domingo, 29 de abril de 2012

Utilizadas y traicionadas

Ángel Acebes en una manifestación de la AVT

El Partido Popular tiene ahora problemas con las asociaciones de víctimas, a las que no les hace ninguna gracia que les hablen siquiera de la posibilidad de que los presos de ETA puedan obtener ni la menor ventaja penitenciaria. Es comprensible que así sea, tratándose como se trata de familiares de asesinados. Por eso, las más exigentes han rechazado el plan que el Gobierno del PP quiere poner en marcha para acercar uno a uno a los presos que renuncien a la violencia y se separen claramente de la banda, que no es más que lo que dice la Ley.

Sin embargo estas asociaciones no han tenido siempre una posición tan estricta. Su radicalización es cosa de los años de gobiernos de Zapatero. Antes, aceptaron sin protestar decisiones mucho más "arriesgadas" como la de acercar a cárceles vascas a 135 presos etarras activos, cosa que llevó a cabo el entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, en setiembre de 1999. Tan asombrosa elevación del listón de la exigencia, a la que no le sirve ya ni la aplicación estricta y sin excepciones de las leyes, no tiene nada de espontáneo sino que fue producto de un trabajo concienzudo y cuidadoso que el Partido Popular hizo durante 8 años para, utilizando los sentimientos de personas heridas, minar la credibilidad de la política antiterrorista de Zapatero, que fue la que acabó con ETA.

Pero ahora resulta que, con ETA derrotada oficialmente, el PP encuentra un escollo precisamente en aquellos sentimientos que con tanta intensidad como irresponsabilidad, enconó, manipuló y utilizó. Ahora algunas asociaciones van a ir descubriendo la triste verdad de que detrás de tanto aliento y tanto apoyo del PP como tuvieron, lo que había era una estrategia para utilizarlas como carne de cañón mediático en el asalto a La Moncloa. Justo lo que decían entonces los "pérfidos" socialistas que pasaba.

Van a ir viendo con tristeza cómo se han convertido en incómodos parientes para quienes se decían hasta ayer sus más firmes aliados. Y van a darse cuenta de que se equivocaron cuando creyeron lo que les susurraban al oído de que en el tema de terrorismo ellas eran tan importantes que tendrían siempre la última palabra. La decepción la tienen asegurada.

Doña Ángeles Pedraza, presidenta de la AVT, una de las asociaciones más activas, y más cruelmente utilizadas también, ha dicho que si se sienten traicionados, volverán a salir a la calle a manifestarse, como hacían contra Zapatero. Pues que vaya preparando las pancartas y sobre todo que haga muchas, porque ya no va a poder contar con el apoyo logístico y de convocatoria que se ponía a su entera disposición desde la calle Génova. A lo más que podrá aspirar será a que le acompañe Mayor Oreja, El Acercador.

sábado, 28 de abril de 2012

Patadas si, besos no…¡que hay niños!


La comisión disciplinaria del fútbol mexicano ha enviado un escrito oficial de amonestación a un club local, el América, porque dos de sus jugadores se dieron un beso en la celebración de un gol. Al parecer la tal comisión ha mostrado su consternación por un hecho tan grave diciendo cosas como que “no es apropiado para el público”, “no queremos que sea un ejemplo para nadie” y –agárrese usted a la silla- “no es la imagen a los niños que queremos dar” (sic).

A la vista está que el fútbol no solo mueve dinero sino también muchas pasiones, tantas que cada vez más se asocia a disturbios crecientes en los campos y en su entorno, lo que es muy de lamentar. Los grupos de hinchas violentos hace tiempo que son una característica casi institucional en los clubes y en los partidos de mucha rivalidad ya vemos como algo perfectamente normal que las hinchadas estén estrictamente separadas y vigiladas dentro y fuera del campo, como si estuviésemos administrando fieras y no personas.

Los propios comentaristas deportivos disculpan con total normalidad terribles faltas y lesiones sobre el césped con el inapelable argumento de “no ha tenido otro remedio porque se escapaba”. No sé de qué nos extrañamos luego.

