no se parecen en nada a este señor. Estamos ahora siguiendo en los medios las andanzas de Díaz Ferrán y sus colegas, de sus trampas, de los pagos a políticos “cojonudos”, de sus evasiones fiscales, del uso de influencias públicas para hacer negocios privados, etc.

Y lo peor es que este señor no era un empresario más, sino que ha sido mucho tiempo el presidente de los empresarios de España, que le eligieron y le reeligieron para el cargo. Demasiados de su misma calaña hemos tenido y sus nombres le vendrán a usted a la mente fácilmente.

Hasta la asociación de empresarios de Euskadi CONFEBASK ha salido al paso para defender el buen nombre de sus miembros y denunciar el “injusto menoscabo” para su imagen que supone este caso.

Seguro que tienen razón, nunca he sido partidario del “todos son iguales”: ni para los empresarios, ni para los políticos, ni para los periodistas, ni para los hombres, ni para las mujeres tampoco, así que no tengo duda de que en España habrá empresarios que se parecerán mucho más a Hanauer que a Díaz Ferrán, como en Estados Unidos los habrá sinvergüenzas como éste, pero a uno le tienta pensar que los países tienen las dificultades que sus sociedades se merecen. Que, por ejemplo, allí donde los ricos respetan la Ley y piensan más a largo plazo, les va a todos mejor, incluso a ellos mismos. Y que, por el contrario, allí donde están dispuestos a todo para quedarse con todo y para conseguirlo ahora, el precio que se paga es enorme, y no me refiero a su encarcelamiento -claro- sino al futuro de un país entero y a su confianza en sí mismo. De entrada la confianza de los mercados en nosotros ya ha vuelto a caer, pero dicen que es por Italia y por su gran millonario nacional: Berlusconi. Eso será.

Publicado en Danok Bizkaia el 14 de diciembre de 2012

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Decepciones

Cotillas. Maite Benet

La cosa prometía. Unas chicas y algún chico mayores de edad pero jóvenes se habían hecho fotos “subidas de tono” (así lo decía la prensa). Y luego -castigo del destino por procaces- tales fotos habían acabado corriendo sin tasa en las redes sociales. Naturalmente que tan inmensa difusión resultaba reprobable pero, ya se sabe…el morbillo, las masas que diría Ortega…Además, al fin y al cabo el pecado del mirón anónimo resultaba venial en comparación con el cometido por los y las exhibicionistas.

Enseguida saltaron las alarmas. Los responsables universitarios, el Gobierno y la ertzaintza, se alarmaron, desmintieron, investigaron. La prensa y los medios se ocuparon con profusión y hasta surgió espontánea una manifestación de solidaridad con el derecho a la intimidad de aquellas chicas y chicos que nadie conocía directamente pero que todos tenían alguien cercano que los conocía de fijo.

Parecía que se quería llegar hasta el final y así ha sido. Todo era mentira, no hubo tales estudiantes atrevidos, todo era un montaje jugoso y atractivo, pero falso. El final ha resultado ser que esta sociedad tan moderna, tan descreída, tan tecnológicamente avanzada como nos gusta creernos, es igual de cotilla, ingenua, crédula y frágil que las de nuestras abuelos y bisabuelas, solo que entonces los bulos crecían más lentos.

Pero las ganas de creer en el pecado ajeno son hoy las mismas. La bola que crece imparable en cada boca-oreja, igual. La confidencia privada que no sale de Eurasia, idéntica. Solo la tecnología ha cambiado, pero para acelerar el proceso e incrementar, de paso, el bochorno social.

Como en todos los bulos de éxito, una vez pinchados queda ahora la incómoda sensación de tener que regresar avergonzados desde allí donde se llegó. Cuesta renunciar a aquello tan sabroso que se dio por cierto y más aún asumir el ridículo. Así que no crean, la cosa coleará y no les quepa duda de que se guardará más tiempo en la memoria la mentira estupenda que el humillante desmentido.

Me llegan malas noticias sobre Islandia, donde parece que los banqueros y políticos no están en la cárcel, como se decía, los bancos no han sido salvados pero por falta de dinero y no de ganas, la Constitución sigue congelada donde estaba y se comenta que el humorista que ganó la alcaldía de la capital empieza a perder la gracia.

Pero no tengo hoy ni más papel ni más ganas de causarles nuevas decepciones a ustedes, así que lo dejo ahí.

Publicado en Danok Bizkaia el 5 de diciembre de 2012

viernes, 30 de noviembre de 2012

¡Que sube el caviar!


Andan los bancos inquietos ante la presión social que hay respecto a las hipotecas. Las tímidas medidas que ha tomado el Gobierno para evitar solo una pequeñísima parte de los desahucios ya les parecen suficientes -“prudentes” han dicho- y temen que se quiera ir más allá.

Nos previenen del riesgo de tomar decisiones “en caliente” y de sus consecuencias. Tienen razón en que la precipitación no es buena consejera pero yo creo que hay ocasiones en que tampoco es bueno demorarse mucho: a veces sentarse a valorar con toda calma los pros y contras de cada matiz, impulsar estudios, probar simulaciones… puede terminar en desastre. Si tiene usted un amigo bombero o socorrista verá cómo se lo explica mejor que yo.

Pero sobre todo creo que equivocan el tiro cuando se preocupan porque la dación en pago u otros alivios puedan en el futuro hacer más inaccesibles las hipotecas a los jóvenes. Que estén plenamente tranquilos: las condiciones laborales y salariales de los jóvenes, salvo que mejoren enormemente, no les permitirán acceder nunca a hipotecas, ni baratas ni caras. Y los mejor preparados ya tienen como primera opción salir al extranjero así que, en su caso, será allí donde compren sus viviendas.

Yo que ellos me preocuparía antes por el empobrecimiento general de la gente, por la supresión de los servicios sociales y por la consiguiente destrucción acelerada de las clases medias, que eran las que sostenían el mercado hipotecario, la recaudación pública…y todo lo demás.

Sin ir más lejos, en pocas semanas los propios banqueros verán cómo miles y miles de sus propios trabajadores (los de las cajas de ahorros rescatadas por Europa de la ineptitud de sus gestores) se quedarán en la calle y supongo que con problemas para pagar un buen número de hipotecas que sus propias entidades les concedieron.

El problema no van a ser las hipotecas que no pueden cobrar hoy, ni las muchas más que tampoco podrán cobrar mañana, ni el año que viene ni el siguiente. El problema es que tan inmenso negocio se les ha ido por el desagüe porque su codicia y su irresponsabilidad les empujaron a ganar dinero a cualquier precio, incluso al precio del futuro de sus propios clientes, de su mercado y del país entero.

Las hipotecas del futuro van a ser casi como el caviar, para tan pocos que dará lo mismo si son más o menos caras; quien las contrate podrá pagarlas. No darse cuenta de ello me parece el último episodio de la incompetencia estratégica de los dirigentes de nuestro sistema bancario. Por ahora.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Mi lista “smart” de la compra


























Uno de los post más seguidos de este blog es uno que publiqué en abril de 2011, titulado “Ingenieros de la compra”. No tengo ni idea de por qué acumula tantas visitas pero eso es lo que dice el contador.

Entonces publiqué la lista/plano de la compra de mi amigo Jorge pero, visto el éxito, voy a poner hoy la mía, la que llevo al supermercado de mi barrio.

Es muy fácil de hacer incluso para alguien un poco torpe como yo. En mi caso opté por utilizar una hoja de Excel, que es un programa que entiendo, cosa que no puedo decir de muchos.

  • Primero hice en un papel, en el propio lugar, un plano genérico de los pasillos y de las góndolas, bien chapucero (da igual) 
  • Después, en casa, creé la hoja con los pasillos sombreados en gris (no se distinguen mucho en el escaneado pero sí en el papel) 
  • Una vez definidos los pasillos se entiende visualmente la estructura del supermercado y se pueden rellenar los productos que hay en cada lineal. 
  • Se guarda el documento, se imprimen una o dos hojas, se pegan en la nevera con un imán y ya está. 
  • Cuando tengo que ir a la compra cojo una hoja de la nevera y marco cada producto que necesito, como en ésta que veis. 
  • Si en plena compra veo un error o me da por anotar otro producto lo pongo a mano y luego modifico el documento en casa. 
Como veis, hoy he hecho compra. Como no pierdo el tiempo buscando nada ni retrocedo, he tardado menos en comprar que el cajero en cobrarme. Además ahorro dinero, porque evito pasear por el super explorando y cayendo en la tentación de comprar cosas innecesarias.

