lunes, 17 de mayo de 2010

Atardecer azul en Madrid


La imagen que tenemos de las ciudades casi siempre está vinculada a la prisa. Nos es fácil sentir una ciudad como algo apresurado, anónimo e impersonal. Aunque si reflexionamos un poco también seremos capaces de ver oportunidades, matices, sorpresas…espectáculo.

Me gustan las ciudades y me gusta cuando una ciudad se reconoce a sí misma como escenario de convivencia, con todo el valor que eso tiene. Cuando se mira y descubre lo espléndida que está.

Con motivo de su primer centenario, la Gran Vía de Madrid se abrió a ser paseada por todo el mundo. El escenario se convirtió en protagonista y el suelo se hizo más humano para que la gente se animase a pisarlo sin prisa. Una gozada.

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