Él sabe, porque se lo he dicho, que me parece mal que lo haga y yo también sé que me hace caso a veces y otras veces no. El deporte, que practica con asiduidad y pasión, resulta una disuasión más efectiva que su padre pero tampoco es infalible, las cosas como son.
Transitar por la línea fronteriza entre las buenas y las malas costumbres, entre la rebeldía y la aceptación de la autoridad, me temo que ha sido parte inherente del comportamiento de los jóvenes de todos los tiempos. A veces esas conductas tienen consecuencias terribles y otras veces –afortunadamente- queda en sustos y poco más.
No voy a decir que me parezca bien que los jóvenes beban. No me lo parece. Y tampoco negaré los problemas que crea la práctica del botellón en los espacios públicos pero antes de descolgar la espada flamígera de la condenación eterna de los adolescentes prefiero reflexionar sobre el modelo de ocio que hemos creado en esta sociedad que es el que es y ha pasado siempre por el consumo colectivo de alcohol.
Si una actividad ha adquirido tanta solidez y extensión social como para que de lugar incluso a la creación de nuevos verbos como ese asombroso “litrar” convendría que reconociésemos que estamos ante un fenómeno que merece una atención más profunda que la de la pura y simple condena sin matices. A esa reflexión podría ayudarnos recordar cómo utilizábamos nuestro tiempo cuando teníamos su edad.
5 comentarios:
http://1camaray500lugares.blogspot.com/
y que se supone que significa?
Litrar: Beber alcohol en la calle en compañia de la cuadrilla de amigos. Hacer litros.
Carlos:
Por mi trabajo me paso el día rodeado de adolescentes para los que "litrar" es algo mas que la ingesta masiva de alcohol.
Si desde el mundo "adulto" se enfocase este asunto desde la perspectiva que nos ofreces, seguro que seriamos capaces de obtener algunas soluciones mas provechosas.
Un saludo.
Ay.
Otra vez Carlos, diana en el mismo centro (con la colaboración inestimable del inventor del nuevo verbo)
Una vez vi de pasada como un grupito de... más bien doceañeros usaba con precisión mecánica la bolsa de plástico del super en que habían comprado refrescos y licor como improvisado odre para mezclar los "litros". Luego un mordisco en una de las puntas inferiores y a rellenar los envases originales con la mezcla. Litrar en estado puro, vamos.
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