Es útil y ganas mucho tiempo aunque las dos o tres primeras veces te tengas que molestar con papel y boli. Ahí tenéis la idea.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Yo también te pido perdón

Pablo Iglesias

Soy militante socialista desde hace 35 años así que he tenido muchísimas ocasiones de equivocarme. Lo he hecho infinidad de veces y, ya que estamos a ello, voy a pedirte perdón yo también por algunos de esos errores.

  • Te pido perdón por haberte mentido tanto, diciéndote siempre lo que querías oír y no lo que era cierto. Te pido perdón por haber confundido la tarea de la política con la herramienta del marketing.

viernes, 23 de noviembre de 2012

320 papeles


No he podido poner ninguno de 500 porque nunca he tenido uno
Cuántas cosas están cambiando con esta crisis. El Presidente Rajoy nos anuncia ahora la inminente aparición en España de un nuevo tipo de de habitante, de un nuevo modelo de ciudadano: el “Conpapeles”.

Si hasta ahora se hablaba de “Sinpapeles”, en referencia a quienes huían de la pobreza y llegaban a nuestro país sin la documentación suficiente para contar con plenos derechos, ahora hemos sabido que el Gobierno se plantea crear una novedosa puerta de entrada. ¿Qué digo puerta? Arco del Triunfo, más bien, por el que entrarán desfilando con todos los derechos reconocidos instantáneamente aquellos extranjeros que puedan permitirse comprar un piso en España de más de 160.000 euros, o sea 320 papeles de 500€ cada uno o 32.000 papeles de 5€.

Pero no crea usted que se trata de una novedad. ¡Qué va! Esta medida de los 320 papeles entronca perfectamente con las más rancias tradiciones hispanas. Los mayores de mi familia aún recuerdan que, en su niñez, quienes pagaban bulas a la Iglesia quedaban eximidos del ayuno y de otras penitencias que se imponían al común de los mortales. Las bulas eran también papeles. En los antiguos reynos de las Españas, los papeles de banco sirvieron para comprar títulos de nobleza, que entonces suponían la apertura instantánea de las puertas públicas, cerradas al común de la gente.

En la Costa del Sol a los inmigrantes con chilaba que traen los maletines llenos de pequeños papeles de color verde nadie los desprecia como sí se hace con los vestidos también con chilaba pero que no aportan tales papeles. No es la chilaba, ni el idioma, ¡que son los papeles oiga!

Ya ha dicho el Gobierno que tal medida tendría por objeto dar salida al erial inmobiliario que nos ha dejado la locura del ladrillo y se comenta que los inmigrantes más interesados podrán ser chinos y rusos. ¿Vendrán los desahuciados de Chernobil o se parecerán más al ciudadano chino que tenía en Fuenlabrada tantos papeles que los transportaba en carros de supermercado?

Ya puestos, propongo que si además de un piso compran también un local y ponen un bar a ellos sí les permitamos fumar en él, como al Sr. Adelson en Eurovegas; todo en deferencia por su generosidad con los papeles. Ya estoy viendo de nuevo hincharse la burbuja y al País renacer como Ave Fénix sobre las cenizas de la dignidad de sus ciudadanos y de la vergüenza de su gobierno. ¿No empapelarán a alguien por esto?


Publicado en Danok Bizkaia el 23 de noviembre de 2012

viernes, 16 de noviembre de 2012

27 de 75 votos


Escaño del Parlamento Vasco
Es imposible que Patxi López gobierne con 25 de 75 parlamentarios”. Cuando Antonio Basagoiti retiró su apoyo al Gobierno al Lehendakari socialista la imposibilidad de que López siguiera como Lehendakari se convirtió casi en un mantra de tanto como se repetía una y otra vez en declaraciones y artículos.

Por mucho que el último y supuestamente agónico tramo final discurriese con sorprendente normalidad (los socialistas apenas perdieron 3 ó 4 votaciones menores de más de 60) lo cierto era que en aquella situación López no podía presentar un presupuesto, que es el guión básico y fundamental de la acción de cualquier Gobierno, y menos podía hacerlo en unas circunstancias tan difíciles y graves como las que estamos viviendo. Con solo 25 de 75 votos era imposible y su debilidad le aconsejo convocar elecciones.

Sin embargo ahora nos encontramos con que Urkullu va a formar Gobierno (y a preparar un presupuesto) con 27 de 75 parlamentarios. 27 son más que 25, pero es obvio que la misma debilidad que tuvo López al final de su mandato la va a sufrir el nacionalista desde el minuto uno del suyo.

Y no crean que es asunto menor. La política no es sólo el vistoso espectáculo de las elecciones, ¡qué va! Resulta que después, con el resultado y con las mayorías que salen de las urnas, hay que tomar decisiones, siempre complejas y difíciles pero más aún ahora.

A López se le insistió en que con aquellos 25 de 75 no podía seguir “ni un día más”. En unas semanas tendremos un gobierno que habrá cambiado los 25 por los 27. Sin embargo es lo que hay porque el PNV no ha sabido o no ha querido pasar por el trago incómodo de acordar para asegurarse así una mayoría suficiente.

Como consecuencia no tendremos, ni de lejos, ese tan necesario “gobierno fuerte” al que se apelaba hace pocas semanas. Todo lo contrario, nos tendremos que arreglar con el gobierno más débil y con el Lehendakari que menos apoyos habrá tenido desde Garaikoetxea.

A López le faltaron 13 votos al final, a Urkullu le faltarán 11 desde el principio. Tengo curiosidad por saber cómo lo va a hacer y también qué van a decir ahora aquellos que con tanta vehemencia denunciaban la insostenible minoría del socialista.

Publicado en Danok Bizkaia el 16 de noviembre de 2012

sábado, 10 de noviembre de 2012

MANIFIESTO CONTRA EL DESPOJO INMOBILIARIO

Reproduzco, con su permiso expreso, las palabras y la propuesta que mi amigo Rafa Iturriaga publicó en un post  hace unos meses pero que estos días es de repugnante actualidad.

Dice cosas como estas:

NO COMPRAR PISOS A LOS BANCOS
Los bancos están anunciando con total descaro que sacan a la venta, entre otros, los pisos que han embargado a la pobre gente que no ha podido pagar sus hipotecas y que lo hacen baratito e incluso con facilidades de financiación.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Obama. Política de otros colores

Mitt Romney. Foto La Vanguardia

Barack Obama seguirá siendo Presidente de los Estados Unidos. Es verdad que el enorme espectáculo de la política americana nos ha llegado siempre pero también es cierto que en esta ocasión hemos tenido un especial interés a juzgar por los enormes espacios y programas dedicados en los medios a la campaña y a la propia elección. Puede que sea por el propio carisma del Presidente o tal vez porque buscamos al otro lado del mar un modelo político y económico alternativo al triste y desolador que nos ofrece Europa para salir de esta crisis. Quién sabe!

Lo que no me negarán es que tanta pasión de ahora contrasta con la actitud tradicional que muchas personas progresistas solían tener respecto a la política americana, sobre la que acostumbraban a hacer comentarios displicentes, emitidos desde una actitud de superioridad arrogante y engreída que a duras penas podía ocultar su extrema ignorancia de la compleja sociedad americana.

Y esa sociedad compleja es, precisamente, la que ha demostrado que los viejos tópicos están llenos de grietas, que ya hay muchos americanos que no se creen aquello de la América libre de hombres libres que buscan y encuentran su oportunidad. Los jóvenes, las mujeres, los urbanitas, los negros y muy especialmente los hispanos le han dado la victoria a Obama. Es decir justo los que se saben excluidos de la épica del hombre hecho a sí mismo que no necesita del Estado y se basta con su rifle. Justo esos.

Las sociedades cambian lenta pero inexorablemente. Las crisis no solo afectan a la economía sino que también están en la vida cotidiana, sobre todo en sociedades tan dinámicas y tan plurales como las que vivimos allí y aquí. Cambios que –atención- hacen que las viejas ideas ya no signifiquen nada para muchísima gente. Obama es un gran líder pero no es él quien ha traído el cambio, es el cambio social lo que lo ha traído a él.