Hay, claro que sí, una mayoría de aficionados moderados y cabales, muchos de los cuales, deseosos de transmitir en herencia su propia ilusión llevan a sus hijos e hijas a los campos, donde los chavales y chavalas ven a esas hordas de gamberros, que pasan por ser los más fervientes hinchas del equipo de sus entrañas y que les muestran un modelo de participación colectiva en el deporte tan atractivo como peligroso.

A mi me parece que entre los muchos problemas que tiene el mundo del fútbol, con los dineros, con las radios, con las televisiones, algunas veces con los entrenadores y otras incluso con sus propios directivos, éste del vandalismo hooligan no es de los menores, pero parece que, como en tantas cosas, en esta también me equivoco, porque la comisión disciplinaria de México, que como todo el mundo sabe, es un país dechado de paz y de convivencia cívica, me saca de mi error para señalarme el meollo del auténtico problema. Así que yo, agradecido como soy, les mando un beso a todos los miembros de ese comité.

Publicado en Danok Bizkaia el 27 de abril de 2012

domingo, 22 de abril de 2012

La Iglesia despiadada


El cardenal católico Rouco Varela ha declarado esta semana que "los diagnósticos prenatales se están convirtiendo en un factor más que preocupante [porque] dificultan el nacimiento de muchos discapacitados"

Rouco Varela
Yo no estoy de acuerdo en que los principios fundamentales que mueven a la Iglesia Católica sean justos y buenos per se y, por tanto, no soy como los que habitualmente la critican por no seguir con fidelidad preceptos tan "benéficos". Por el contrario, creo que las religiones, especialmente las monoteístas como ésta, se han apropiado para ellas de sentimientos universales que están en lo profundo de nuestro ser: la moral, el amor, la compasión, la solidaridad, el sentido de trascendencia y otros que nos han acompañado siempre a todos los seres humanos desde que somos tales. Por supuesto que me disgusta que pretendan pasar por inventores y, lo que es peor, propietarios de la patente de tales conceptos pero no suelo criticarles porque pienso que a mí qué más me dan los motivos que cada cual tenga para comportarse de forma adecuada, justa y humana, como por cierto lo hacen casi todos los católicos que conozco.

Pero la Iglesia tiene también otra cara, más dura: La del poder sobre la gente, que se manifiesta -claro- en lo mundano, desde lo social a lo político o empresarial, pero que pretende también gobernar los sentimientos más íntimos de las personas, a las que necesita vulnerables, asustadas, desorientadas, incapaces de decidir sobre su propia vida y por eso necesitadas siempre del "pastoreo" de los prelados. Por eso la Iglesia Católica ha mirado siempre con recelo, y ahora también, los avances de la ciencia, que no solo nos hacen descubrir y comprender mejor el mundo y sus enigmas sino que también nos permiten lograr una vida mejor, más plena, más feliz y, sobre todo, más libre.

Y luego está el dolor. El dolor en todas sus formas. Triste certificado de nuestra enorme fragilidad y que por eso mismo es una auténtica obsesión para la Iglesia, que parece necesitarlo -e incluso reivindicarlo- para así poder presentarse ella como imprescindible institución analgésica.

Hace unas semanas falleció la hijita, enferma de nacimiento, de una pareja amiga. Después de unos pocos pero largos años de sufrimiento, cuyo poso quedará para siempre, la muerte se impuso a sus muchos esfuerzos y a los de la ciencia. La enorme pena -física incluso- que entonces sentí se ha convertido en rabia e indignación al saber que un hombre importante protesta porque se está rebajando el dolor y la desgracia de las familias. Siempre están hablando de misericordia pero algunos no tienen corazón ni piedad, los malditos.

viernes, 20 de abril de 2012

¿Parar la revolución?

Mujeres andando



Cuando el mundo cambia verdaderamente es cuando nuestros hijos, adultos ya, nos sustituyen en el gobierno de la vida. Y tal transformación se hace definitiva cuando se quedan solos a cargo de los que fueron nuestros proyectos y nuestros sueños, bien para continuarlos o bien para enterrarlos junto a nosotros mismos.

