miércoles, 21 de octubre de 2009

Diglosia política


La autodenominada izquierda abertzale se supera en el lenguaje críptico al que nos tiene acostumbrados. He de confesar que no he leído los 36 folios que dicen que contienen las profundas reflexiones en las que andan metidos ahora pero lo que su propia prensa destaca muestra la endogamia mental absoluta a la que está sometido este sector de la sociedad vasca.

Sólo desde la más absoluta negación de la realidad efectiva de lo que pasa en el País Vasco (y que todo el mundo conoce) es posible alguien que apoya la amenaza y el asesinato pueda escribir que apuesta por "un proceso democrático que tenga como base la palabra y la decisión de la ciudadanía vasca" y que debería llegar a desarrollarse "sin ninguna violencia ni injerencia externa".

Pues no contentos con ello, la apuesta esa la sustancian en pasos, entre ellos: Construir un "muro popular" lo más amplio posible frente a las agresiones y la injerencia estatal, y a favor del propio proceso democrático y la excarcelación de presos” .

Es tal el delirio en el que están que parece que vaticinan que será la izquierda abertzale la que se beneficiará del paso del tiempo, de modo que el Estado español aparezca con claridad en su papel de "verdugo" y los independentistas se reflejen como víctimas….Toma ya.

Hay de todo en el resumen de lo publicado. Bueno, casi de todo porque no hay nada de lo único que debería haber. Falta esa comunicación clara, efectiva y rotunda de que ETA debe desaparecer para siempre. Una línea hubiera bastado. Falta el reconocimiento expreso y valiente de que este pueblo tiene derecho, por fin, a liberarse de la amenaza real, de la injerencia real, de los verdugos reales y de que debe ser respetada su voluntad democrática real expresada año tras año por todos los vascos que ni siquiera entienden ese lenguaje torturado y "orwelliano" que fuerza a las palabra a significar lo contrario de lo que significan.

En contraste ayer le estuve escuchando a Maite Pagazaurtundua palabras que sí se entendían. Que expresaban ideas en lugar de intentar ocultarlas. Y le escuché avisos claros a una sociedad acobardada, temerosa y sumisa, que ha llegado a admitir cosas inadmisibles.

Maite Pagazaurtundua nos avisaba de la necesidad de una “alfabetización” de los jóvenes a favor de la deslegitimación de la violencia como herramienta. Nos dijo que era urgente terminar con el ambiente que pretende prestigiar al terrorismo y reescribir un pasado glorioso a la medida de los ex asesinos.

Dijo muchas cosas pero también a ella le faltó algo. Le faltó el odio. Nos hablo como quien propone una solución a un problema grave y urgente pero sin prevalerse de su condición. Maite habló con toda la legitimidad pero sin ningún reproche. Menuda diferencia.
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Foto diario El País

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