Hemos visto que en América los demócratas han sido capaces de conectar con esa sociedad que evoluciona, mientras que los republicanos se han quedado con sus viejas historias de siempre. Veremos aquí, en nuestra tierra, quiénes son capaces de entender los cambios sociales que también están pasando a nuestro alrededor y quiénes prefieren quedarse sentados en sus rancias pero confortables certezas. Al loro.

Publicado en Danok Bizkaia el 9 de noviembre de 2012


viernes, 2 de noviembre de 2012

La culpa es del IVA


“La subida del IVA desploma el consumo”. “El IVA da la puntilla al comercio”. ”La subida del IVA hunde al minorista”. Son titulares recientes. Parece que ya ha aparecido el culpable de las penas de nuestros comerciantes, ya sabemos sobre lo que disparar. Hemos hallado enseguida la simple y confortable explicación de al menos esa parte de nuestras penas: ¡Ha sido el IVA!

Las soluciones rápidas y sencillas tienen enorme éxito entre nosotros. No debe extrañar; siempre será más fácil adelgazar tomándose una pastilla que tener que pasar por el largo y agotador proceso de comer menos y sudar más. Con los problemas pasa lo mismo: encontrar un culpable y señalarlo es tan tranquilizador que nadie se resiste a hacerlo: “Muerto el perro se acabó la rabia”, decía el viejo refrán.

Sin duda la espectacular subida del impuesto que mejor conocemos todos no habrá ayudado al negocio de los tenderos (caída del 10,9% de ventas respecto a setiembre 2011) pero la realidad es que, mes tras mes, ya llevan soportando 4 años de caídas en las ventas. Algo tendrá que ver nuestro odiado IVA pero sin duda hay mucho más. Por supuesto que lo hay, solo que es aún más incómodo y doloroso que el footing o el gimnasio.

Más inflación, rebaja de los salarios ya bajos, aumento de los precios de transporte, copago sanitario, reducción de becas, menos actividad económica y más incertidumbre, una de cada cuatro personas que quiere trabajar no puede hacerlo, no hay crédito pero sí desahucios, las familias empiezan a reducir su consumo incluso en alimentación básica (donde el IVA se mantiene, por cierto).

No es el IVA. Es mucho peor. Es la desconfianza y la pobreza. La de quienes ya la sufren y la de quienes temen caer en ella. Los servicios públicos que hoy se destruyen no solo atendían a los más desafortunados sino que eran la red que permitía a la clase media seguir siéndolo y por consiguiente seguir siendo también consumidores. Ahora los suprimen porque dicen que son caros pero hoy pagamos más impuestos y no menos. Sin embargo vamos perdiendo aquel colchón público que, en caso de necesidad, nos protegía. Es una sociedad que hiberna, que se cierra, en donde el grito y la protesta conviven con el miedo.

Hace meses escribí en esta misma columna que quienes aplaudían entonces fervorosos las reformas tal vez necesitasen las manos para cavar las tumbas de sus negocios. Pero como todo esto es muy incómodo y a nadie gusta ser agorero, huyamos de la realidad y vayamos todos juntos, y yo el primero, con las teas encendidas a por el malvado IVA: ¡Ha sido el IVA!...¡Ha sido el IVA!...¡A él!...¡Que no escape!

viernes, 26 de octubre de 2012

Que España funcione

© Manuel López. Madrid, 1977


Cuando en los 80's la izquierda accedió al Gobierno de España por primera vez le preguntaron a su entonces candidato Felipe González en qué consistía "el cambio" que propugnaba su campaña y él respondió "el cambio es que España funcione". Ganó las elecciones.

España empezó, efectivamente, a funcionar pese a que nos encontrábamos en una crisis enorme y con una inflación desbocada. Aun así, se reconoció el derecho de todas y todos a la educación y a la salud (hasta entonces eran servicios pero no derechos) se hizo una dolorosa reconversión industrial, se reformaron las leyes y se impulsó la construcción del Estado autonómico. España entró definitivamente en la OTAN y más tarde en la Unión Europea. No fue un camino de rosas pero España empezó a funcionar como un país normal, que era lo que muchos envidiábamos: la simple pero valiosísima normalidad. Hubo hasta momentos cumbre, como la Expo o los Juegos de Barcelona. Se llegó a decir en Europa que los españoles éramos los "alemanes del sur".

Hoy la desafección popular tiene que ver, precisamente, con que España ha dejado de funcionar. Cierto es que por fin estalló la burbuja inmobiliaria y nos destapó la mentira que todos sospechábamos. No menos cierto es que el resto del mundo vivía de otras mentiras financieras que también estallaron pero lo evidente ahora es que con los mimbres que nos quedan hay que pensar en hacernos otra cesta diferente, pero es seguro que tenemos que construirnos una y que no podemos renunciar al futuro.

No puede ser que la izquierda se considere ajena a las formas de creación de riqueza y se preocupe solo de su reparto equitativo, no puede ser que la derecha crea que salvará al país destruyendo su clase media. No puede ser que esa misma clase media ignore que los servicios públicos que paga son justo los que le permiten no caer en la miseria cuando vienen mal dadas. No puede ser que la primera opción de nuestros universitarios sea irse fuera. No puede ser que consideremos cualquier impuesto un abuso. Desde luego que no animaremos a las personas excelentes a que sustituyan a los actuales políticos gritando consignas insultantes contra todos porque creerán, no sin razón, que solo buscamos carne fresca para alimentar la demagogia callejera y mediática.

Revisemos nuestros partidos, todos. Repensemos las estructuras territoriales que en su momento nos sirvieron. Podemos empezar por buscar más la verdad y menos el titular, por escuchar más a los que hablan y menos a los que gritan. Hay gente cabal en todas partes. En las universidades hay mucha, en las empresas bastantes, en la banca aún quedan, en el funcionariado hay gente extraordinaria y también hay materia gris -por supuesto- en los partidos y en los sindicatos. Incluso ahí.

Este no es ya el tiempo de Adolfo Suarez o de Felipe González. Es el nuestro. Tendremos que revisar sus decisiones y adoptar las nuestras pero lo que no podemos permitirnos es que España siga sin funcionar. Por favor no nos creemos ahora una nueva burbuja pero ésta de tristeza.

Publicado en Danok Bizkaia el 26 de octubre de 2012

25 de octubre. Día de San Crispín

Batalla de Agincourt. Miniatura S XV

Me recuerda mi compañero José Antonio Delgado que hoy, 25 de octubre, no solo ha sido el día de Euskadi sino también el día de San Crispín, en el que franceses e ingleses se enfrentaron en la batalla de Azincourt (o Agincourt), que nadie como Shakespeare inmortalizó en su obra Henry the fifth.

El Estatuto que votamos democráticamente aquel día es el acto fundacional de la Euskadi que conocemos y el inicio definitivo de nuestro autogobierno democrático (porque hay otros).

Entonces el pueblo vasco consiguió su propio Parlamento (que hemos renovado hace días), su Gobierno, sus instituciones y su misma existencia como realidad política. No hay fecha más importante en nuestra historia y justo es que así se recuerde. Fue el Estatuto y ninguna determinación telúrica lo que hizo del País Vasco un entorno político y un espacio de reconocimiento mutuo y de convivencia.

Fue, por tanto, un acto cívico y no un mito lo que nos hizo sociedad. Y quienes tuvimos la ocasión de estar allí tenemos derecho a conmemorar aquel momento con orgullo. Si alguno es amante de la épica, puede aprovechar la coincidencia de fechas y sentir que perfectamente podría ser él o ella uno de aquellos soldados del rey inglés a los que dirigía la famosa arenga:

Nosotros pocos, felices pocos, nosotros, grupo de hermanos;
Pues el que hoy vierta conmigo su sangre
Será mi hermano; por villano que sea,
Este día le hará de noble rango:
Y muchos caballeros de Inglaterra, que ahora están en la cama
Se considerarán malditos por no haber estado aquí,

Igual que en Azincourt aquel 25 de octubre de 1415, en Euskadi la sangre y el miedo también han estado presentes en una batalla victoriosa al fin como aquella, pero que ha durado mucho más. A quienes lucharon por nuestra Euskadi democrática entonces y durante todos estos años; Agur eta Ohore.





viernes, 19 de octubre de 2012

Usted decide


Atribuyen a Winston Churchill la cínica expresión “la democracia es el peor sistema político…si exceptuamos todos los demás”. Efectivamente la democracia es un método de gobierno que, de entrada, nace de la desconfianza profunda en el ser humano. Ya empezamos mal ¿verdad?. Pues así es. La democracia desconfía tanto del gobernante que le pone constantes barreras y controles, desde los parlamentos a las leyes, pasando por la justicia, la opinión libre y la prensa. Pero no contenta con eso obliga al dirigente a pasar reválida cada tantos años, demasiados para aguantar algunas decisiones y demasiado pocos para juzgar otras más profundas. En efecto: un desastre, como decía Churchill.

