
Es tal la terquedad con la que los nacionalistas han evitado siempre nombrar el vocablo “maldito” que a menudo han entrado de lleno en el campo del ridículo, lo que ha sido aprovechado no pocas veces por los mismos humoristas de la televisión vasca.
El sustituto preferido para evitar el término España y derivados ha sido siempre “El Estado” o “estatal”, para negar así la existencia de un país real y reducirlo a una mera estructura administrativa. O sea que error sí pero inocencia ninguna.
Han sido tantos años que han conseguido que algunos ya consideren que “estatal” es sinónimo de “español”. Una vez extendida semejante estupidez nos podemos encontrar, por ejemplo, con que la selección española es denominada “el combinado estatal” como si fuese un cóctel institucional, o cuando se dice “hay una borrasca centrada en el Estado” como si se tratase de problemas en los ministerios, y otras cosas del mismo cariz.
Pero incluso en este país en el que la política tiene a veces un gran componente risible (si no fuera por algunas cosas) nunca había visto algo como lo de la fotografía. Les juro que es real aunque he borrado el nombre del establecimiento. Está en Bilbao y la tortilla española que hacen es excelente.
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