Viene esta inquietante reflexión para señalar que las transformaciones más importantes no son las que ocupan la actualidad sino las que van avanzando lenta pero poderosamente. Igual que las de la mar, existen mareas humanas, sociales e ideológicas pero para poder ver los cambios que nos traen hay que tener paciencia y elevarse sobre el ruido y la prisa de lo cotidiano.

La mayor revolución que ha experimentado esta parte del mundo en la que vivimos no es la que ha traído la tecnología sino la de nos ha venido de la mano de las mujeres. No hay nada que pueda compararse a que la mitad de la población, la mitad de los cerebros y la mitad de las manos salgan de una posición subordinada y cautiva y tomen parte en la vida plena de la comunidad. Es una marea que viene subiendo poco a poco desde las primeras sufragistas, que se aceleró cuando las mujeres pudieron controlar su vida reproductiva y que ahora, afortunadamente, ha impregnado casi todos los rincones de la sociedad. Pero como otras grandes transformaciones sociales, la liberación de las mujeres (utilizo deliberadamente esta anticuada pero emocionante expresión) ha tenido altibajos: Momentos de avance, en los que la justicia avanzaba y también de retroceso, en los que regresaba la sinrazón.

No es la Ley la que transforma el mundo pero la Ley puede acelerar o retrasar los cambios. Las nuevas normativas laborales, que tan falsamente se nos venden ahora como remedio a los males de la crisis, no solo van a tener consecuencias negativas en los derechos de los trabajadores, en la decadencia de las clases medias y en la consiguiente contracción del consumo y del empleo sino que van a atacar sutil pero inapelablemente la capacidad de las mujeres para avanzar en su emancipación. En un panorama de empleos precarios, miedo y desconfianza en el futuro. Con el beneficio inmediato como única medida del éxito, va a ser muy difícil que alguien se preocupe de ayudar desde la Ley a que las mujeres y los hombres compartamos tareas y responsabilidades. Todo lo contrario; como setas están saliendo los partidarios del regreso al viejo modelo familiar de esposa y madre obligada.

No pararán la marea, nadie podría, pero retardarla puede ser suficiente para que al estropicio inmediato de las medidas anticrisis se sume ahora una paulatina, y mucho más grave, vuelta a la reclusión de la mitad de las personas, con la consiguiente agudización a largo plazo de nuestro empobrecimiento. Eso sin hablar de la terrible injusticia que supone. Resistirse no es, por tanto, un problema de las mujeres sino de todos

Publicado en Danok Bizkaia el 19 de abril de 2012


sábado, 14 de abril de 2012

Innovar no es hablar de I+D+i

Foto IKEA
No hay conferencia, declaración, congreso empresarial, económico o político en el que este extraño acrónimo no se utilice hasta el aburrimiento. La “modernez” rampante que asola este principio de siglo ha acabado con el viejo I+D (Investigación y Desarrollo) y ha parido el ubicuo I+D+i (Investigación, Desarrollo e innovación), que es –por ahora- lo que mola en los informes empresariales, convertido en casi una religión a la que todos debemos someternos. No se me entienda mal, soy partidario confeso y sincero de ver cómo mejorar lo que hacemos bien y de aprender a hacer cosas nuevas (que es lo que más o menos se quiere expresar) pero prefiero decirlo así que con fórmulas raras, a las que ya veremos cuantas letritas nuevas le van añadiendo… denles tiempo.

Y como no hay como los ejemplos para hacer cosa cotidiana de aquello que se nos presentaba con ropajes mágico-empresariales, repasen innovaciones que ustedes conocen. Empresas que haciendo las cosas de forma diferente consiguen revolucionar sus mercados, tanto que allí donde aún no están se habla de ellas y se las espera, precedidas de su reputación (y de su polémica, claro). Hay quien, como Ikea, vende muebles y complementos asombrosamente asequibles que usted se lleva a casa en el momento, en lugar de esperar los 15 o 20 días de rigor (que era lo que antes significaba “entrega inmediata”). Hay quien en plena crisis, y sin pagar un euro en publicidad convencional, como Mercadona, abre supermercados, genera empleos y también titulares sobre si abrirán o no algún centro en Euskadi y cuándo. Hay quien, como Apple, con productos nada baratos, ha arrasado en teléfonos inteligentes, reproductores de ficheros musicales y que prácticamente se ha quedado para ella solita con el mercado mundial de tablets. Ahí es nada.