De tan desconfiada como es, la democracia corre el riesgo cierto de no elegir a los mejores, o peor aún, de expulsarlos cuando estaban a mitad del buen camino. Es un precio alto que pagamos a cambio de evitar cualquier tiranía. La imperfecta democracia sacrifica la brillantez del líder indiscutible y apuesta por la insegura inteligencia colectiva, a sabiendas de que tropezará en muchas ocasiones.

Todas estas taras evidentes chocan con el confortable mito de que la democracia ha de ser siempre un paraíso político y social. Y como a nadie le gusta que le desmonten los mitos muchos han reaccionado sustituyéndolo por otro mito aún más asombroso e insostenible: que si no participan en esta defectuosa democracia y si manifiestan su descontento no votando, las decisiones no se tomarán, que el sistema les esperará a ellos y que la democracia se regenerará sola para que vuelvan a brillar la felicidad, la prosperidad y la justicia.

Nada de eso va a ocurrir, por supuesto. El sistema democrático solo cambiará mediante el voto y yo prefiero sumarme al cinismo del mandatario británico para recordar que, sean unas u otras, hay muchas decisiones que tomar. Así que yo no voy a renunciar jamás a manifestar mi opinión, no permitiré que las decisiones que se tomen se hagan sin contar con mi opción, sea al fin mayoritaria o no lo sea. Por eso pasado mañana iré a la urna. Y si usted no acude las decisiones se tomarán sin contar con usted, pero se tomarán, de eso que no le quepa duda. Usted decide.

Publicado en Danok Bizkaia el 19 de octubre de 2012

jueves, 11 de octubre de 2012

Espíritu de pobre


Hubo un tiempo en que parecía que el honor de nuestro país se medía por la calidad del zumo de naranja de su aerolínea de bandera. La indignación y los chistes sobre aquel refresco que nos ofrecían gratuitamente eran constantes y crueles, pero sobre todo denotaban un concepto del avión como un espacio en el que el pasaje sentía que tenía derecho indiscutible al lujo.

No parece que hayamos cambiado mucho. Ahora que el avión es enormemente popular y que hay compañías que ofrecen viajes a precios no ya bajos sino asombrosamente ridículos, la manía de valorar el vuelo por su catering parece que se mantiene absurdamente intacta y, claro, las muestras de indignación se han hecho más habituales y virulentas. Tanto es así que un puñado de incidentes menores en una aerolínea low cost han hecho pronunciarse incluso a miembros del Gobierno, silenciados en cuando se conocieron que los datos estadísticos eran iguales o mejores que los de los grandes operadores.

Hay quien se subleva porque sólo le dejen llevar en la cabina una única maleta, pese a que se lo hayan explicado antes con todo detalle. Cuando he viajado en compañías baratas y cuando lo he hecho en las que me han cobrado 10 o 15 veces más por el mismo viaje yo no he apreciado las asombrosas diferencias en el espacio entre asientos que otros denuncian airados, todos me han parecido igualmente estrechos. Conozco a quien le enfurece sin límites tener que imprimirse la tarjeta de embarque en su propia impresora pero que no duda en pasar a papel hasta los e-mails.

Confieso que me sorprende que me cobren una alta comisión por pagar con tarjeta de crédito aunque con todo, el viaje siga siendo barato. Por el contrario, aprecio la tranquilidad y falta de estrés de los pequeños aeropuertos de segundo orden y la rapidez de embarque en vuelos en los que apenas hay que tramitar maletas. Desde luego prefiero la fría y austera eficiencia de unos a tener aguantar horas de retraso de otros, aunque alguna vez haya sido lujosamente atendido en la VIP lounge (para una vez que va uno en business)

Debo tener espíritu de pobre porque no me ofende pagar el periódico cuando me cobran mucho menos por el viaje en el que alguna vez incluso he llegado antes de la hora. Y ya para colmo, les confieso que a mí no me disgustaba aquel zumo. Lo dicho: un pringao.

Publicado en Danok Bizkaia el 11 de octubre de 2012

viernes, 5 de octubre de 2012

Daños colaterales


ABAO
El terrorismo vasco utilizó a menudo la expresión que da título a este artículo para tratar de justificar las heridas o la muerte de personas que, o bien pasaban por ahí al estallido de una bomba, o que “arteramente” vivían en las mismas casas-cuarteles que sus familiares guardias civiles y, consiguientemente, morían por ello. De entre las muchas indignidades que formaron parte del lenguaje político vasco hasta hace menos de un año ésta de los “daños colaterales” será una más de las muchas que nos causarán vergüenza colectiva como pueblo. Todo llegará.

Pero hoy apelo a ese concepto a cuenta de los “destrozos” que la crisis está causando en otros aspectos de la vida menos apremiantes que la creciente pobreza de las familias y que, por eso, pasan más desapercibidos.

Reconozco que, en medio de tanta escasez, es muy difícil justificar el uso de dinero público para sostener la cultura, sobre todo cuando ésta se percibe con especiales tintes elitistas. Es el caso de la Quincena Musical Donostiarra, que ya no tendrá ayuda alguna del Ministerio de Cultura, o de la Temporada de Ópera de la ABAO, a la que se le recorta nada menos que el 71,5% de la subvención que le venía aportando el Gobierno de España.

Contrariamente a lo que mucha gente cree, la extraordinaria temporada de ópera en Bilbao se sostiene muy mayoritariamente por sus propios medios económicos (entradas, abonos y patrocinios privados) y las ayudas suponen menos del 30% del presupuesto. Pero también es cierto que un recorte brusco, de hoy para hoy, del que siempre ha sido su principal patrocinador, pone en riesgo serio la continuidad de una manifestación cultural tan destacada. Si a esto añadimos la subida de 8 puntos en el IVA y la previsible caída en el gasto de las familias aficionadas (que en absoluto se corresponden con la tópica imagen del potentado de chistera y bastón de plata) tenemos todos los ingredientes para que Bilbao y San Sebastián se hagan ciudades más pequeñas y provincianas al perder una parte de su histórica y valiosa herencia cultural.

Son los daños colaterales de la crisis a los que me refería. En medio de la emergencia comprendo que a pocos les importe que el “lujo” del arte sea el primero en caer, pero temo que detrás de él puedan caer también el “lujo” de la salud, el “lujo” de la educación pública, el “lujo” de la libertad y, al fin, el “lujo” de la esperanza.

Cuentan que Sócrates, prisionero en Atenas y a punto de ser ajusticiado, quiso aprender a tocar la flauta. Tal vez porque sabía muy bien que la música, el arte y la cultura en general es aquello que nos hace auténticamente humanos y de esa forma demostraba que él ni por un momento consintió en dejar de serlo. Ya veremos si aquí somos capaces de entenderlo también así.

Publicado en Danok Bizkaia el 5 de octubre de 2012

viernes, 28 de septiembre de 2012

La ley del más fuerte


Para que alguien pueda imponerte una conducta necesita, de entrada, ser más grande o más fuerte que tú. En caso contrario tendrá muchas dificultades para conseguir que hagas algo que no harías de forma voluntaria. Comprendo que suena un poco salvaje pero así ha sido siempre, lo es ahora y lo seguirá siendo.

Descartada la seducción, que trata de despertar tu propia voluntad, los Estados Nacionales que conocemos (democráticos o no) nacieron para que existiera una autoridad colectiva y reglada que fuera más fuerte que la de los particulares y así poder imponer normas y establecer reglas. Max Weber lo describió como el “monopolio legítimo de la violencia y de la coacción”. También esto suena terrible pero no por ello es menos cierto.

Los mercados, que son ahora mundiales, instantáneos y cuajados de intereses privados, se han hecho ya demasiado grandes y poderosos para que ningún Estado les tosa, ni siquiera los más consolidados. Ellos ponen sus normas, o sea sus no normas, deciden lo que les importa y lo que no y toman sus decisiones, a veces en segundos, sin otro límite que su deseo. No hay leyes en el planeta que deban respetar porque no hay nadie en el planeta más fuerte que los propios mercados. La consecuencia es el espectáculo de desorientación que están dando incluso los gobiernos de países que fueron poderosos. Del nuestro mejor ni hablamos, que ya he escrito bastantes crueldades es un texto tan pequeño.

