miércoles, 21 de diciembre de 2011

Euskadi. La taifa fiscal

Fiesta de Moros y Cristianos en Caudete

Cuando en Europa se está hablando nada menos que de armonización fiscal para toda la Unión, resulta que aquí, en un pequeño territorio, con los mismos habitantes que algunos barrios de metrópolis europeas, dicen que ellos que no.

No que no quieran ser Europeos, ni tampoco que amenacen con quedarse fuera de esa armonización, aún lejana, pero que se apunta como herramienta de lucha contra la crisis. Nada de eso. Esa aldea resistente, se resiste sobre todo a ponerse de acuerdo consigo misma, y retuerce sus propias leyes en defensa de una concepción completamente anacrónica del territorio, de la política y sobre todo…ay!...de la fiscalidad.

Ese pequeño país, tiene él sólo tres haciendas que se llaman forales, para apelar a la tradición (además de otra invitada). Tres haciendas que no se ponen de acuerdo en casi nada: ni pagan lo mismo los ciudadanos con iguales ingresos ni los tres Gobernadores dejan que nadie les coordine, incluso aunque lo digan sus propias leyes.

Allí los trabajadores por cuenta ajena aportan el 80% de la recaudación y de entre ellos los mejor pagados, que son el 10%, ponen solos la mitad del total. Pero los que parece que lo pasan peor son los profesionales, los autónomos y quienes no cobran una nómina, que declaran -fíjese- un 40% menos de ingresos que los trabajadores, a muchos de los cuales les pagan ellos mismos. Sabido es que hay casos de sueldos altos y casos de negocios, despachos y bufetes ruinosos pero no falta quien piensa que hay algo que chirría aquí.

Gente malpensada, sin duda, que dice cosas como que el volumen del fraude en Euskadi, que así se llama el país, puede llegar a 2.500 millones, lo mismito que les cuesta a los vascos todo su sistema educativo.

Pero el celo foral que hunde sus argumentos en las tradiciones más rancias y antiguas hasta hacerlos dogma no consiente ni coordinarse ni que nadie acceda a los datos fiscales de los contribuyentes de cada cual. Especialmente celoso en esto es el responsable del Gobierno Vizcaíno.

Si que hay tradiciones bonitas y sólidas ¿verdad? que aguantan siglo tras siglo. ¿será eso o será otra cosa?. Eso sí…qué oferta gastronómica tienen, oiga!

domingo, 18 de diciembre de 2011

Un villancico algo especial

Del mismo modo que ocurre hoy, y con no poca polémica, alguien ha tenido que pagar siempre a los músicos. En otros tiempos fueron los poderosos y dentro de ellos la Iglesia era de los más, si no la más poderosa. Por eso la música religiosa fue, durante siglos, la única música culta, que se componía, ejecutaba y "cifraba".

Los villancicos, que hoy asociamos exclusivamente a la música religiosa, fueron en su inicio (Siglo XV en adelante) simples canciones profanas con estribillo, lo que contribuía a su memorización y consiguiente éxito. Sin embargo pronto entraron también en los templos y adoptaron letras de sentido religioso hasta el punto de que hoy los asociamos a la música navideña católica.

Hoy pongo aquí uno de mis favoritos: el Villancico a Santa Bárbara, de José Cascante (1640-1702) a cargo de la Camerata Renacentista de Caracas dirigida por Isabel Palacios, que tengo en un álbum titulado Musique à la Cathédrale Santa Fé de Bogotá (así, en Francés). A ver si os gusta.


Candidato a premio al peor anuncio


Y ya puestos a hablar de anuncios he visto en un diario el peor anuncio en muchos años, y mira que los hay malos.

Hay personas que parecen creer que todo el “mundo mundial” piensa todo el rato y se preocupa por lo que ellas hacen, que su tarea es tan transcendente que nadie osará ignorarla jamás, que matrimonios y solteros nos levantamos cada mañana pensando en eso a lo que ellas se dedican y que no dormimos a gusto hasta no tener la información que nos facilitan, que devoramos -faltaría más- con lógica avidez.

El anuncio adjunto es una demostración de que estas gentes existen de verdad y que, imbuidos de tan onanista convencimiento, ni se les ocurre pensar que deban captar una atención con la que parecen convencidos de que ya cuentan de entrada -estaría bueno-.

No se rebajarán, no, a contratar a un profesional de la publicidad que les podría hacer ver -insultante- que no son el ombligo del mundo y que en consecuencia les recomendaría “humillarse” a tener que interesar y convencer a los lectores. Nada de eso ¡hasta ahí podíamos llegar!

Lo peor de todo es que el anuncio es de la Fundación Vasca para la Excelencia e “informa” de la entrega de Premio Vasco a la Calidad y Excelencia en la gestión (sic). Tela.

El público progresista

Ayer, en una importante reunión de mi partido pude escuchar a algunos participantes hablar con pasión del sector social que “auténticamente” corresponde atender a la izquierda, que es siempre el de los más desfavorecidos.

No discuto sino que afirmo la implicación solidaria y moral que la izquierda ha tenido siempre -y que sigue teniendo- pero no pude evitar la sensación de que, frente a las dificultades, estábamos ante la peligrosa tentación de refugiarnos en el confortable calor de lo conocido, en donde nunca falta la afable compañía de los propios ni tampoco las apelaciones a la mitología del santoral laico del socialismo español (…desde Pablo Iglesias a Ramón Rubial…-se dijo-). El cariño y el respeto que desde hace tantos años tengo por algunos de los compañeros que así hablaron no fue suficiente para disipar las muchas dudas concretas que en mí siempre acompañan a las pocas certezas genéricas.

Una de esas pocas certezas es que la izquierda es mucho más que la mera solidaridad colectiva con los más desfavorecidos y que, por el contrario, siempre ha avanzado claramente hacia el diseño, implantación y gobierno de una sociedad más justa y solidaria y, por consiguiente, inevitablemente más rica y próspera.

Ni vivimos en los tiempos de Pablo Iglesias (muy criticado por cierto en su tiempo) ni nuestro espectro sociológico es ya el del proletariado tradicional. Y es así precisamente porque las alternativas de la izquierda han transformado exitosamente nuestra sociedad, convirtiéndose en auténticos estándares y generando -como digo- no solo más justicia sino también más riqueza.

Sé perfectamente de dónde vengo y cuál es la historia del socialismo español pero ni quiero olvidar lo muchísimo conseguido ni me gusta nada la melancolía, porque nos hace perder las energías que necesitamos para caminar y pasar "frío ideológico" ahí fuera, que es donde está la realidad.

Hoy, mientras leía los suplementos de los periódicos, he visto hasta qué punto se ha transformado la sociología de las personas, incluso de las que compran prensa de innegable tendencia progresista. Los anunciantes, que viven de eso, lo saben perfectamente. No hay más que ver las primeras páginas. Ahí están...



miércoles, 14 de diciembre de 2011

Fíjate tú!, 2ª parte (Más gráficos interesantes)

Cuando se habla de los impuestos y de la riqueza es habitual tener que escuchar como argumentos solidísimos algunas grandes bobadas. Hace tiempo que publiqué un gráfico interesante sobre la presión fiscal en España, que reproduzco abajo a la derecha, y hoy he visto éste otro, a la izquierda, sobre la renta per cápita. Se confirma no solo que los países más ricos son aquellos en los que más impuestos se pagan (paraísos fiscales aparte) sino que en España la presión fiscal está muy por debajo en relación con su riqueza. Para que la próxima vez no os hablen "de oídas".

Ambos gráficos los he extraído del diario El Correo, Bilbao.