Y ahora se anuncia la llegada más o menos inminente de Netflix que, para los que no lo conozcan, es una empresa que ofrece miles de películas y series en su televisor u ordenador, con calidad y de forma completamente legal, pagando una cuota fija asequible. En Estados Unidos y Canadá tiene ya 25 millones de suscriptores. Puede ser no solo el fin de las descargas ilegales sino el abismo para la audiencia de televisiones públicas y privadas. Veremos.

Son ejemplos de empresas que han hecho las cosas de forma diferente, que han revolucionado sus mercados y nuestras formas de consumo, que han creado el cambio. Los sectores en los que están ya no se entienden sin ellas. Hay quien las ama y quien las odia, por supuesto, pero siempre es más interesante observar y aprender del innovador real que escuchar al último conferenciante que nos habla de ese I+D+i, a la que solo le falta una cruz más para convertirse en un auténtico calvario.

Publicado en Danok Bizkaia el 13 de abril de 2011

jueves, 5 de abril de 2012

Real como la vida misma


Quienes se toman a sí mismos con un poco de humor tienen bastante felicidad ganada de antemano.




Fotos tomadas por mí en Carabanchel, Madrid.

Urbanitas e incendios

Dicen que los urbanitas hemos perdido a lo largo de generaciones de vivir en ciudades los conocimientos tradicionales vinculados al campo, a la naturaleza y a las tareas agrícolas, aquellas que marcaron la vida de las personas hasta hace bien poco. Hoy parece mentira pero hasta los años 60 la agricultura era la principal fuente de riqueza y empleo de España.

A nosotros la primavera no se nos anuncia ya en el nuevo aspecto de los bosques y las riberas de los ríos sino en los escaparates de las farmacias, donde año tras año el regreso del calor es precedido por las fotos de espectaculares mujeres que promocionan productos contra una celulitis que las propias modelos obviamente desconocen. Entra uno a por el omeprazol y en la cola comprueba aliviado cómo los fríos van quedando atrás y se anuncian tiempos más benignos, que pronto animarán a aligerar la ropa.

A lo que iba. Es verdad que la vida urbana nos ha hecho perder muchos conocimientos valiosos. Ignoro mucho más que lo que conozco respecto a todo y mi desconocimiento es “sideral” respecto a las cosas del mundo rural, pero confieso que me provoca escalofríos saber que quemar el monte, destruir la propia riqueza de forma intencionada y brutal ha formado parte siempre de la parte negra de ese cosmos tan ajeno. Aquí en el metro preferimos pensar que detrás hay intereses económicos oscuros porque de otro modo nos resultaría monstruoso e incomprensible. Pero la verdad es que el monte no se quema, lo queman, siempre se ha hecho, siempre se ha sabido. Siempre ha sido monstruoso.

En este momento escribo sin saber si se habrá conseguido apagar el incendio provocado en las Fragas de Eume, en Galicia, pero sí sé que no será fácil recuperar esa fabulosa mancha de bosque atlántico, que ha perdido 750 Hectáreas, 350 de ellas de excepcional valor ecológico y naturalístico.

Han dicho las autoridades locales que " la sociedad está harta" de los pirómanos. Que "no está dispuesta a permitirles seguir impunes” y también que se les perseguirá “con la misma fuerza que se denuncian las acciones delictivas" (sic). ¿Por qué queman el monte? ¿Quién sigue impune? ¿Es que antes no eran acciones delictivas?. De verdad que no entiendo nada. Voy a bajar a por una caja de analgésicos.

Publicado en DANOK Bizkaia el 4 de abril de 2012