Quienes siempre quisieron crear Estados Nacionales a su medida; más pequeños y familiares, más uniformes, menos plurales y -dicen- más “auténticos” están presentando ahora su vieja aspiración como salida a los desastres de la crisis. El último ejemplo es Cataluña. No criticaré yo los sentimientos legítimos de nadie pero es evidente que, tratándose de la economía, si los grandes Estados ya no son suficientemente poderosos para imponerse al capitalismo especulador mundial, el camino para defender los intereses de la gente normal debería ser crear algo que sea más fuerte que los mercados, que pueda imponerles normas como hacen los Estados actuales con nosotros. Y para eso habría que acelerar la creación de, al menos, una Europa más unida, compacta y poderosa y no trocear los Estados actuales.

Sin duda podremos discutir con todo respeto sobre identidades, culturas, idiomas, tradiciones…pero la economía y la crisis por favor que ni las nombren, que a la gente ya la han engañado bastante.
Publicado en Danok Bizkaia el 28 de setiembre de 2012

viernes, 21 de septiembre de 2012

Respeto, memoria y olvidos

Foto El Mundo

Los grandes protagonistas históricos de la que se llamó Transición Española nos van dejando por ley natural. El martes supimos que había fallecido Santiago Carrillo y los medios se han llenado estos días de epitafios y reseñas sobre su incansable, compleja y, por eso mismo, controvertida biografía.

Es probable que muchas personas jóvenes que lean estas líneas no conozcan ni la figura ni la trayectoria de un hombre que protagonizó casi un siglo de historia de España. Si es así, les recomiendo que aprovechen la ocasión de informarse en los numerosos repasos históricos y políticos que todos los medios están haciendo con motivo de la muerte del líder comunista.

Verán que en esos 97 años de historia que Carrillo vivió, España ha sido escenario de grandes avances y de terribles desgracias. Leerán acerca de su impagable contribución a la recuperación de la democracia en España, de su valentía ante los golpistas, de su compromiso con las libertades y contra el fascismo (no el del insulto callejero, sino el de verdad) y también sabrán de su evolución heterodoxa dentro del comunismo. Y, por supuesto, leerán acerca de sus errores, particularmente sobre aquellos vinculados a una guerra en la que nuestros abuelos se mataron unos a otros con gran crueldad y en la que él participó activamente, del lado del bando legítimo, por cierto.

Ante la muerte suele ser norma referirse sólo a los momentos más admirables de la persona fallecida y dejar de lado lo desagradable pero estoy viendo que tal cosa no va a suceder con Carrillo. No me parece mal que así sea, porque creo que es bueno saber que todos aquellos que han tenido una responsabilidad importante en la torturada historia de España se han visto arrastrados alguna vez por sus luces y por sus sombras. Pero ese valioso ejercicio de ecuanimidad histórica me resultaría más creíble si algunos que con tanto detalle recuerdan aún hoy lo ocurrido en plena guerra no hubieran olvidado tan convenientemente las muchas y muchísimo más recientes sombras de otros grandes políticos fallecidos, sin duda tan valiosísimos como el propio Carrillo para nuestra democracia, pero que en tiempos también muy negros para España impulsaron la tiranía y la muerte, doblegaron a los humildes desde el poder y pelearon contra la libertad de todos.

Mostremos nuestro respeto por todos los muertos, especialmente por aquellos de cuyas largas y complejas vidas podemos aprender algo. Tengamos memoria para que no nos arrastren los errores terribles de nuestra historia, pero jamás aceptemos el olvido selectivo, consciente y culpable que los indignos nos quieren imponer.

Publicado en Danok Bizkaia el 21 de setiembre de 2012

sábado, 15 de septiembre de 2012

Cataluña tiene un problema


En relación con la manifestación independentista de la Diada quizás convendría poner un poco de hielo para rebajar el calentón general que parece que se está produciendo.

Aclaremos que la manifestación ha sido muy multitudinaria y que merece ser tomada en serio sobre todo porque, siendo tan masiva, ha resultado bastante más nítida y concreta en sus reclamaciones de lo que haya sido antes ninguna otra. Los muchísimos miles y miles de asistentes querían un Estado independiente y separado de España y se les entendió muy bien cuando lo dijeron, sin titubeos ni matices.

Tan nítida ha sido que le ha pasado por encima al Presidente Mas, que se ha quedado descolocado allí con su pacto fiscal temblándole en la mano y sin saber muy bien cómo evitar que se le derramase mientras se subía al huracán que habían planteado sus compañeros de viaje independentista.

Después de tantos siglos de formar parte fundamental del país, el movimiento de desafección manifiesto de buena parte de los catalanes es, desde luego, un problema muy serio para el resto de España pero es una auténtica bomba social y política para Cataluña, que es la que va a sufrir los problemas más graves en su propio tejido humano, empresarial, económico y también cultural. Por mucho que diga Mas, que se equivoca también en eso, la pelota está ahora en el tejado del independentismo. Y no va a bajar sola.

Planteado ya con toda claridad que su objetivo es la separación, están ahora obligados a explicarles cuidadosamente al resto de catalanes que no fueron a la manifestación -sobre todo a ellos pero de paso también al resto de españoles- cómo se sustancia el proceso de gestación de la Cataluña independiente que desean y cómo será ésta una vez en marcha. Están en su derecho de querer irse y ningún Estado democrático puede negarse a escucharles del mismo modo que ellos no pueden tampoco negar a los catalanes no independentistas una explicación detallada y concreta de qué clase de país les proponen compartir con ellos en caso de que su sueño salga adelante.

Y no estoy hablando de economía, que también, sino de nacionalidad y ciudadanía compartidas o no, de sufragio universal o no, de cómo se articularían los derechos a la identidad, culturales y lingüísticos de los catalanes que querrán seguir siendo españoles y no por eso dejar su tierra, de qué tipo de relación desean tener con la España a la que aquellos se sentirán vinculados… mil cosas. Y todas ellas deberán explicarlas con sumo cuidado, detalle y honestidad porque los antecedentes de países creados en contra del sentimiento de buena parte de sus habitantes han acabado todos como el rosario de la aurora.

Por eso es muy preocupante que parezca como si esta tarea se diera por hecha y que el siguiente paso fuera ya simplemente hablar con España en nombre de “toda Cataluña” para ver cómo se sigue adelante con sus planes. No puede ser. La etapa de explicación y “seducción” de los millones de compatriotas que no son hoy independentistas no solo es ineludible sino que será la más larga, compleja y difícil de todas. Y la más decisiva para que el resto del mundo al que quieren pertenecer se convenza de que esta vez no se repetirán los episodios de secesión que hemos conocido hace no tanto en Europa.

Mucho antes de hablar de la liquidación ordenada de los bienes vinculados durante siglos con el resto de España, de los servicios e infraestructuras comunes o de la Unión Europea, del euro y -¡por favor!- del Barcelona y sus ligas, hay que empezar con lo más importante: aclarar y traducir al papel y al compromiso concreto la emoción de la Diada 2012. Y que se entienda todo tan bien como el se les entendió el pasado día 11. Aunque pasar de las musas al teatro no será cosa sencilla, así que paciencia.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Cierran Garoña… sin querer


No deja de tener su guasa que haya tenido que venir un gobierno de derechas para que la central nuclear de Garoña cierre para siempre. Desde finales de los 70´s del siglo pasado, Garoña ha sido blanco de infinidad de movilizaciones, marchas y protestas. La central es antigua, desde luego, pero ha demostrado una indiscutible resistencia, no solo contra los peligros inherentes a su propia actividad sino también contra el acoso del movimiento ecologista (que entonces se llamaba directamente antinuclear). Superó el paso de una dictadura a una democracia, aguantó gobiernos de uno u otro color y las polémicas consiguientes. Y en los últimos años hasta ha sobrellevado el desprestigio que le acarreó el accidente de su gemela en Fukushima.

Todo lo ha soportado estoicamente Garoña, todo menos un cambio aparentemente menor en la política energética impulsado por el Gobierno Rajoy. ¡Qué cosas! De nuevo la contabilidad vence a la épica. Lo que fue imposible tras décadas de manifestaciones, críticas y ruidosos debates políticos, lo ha conseguido en un pispas un ministro y un partido que, paradojas del destino, se habían manifestado con vehemencia a favor de la continuidad de la central. Tanto era así que el ministro Soria ha confesado en rueda de prensa que la decisión de la empresa de abandonar su actividad le ha pillado completamente por sorpresa.

Convendría que aprendiésemos de esto alguna lección; que fuéramos mucho más conscientes de que la política es el difícil arte de establecer buenas reglas de juego para sociedades complejas como son las nuestras. Un político solvente debería ser capaz de prever que cuando toma una decisión, o la contraria, algunas consecuencias puede que sean distintas a las que pretende de entrada: Si encarecemos el acceso a la educación, sin duda reduciremos gastos pero deberemos asumir que habrá más gente expulsada del sistema, que se buscará la vida en la calle… y que algún día todos pagaremos un precio por ello. Cobrando los medicamentos a los jubilados crónicos ahorraremos algún dinero hoy que seguramente tendremos que gastar multiplicado mañana, cuando muchos de ellos acudan a urgencias. Y como estos ejemplos, cientos. Garoña es solo uno más.

Son precisamente las decisiones que parecen pequeñas las que tienen consecuencias más profundas y duraderas. Esa es la verdadera esencia de la política y su auténtica dificultad. La pasión por las soluciones inmediatas y milagrosas puede que resulte grata para una sociedad que parece necesitar que cada día sea un espectáculo, pero es uno de los caminos que nos llevan al seguro deterioro de la política, de su utilidad y -claro- también de su credibilidad. Un ministro no puede decir, como hace mi niña: “Ha sido sin querer”.

Publicado en Danok Bizkaia el 14 de setiembre de 2012

sábado, 8 de septiembre de 2012

El miedo y el mercado


Regresados del verano tanto este periódico como quienes todavía hemos podido pagarnos unas vacaciones, retomo la columna con una reflexión de plena actualidad. ¿Prestaría usted su dinero a alguien que cada día que pasa es más pobre? ¿Le consolaría mucho saber que, aunque no recuperará el dinero, su deudor lo va a pasar fatal?. Mi respuesta sería en ambos casos no. Rotundamente no.

Si, como yo, no quisiese usted dejarle su dinero a quien no podrá devolvérselo, compartirá también conmigo el asombro que me causa que la estrategia del Gobierno de España ante quienes nos pueden prestar sea, precisamente, la de demostrarles lo muy pobres que estamos dispuestos a ser y lo mucho que estamos dispuestos a sufrir. Como si a los prestamistas internacionales les moviese la misericordia (o el sadismo) en vez del interés económico.

Admira que se nos presenten los llamados mercados con un enfoque tan absurdo, olvidando que son negocios y atribuyéndoles comportamientos cuasi-divinos. Así se habla de “calmarlos”, de que vean cómo nos “sacrificamos” y cómo nos “esforzamos”, de que “valoren nuestra austeridad”. Delirante.

Como si se tratase de una de aquellas crueles deidades de la antigüedad ante las que se asesinaban ritualmente vírgenes o niños para asegurar las cosechas o la victoria militar, nosotros ahora ofrendamos a los mercados en sacrificio cosas como nuestra salud… (desmontando la sanidad pública), a nuestros hijos…(minando la educación que les daba oportunidades), el bienestar económico…(destruyendo la capacidad de compra de la gente), o nuestras posibilidades de innovación futura… (acabando con los proyectos de investigación). Y lo peor es que a todas esas “muertes sociales” se les atribuye hoy la misma inapelable eficacia que a aquellos sacrificios humanos. Habremos cambiado las túnicas sangrientas por las corbatas de seda pero está visto que la superstición sigue intacta. Usted me dirá.

Algunos dicen que el Gobierno de España está aprovechando la crisis para desmontar los derechos de la gente que tanto han incomodado siempre a la derecha. Tal vez. Puede que la voladura de los servicios públicos sea en realidad una maniobra para que finalmente los puedan comprar baratos las empresas amigas. Quizá se trate de utilizar el miedo para mantener a la ciudadanía dócil y callada ante tanto estropicio. Todo eso es indecente, claro, pero lo que me resulta más alarmante es que realmente puedan llegar a creerse en serio que empobrecer España va a ser aplaudido por nuestros acreedores.

No me extraña que los mercados, lógicamente aterrados a la vista de estos locos españoles que se afanan en destruir su propio futuro, nos presten dinero con intereses de usura. La prima de riesgo se ha convertido en el termómetro de nuestros problemas pero también en el indicador del miedo que damos.
Publicado en Danok Bizkaia el 7 de setiembre de 2012

viernes, 27 de julio de 2012

Injusticia y cinismo


Foto elblogoferoz.com

El Ministro de Injusticia, Ruiz-Gallardón, movido por sus profundas convicciones cristianas, va a suprimir uno de los supuestos en que el aborto era legal en España, además de legítimo: El que se aplicaba en caso de que el feto presentase graves malformaciones y así lo certificasen varios médicos. Se condena así a muchas familias (esa palabra con la que tanto se les llena la boca a la gente de derechas) a pasar por el calvario de ver nacer y seguramente morir a un hijo o hija que en muchísimos casos nunca podrá conocer otro lugar que la incubadora o la cama de una unidad hospitalaria, nunca otra vida que el dolor y jamás una alegría ni una risa. Porque las enfermedades graves en los no nacidos son así de terribles. Terribles para ellos y demoledoras para sus familias. Sólo podrá una mujer librarse de tal tortura si dispone de dinero para poder ir a una clínica en algún país extranjero que no tenga ministros cristianos tan despiadados como Don Alberto.

El ministro desde luego no es tonto y como sabe que recortar el derecho al aborto le reportaría justas y razonables acusaciones de reaccionario (a él, que tanto ha trabajado para crearse una impostada imagen de progresista) ha tenido, además, el cinismo de hacer pasar como defensa de las personas con minusvalías lo que es un ataque directo contra las mujeres y sus derechos.  El ministro del mismo Gobierno que ahora dinamita las ayudas a las personas dependientes, se permite la insolencia de apelar a los mismos a quienes abandona para utilizarlos como munición mediática contra el derecho que todo el mundo civilizado reconoce a las mujeres.

El Gobierno cuyo presidente había prometido llamar al pan: pan y al vino: vino, se ha convertido en el parque temático del eufemismo, de la apariencia, de la manipulación de la información y aún de la mentira directa. Es normal que nadie les crea en Europa ni en los mercados, que nadie se fíe de España y nadie nos fíe.

Yo tampoco me fío y ya no sé cuáles de todas las voladuras que están llevando a cabo en nuestra economía y en nuestros servicios eran auténticamente imprescindibles y cuántas destrucciones están impulsando por propia convicción, simplemente porque siempre les pareció que la gente común tenía demasiados derechos y posibilidades, tal y como ha hecho ahora el ministro Ruiz-Gallardón imponiendo un sufrimiento inútil y terrible a las mujeres humildes.

Publicado en Danok Bizkaia el 27 de julio de 2012

viernes, 20 de julio de 2012

Huelga de niños



Pronto España vivirá nuevas protestas por la destrucción de casi todo aquello que nos convertía en un Estado europeo más. Abrumado por la premura que le imponen Europa y los mercados el Gobierno ha decidido abandonar el bisturí y coger la motosierra. Y a quien no le guste “que se fastidie”.

Foto Mayerly Martinez
Trabajadores empobrecidos, sanidad de pago, ancianos y dependientes a su suerte, paro desbocado y con menos derechos, educación la justa para que los pobres no dejen de serlo. No es raro que haya protestas, nos venden un futuro sin red pública alguna en el que una contrariedad laboral, familiar o de salud puede dar al traste con cualquier proyecto vital. Solo los auténticamente ricos podrán tomar decisiones, no las exhaustas clases medias, ni los castigados trabajadores. De los jóvenes ni hablamos.

Así que no es raro que un estudio oficial publicado en Euskadi estos días revele que el 77% de las personas ha decidido no tener hijos. Es un porcentaje 21 puntos mayor que hace once años. Y no es que se retrase la edad de maternidad, como venía ocurriendo, es que sencillamente se descarta. Así lo hace el 44% de los jóvenes y el 79% de los que ya han cumplido los 30 (ojo que la edad media a la que se tiene el primer hijo son 27 años). Es una sociedad moderna que reacciona con decisiones propias de su tiempo cuando se siente amenazada.

Se cansarán los moralistas (sean religiosos o ricos) de despotricar contra el “egoísmo” de los jóvenes pero de nada les servirá. Ya no volverán sumisos al “todos los que nos dé Dios”. Las mujeres han recorrido un tramo enorme en el camino de su libertad y dignidad que no van a desandar de ninguna manera. Porque el 66% reconoce que, en las condiciones actuales, los hijos son todavía un obstáculo para la carrera profesional de las madres.

Al principio faltarán clientes de cochecito y sobrarán columpios pero antes de lo pensado faltarán trabajadores, creadores, compradores y, sobre todo, pagadores de impuestos y de pensiones. Esta huelga íntima y silenciosa de biberones caídos es una protesta más profunda y más decisiva que cualquier manifestación. Y posiblemente es un efecto secundario con el que no cuentan quienes toman decisiones pensando en la próxima subasta de deuda y no en la próxima generación. El árbol que la motosierra tala en un minuto, necesitó varias décadas para crecer.

Publicado en Danok Bizkaia el 20 de julio de 2012

viernes, 13 de julio de 2012

Rezando y disimulando


Hasta hace poco las mezquitas eran para nosotros esos fascinantes templos de los países árabes. En Córdoba teníamos una, llamada oficialmente Santa Iglesia Catedral, pero que todo el mundo conoce como “La Mezquita” y en calidad de tal la visitan cada año miles de turistas que religiosamente abonamos el precio de la correspondiente entrada a la iglesia Católica. Si uno viaja por la península verá muchas torres de iglesia con sospechoso aspecto de no haber sido construidas originalmente para acoger campanas sino muecines.

Mezquita en Bilbao
Pero ahora resulta que las humildísimas mezquitas bilbaínas ocupan la prensa local y los esfuerzos de nuestros ediles. Tras ruidosas protestas vecinales una nueva normativa municipal buscará “conciliar el derecho a la libertad religiosa con la convivencia” prohibiendo que haya lugares de culto en edificios de viviendas. Menos mal que no tendrá carácter retroactivo porque conozco varias parroquias en bloques de pisos.

Algunos representantes de credos no católicos han puesto el dedo en la llaga, como hizo Santo Tomás con Jesús y, apelando a las pintorescas razones esgrimidas, han dicho que no entienden que en un bajo pueda abrirse un ruidoso pub y no así un oratorio.

Hace un par de años los suizos votaron prohibir la libertad de algunos de sus conciudadanos, de unos 410.000 aproximadamente, e impedirles que construyesen ningún minarete más de los 4 que ya había en las 180 mezquitas del país. La diferencia fue que allí las autoridades se mostraron públicamente consternadas por una decisión tan contraria a la libertad mientras aquí hay responsables municipales que se apuntan a la manifestación, eso sí, en defensa de la convivencia y la seguridad, ¡faltaría más!

Bastantes de los problemas que ahora nos asolan tienen que ver con el pánico insuperable de la política a ponerse en contra de alguien, con el pavor a expresar cualquier verdad incómoda. En esto no avanzaremos ni un paso mientras no afrontemos el asunto de cara. Mientras sigamos enmascarando la aversión colectiva a la religión musulmana en falsas razones de “seguridad”, “aforos”, “vías de evacuación” y otras evidentes caretas.

Tampoco podremos exigir a nadie que respete los derechos de los demás si las primeras en vulnerarlos son las instituciones que hemos elegido para hacerlos firmes. La afición por el disimulo y el fingimiento públicos son siempre criticables pero más aún cuando toca defender libertades ciudadanas básicas.

Publicado en Danok Bizkaia el 13 de julio de 2012

viernes, 6 de julio de 2012

¿Creencias o interés?


Parece mentira el prestigio que han adquirido el mercado, el beneficio y el interés. Tanto que lo contamina casi todo. Si usted toma una decisión personal que no le beneficia obvia e inmediatamente queda como un idiota. Si su sentido de la humanidad le anima a realizar algún tipo de voluntariado no faltarán en sus propios círculos quienes le vean como un friki; un excéntrico que “canaliza sus frustraciones” en la parroquia, en la DYA, en la Cruz Roja o en cualquier ONG solidaria.

Es asombroso con qué displicencia se desprecia hoy la bondad y la moral, que en su día nos enseñaron como valiosas. El egoísmo se pretende ahora disfrazar de inteligencia y lo peor es que lo consigue las más de las veces.

Pasa en todo y, desde luego, también en la política. Parece como si lo bueno fuese que las personas no tuviésemos creencias, que mejor que no cargásemos con una forma propia de ver el mundo, con una imagen de lo que es justo y deseable y de lo que no lo es. Creer en algo, sentirse vinculado a un proyecto colectivo y defenderlo es visto por “los listos de la opinión” como una especie de horterada, como algo deleznable reservado en exclusiva a los atontados miembros de cada partido político concreto pero ajeno al verdadero ciudadano que, naturalmente, votaría y opinaría sin lastre moral alguno, pensando única y exclusivamente en su propio interés inmediato.

Los seres humanos somos complejos, tenemos intereses, por supuesto, tanto personales como de grupo, tenemos sentimientos de pertenencia y también tenemos un criterio moral propio: una forma concreta de ver las cosas de nuestro mundo cotidiano y del mundo en general. No es baldón ni vergüenza, todo lo contrario, es parte de nuestro ser. Todos defendemos nuestro interés, por supuesto, pero la gente valiosa es la que se mueve sobre todo por lo que le dicta su intuición y su corazón. Sobre todo porque ambos suelen ser más solidarios que su cuenta de ahorro.

Por supuesto que en medio de ese lío enmarañado adoptamos muchas decisiones tomando en cuenta a medias la razón y la emoción -claro que sí- y por supuesto que haciéndolo nos equivocamos muchas veces (aunque seguro que no más que los que se creen tan listos) pero ni podemos ni debemos renunciar a nuestros sueños, a los que nos hacer personas de verdad: Distintas en lo pensado pero iguales en pensar.

Cuando alguien le reproche que usted siga creyendo en cosas que no le benefician directamente no crea que esa persona es más lista ni mejor que usted, sólo es más cínica.

viernes, 29 de junio de 2012

Futbolidad y alevosía


Foto
Anteayer, a la hora en que “la roja” jugaba la semifinal de la Copa de Europa, los ciudadanos de toda España (usted y yo incluidos) nos hicimos definitivamente dueños de un banco que se llama BFA (Banco Financiero y de Ahorros) del que pocos habíamos oído hablar antes. El BFA es la matriz de la -esa sí- famosa Bankia, heredera (es un decir) de Cajamadrid.

Mientras Iniesta caracoleaba por el césped de nuestras pantallas de televisión, nos metieron por la escuadra un balón de 13.635 millones de euros, nada menos.

Después de escuchar insistentemente que el dineral que estamos aportando los ciudadanos para salvar los desastres de algunas cajas eran una inversión y no un gasto, ahora resulta que nos hemos convertido todos en dueños absolutos del desastre, que nos hemos quedado con la propiedad definitiva de la basura y nos dicen ahora, justo en mitad del segundo tiempo del partido, que han salido del consejo de administración del banco aquellos que sí se aprovecharon de su puesto cuando decían que todo iba bien.
Para que se haga usted una idea la cantidad descubierta cubriría cinco veces, cinco, todo el dinero que se invierte en el sistema educativo vasco. Menudo penalti, ¡oiga!

Me irrita enormemente que los antes ruidosos adalides del mercado libre, políticos y no políticos, muy presentes de siempre en Cajamadrid y contrarios a toda intromisión en sus decisiones defiendan tan poquito el mercado libre ahora que todo va mal y echen encima del Estado (o sea de todos los ciudadanos) las decisiones que antes reclamaban libérrimas y cuyas consecuencias ahora les queman en las manos.
La libertad de mercado, parece que solo es efectiva cuando usted tiene una tienda, un negocio, un despacho profesional, una empresa mediana, en donde puede que consiga ganar pero donde debe asumir el riesgo de perder. Sin embargo cuando se trata de algo suficientemente grande, tanto que resulte estratégico para el país, quienes toman ahí las decisiones, con tan vehementes apelaciones a su intocable libertad, en el fondo saben que si la cagan el Estado vendrá detrás a apagar el incendio con nuestro dinero. Ese mismo que hemos sabido que a partir de agosto ya no podremos destinar, por ejemplo, a medicamentos antidiarréicos.

Y, aunque suelo ser poco dado a creer en conspiraciones, no he podido evitar pensar que tomar esa decisión en medio de un partido es una indecencia y una falta de respeto intolerable. Disculpen ustedes mi irritación de hoy, que no es intestinal sino ciudadana.

Publicado en Danok Bizkaia el 29 de junio de 2012

viernes, 22 de junio de 2012

Chorros de alegría



Hoy vuelvo también con buenas noticias…creo. El puerto de Getxo ha recibido estos días una nueva visita de delfines. Parece que esta vez estuvieron un buen rato explorando la zona deportiva para curiosidad y alegría de los paseantes y de los marineros que se afanaban repasando sus barcos atracados. Aún recuerdo que hace unas décadas, para contemplar los pocos cormoranes que se avistaban en Urdaibai teníamos que trepar por resbaladizos riscos y peñas. Ahora muchos de ellos se secan al sol con sus alas extendidas en plena dársena de Lamiako y los he visto pescar tranquilamente junto al mercado de la Ribera de Bilbao o en Bolueta. Según dicen los técnicos, los niveles de oxígeno en la Ría, que un día fue cloaca, se recuperan claramente.

Cormorán y garcilla. Foto Gara
En medio de tanta mala noticia como nos dan cada día, alegra saber que nuestra capacidad de destrucción de los ecosistemas cercanos es, por fortuna, menor que la inmensa fuerza de la naturaleza por reconquistarlos. En cuanto dejamos de verter, de talar, de envenenar, de arrasar en general, la vida regresa tenaz y donde creímos que jamás volveríamos a ver sino restos de nuestra ambición irresponsable resulta que hoy nos sorprende la llegada especies tan simbólicas y extraordinarias como estos cetáceos salvajes.

Seguramente el falso convencimiento de que somos capaces de destruir el planeta es un signo más de nuestra particular vanidad como especie supuestamente elegida. Es seguro que somos capaces de arruinar nuestra propia civilización, como hemos hecho ya con varias. Sin duda nos las apañamos fenomenal para ensuciar el mundo que nosotros mismos necesitamos limpio y en el último siglo nos esforzamos con absurda vehemencia en inventar armas capaces de acabar con la humanidad entera a la que pertenecemos. En definitiva que si somos un peligro como especie, lo es sobre todo hacia nosotros mismos, porque es evidente lo rápidamente que la naturaleza volverá a hacerse con nuestras costas y nuestros ríos en cuanto desaparezcamos.

Pero como veo que me estoy despeñando por el pesimismo antropológico, optaré por ver las cosas de otro modo: no solo hay esperanza sino que el planeta premia enseguida nuestro respeto. Vale la pena el esfuerzo, y no hace falta esperar generaciones para ver el resultado, los delfines de esta semana han venido a demostrárnoslo hasta la misma puerta de casa, con razón la gente los miraba con alegría.

Publicado en Danok Bizkaia el 22 de junio de 2012

viernes, 15 de junio de 2012

La Ley del Sentido Común

 

Solo he estado en Copenhague una vez y, además de la belleza de las mujeres y del frío que hacía incluso al sol, me asombró ver que miles de bicicletas comparten allí las calles y calzadas de forma mucho más caótica de lo que aquí imaginamos. Un ejemplo: para subir o bajar del autobús urbano hay que atravesar casi siempre el carril bici con cuidado de no ser atropellado. Los ciclistas paran, los viajeros miran con prudencia y no hace falta una señal ni menos aún un guardia.

Nada que ver con el afán regulador que nos asola aquí, donde al menor conflicto siempre surge la voz justiciera que exclama: ¡Qué hagan una ley!... ¡debería estar prohibido!...¡qué hace el Ayuntamiento!...¡que traigan más policías!... Despotricamos del Estado mientras exigimos su presencia reguladora, controladora y represora a cada instante y en todo lugar.

Queremos forzar la Ley hasta lo imposible, pretendiendo que ordene cada aspecto cotidiano de nuestra vida…tal vez para así poder dimitir de ella.

Y, claro, desdeñamos por incómoda la inevitable complejidad de las cosas: Fue la ley la que impidió el acceso de menores a los bares y la realidad nos devolvió el golpe con un nuevo fenómeno social multitudinario; el botellón.

En estos días se recrudece la polémica sobre la necesidad de que sea también la Ley la que les diga a las parejas rotas lo que deben hacer con sus hijos pequeños y con sus pequeños bienes. Como si la Ley pudiera reparar el amor o repartir el afecto. Como si el Boletín Oficial pudiera calmar el odio o ahuyentar el miedo de los niños.

Es difícil hacer buenas leyes para regular las grandes cosas pero es imposible reglamentar cada caso, cada anécdota, cada familia, cada rencor, cada acto generoso. No hay forma de meter los besos en un decreto. Ya deberíamos saber que la vida no trae libro de instrucciones y que la Ley jamás podrá suplir esa carencia, bendita carencia.

Pero no aprendemos. Leo estos días que un sindicato de ideario anarquista denuncia presiones empresariales y vecinales contra los repartidores que buzonean publicidad en Barakaldo y para solucionarlo reclama que se promulgue un estricto reglamento municipal (y supongo que un policía en cada portal para hacerlo cumplir). ¡Eso…los anarquistas!

Me parece que la Ley del Sentido Común es la mejor para las cosas cotidianas, no necesita mayorías parlamentarias ni debates acalorados pero sí necesita que nos hagamos cargo de nuestras propias vidas con prudencia, paciencia y respeto por los demás. Si un día va a Copenhague, tenga un poco de cuidado al subir al bus. Ya verá cómo las guapas ciclistas también lo tendrán.

Publicado en Danok Bizkaia el 15 de junio de 2012

viernes, 8 de junio de 2012

¡Váyase Vd. a paseo!

http://www.lasedades.es/

Parece que el miedo y la angustia son ya las únicas mercancías que nos suministran “los mercados informativos”. No ganamos para sustos. Leer periódicos, ver la tele o escuchar la radio empiezan a ser actividades de riesgo cardiovascular, así que hoy no quiero contribuir al coro oficial de asustadores y me voy a permitir salirme del guión para ver si aporto una proposición positiva y, a estas alturas, creo incluso que terapéutica.

Quede usted con un amigo o amiga de esos a los que tiene siempre pendiente llamar. Improvise. Mande un mensaje o llame y propóngale un plan absurdo, una propuesta sin motivo, un porquesí. Este fin de semana puede ser una oportunidad inmejorable, un ejemplar único -como cantaba Serrat. Cualquier plan vale que les saque de la rutina. Si el primero de la lista no puede, llame a otro, no se desanime.

Si de verdad lo hace descubrirá que no hace falta ningún motivo concreto para llamar a un amigo, que una visita a un pueblo de esos a los que “un día tengo que ir” es tan simple como poner día, hora y hacerlo. ¿Cuánto hace que no circula por esa carretera general que discurre junto a la autopista? Si no quiere gastar gasolina o no conduce, hay trenes que van a sitios que no ha visitado desde niño, se lo aseguro, y hay exposiciones y lugares que resultan una excusa perfecta para hacer ese día algo totalmente diferente. No se avergüence de llamar, no necesita razones. Use a sus amigos y déjese usar por ellos.

Mi plan de los últimos días fue subir en moto a Oña, en Burgos, a ver la fabulosa exposición de arte religioso “Las edades del Hombre”, que este año se muestra bajo la denominación “Monacatus”. Lo hice con un amigo al que veo una o dos veces al año. Me llamó ni sé para qué e improvisamos: Maravillosa carretera BU 550, excelente presentación de las piezas artísticas y asombroso monasterio de San Salvador de Oña. Hemos quedado en repetir, y tal vez lo hagamos de verdad.

Ese fue nuestro plan. El suyo seguro que es diferente pero –insisto- ¡váyase a paseo! sólo o con alguien con quien tenga pendiente quedar. Tiene usted más amigos de los que cree. Improvise y descubrirá también que lo imprevisto será parte del atractivo de la cita, como lo es de la vida misma.

Y olvídese por unas horas de angustias y zozobras, que ya está bien. Ya leerá los periódicos a la vuelta…si quiere.

Publicado en Danok Bizkaia el 8 de junio de 2012