jueves, 21 de febrero de 2008

Vigésima entrega. Señalando la dirección dentro de una habitación

(sin sexo definido)

He de confesar que esta es una reflexión que en un primer momento pensé que debía explicar a los hombres, porque vosotras soléis tener peor sentido de la orientación en general. O al menos eso creía. Sin embargo de cuando empecé a escribir las primeras notas a ahora he podido ir viendo que esta carencia está también muy presente en varones y ya no estoy tan seguro de que sea una dificultad primordialmente femenina. Por eso he revisado el texto y le he asignado un tibio “sin sexo definido”.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Pena de cámara

El domingo pasado me pilló una manifestación de la izquierda abertzale entrando en Bilbao. Hacía una mañana espléndida y los alrededores de mi casa, que son de mucho ambiente en las mañanas festivas, estaban llenos de gente paseando o tomando el vinito, el vermú y el pincho en la calle con la familia o los amigos.

Enseguida se escucharon los pelotazos de goma de los antidisturbios mientras muchos manifestantes corrían por la zona. Se les distinguía bien por su actitud, obviamente, y también por su indumentaria que resultaba bastante uniforme. Más uniforme de la que se suele ver entre los jóvenes –me sorprendió-.

Pero lo que me llamó la atención fue que, excepción hecha de los manifestantes, la mayor parte de las personas que estaban en la calle se inquietaron bien poco. Algo más apartados del centro de las amplias aceras, eso sí, los vecinos mantuvieron las posiciones y los vermús en la mano (antes muertos) mientras contemplaban el “espectáculo” que, además de los pelotazos y alguna carrera, incluyó el volcado de contendores de basura en la calle, ¿cómo no?

Era algo extraño ver como tres grupos de personas compartían la calle con una extraña normalidad. Unos intentando levantar una revolución a base de destrozar mobiliario urbano, otros persiguiendo a los primeros en cortas carreras y los más, mirando lo que pasaba con su consumición en la mano o incluso sin detener el ritmo del paseo dominical.

Un día me dijo un periodista amigo, al que aprecio por su bonhomía y por su inteligencia, que los vascos éramos tan opulentos que hasta teníamos un grupo terrorista local. No he podido olvidar aquella frase y la volví a recordar nítidamente el pasado domingo.

Es una idea perturbadora y tremenda para un país en el que miles de personas no tienen libertad. Es muestra de una vergonzante anestesia moral colectiva pero es también una forma de decir que, pese a tanto sufrimiento y tanta sinrazón lo que hay detrás de esos vándalos y de quienes les mandan es nada. Como mucho el deseo de imponer a los demás lo de uno piensa y temo que en algunos casos, la pura y simple excitación de la falsa batalla contra la policía.

Es como una comedia, una performance. Sale cara porque luego hay que reponer lo que se rompe, pero todo el mundo sabe que es mentira. Que nadie está haciendo una revolución. Que no hace falta dejar el vermú.

Cuando la algarada se alejó y antes de que los mismos ciudadanos retirasen los contenedores del centro de las calzadas pude ver cómo una niña de 10 ó 12 años, que paseaba con su padre, depositó cuidadosamente el envoltorio de sus patatas fritas dentro de un contendor de papel, aunque éste se encontraba volcado y cruzado en la calzada. En medio de la destrucción gratuita y retadora de los “revolucionarios” el ritmo de la ciudad seguía su curso sin interrupción y la actitud cívica de aquella niña desmentía el mensaje de levantamiento popular airado que los chicos extrañamente uniformados querían hacer creer.

Pena de cámara para haber captado aquel momento. Mi amigo periodista no me lo perdonará.

martes, 29 de enero de 2008

Decimonovena entrega. La iniciativa doméstica masculina ¿Qué quieres que te haga?


(útil para las mujeres)

Este tema me lo sugirió mi amiga Cristina. Después de evacuar consultas con personas de distintos sexos he comprobado que es un concepto que no solo está muy presente en las relaciones intersexuales sino que es considerablemente polémico. Lo voy a comentar, no obstante, confiado en que mis lectores y lectoras hayan comprobado a estas alturas que la presente guía está cuajada de buena intención y humor y ayuna por completo de acidez y mala leche. Vamos allá.

Las labores domésticas son una actividad en la que los varones hemos entrado hace bien poco en términos históricos. Los que conocimos de las monedas de 25 céntimos de peseta (que como tenían agujero usábamos como tope para el cordel de las peonzas) vivimos en un mundo en el que las mujeres eran las únicas encargadas del hogar. Así se consideraba socialmente correcto y así era.

Afortunadamente los tiempos cambian y ahora lo socialmente correcto es que los varones compartamos las responsabilidades del hogar. Por supuesto que sea tenido por correcto no quiere decir que todos los tíos se apliquen a la tarea, ni muchísimo menos, pero es innegable que hemos avanzado en esto.

jueves, 17 de enero de 2008

Decimoctava entrega. Bolsas, bolsitas y bolsetas

(Útil para los hombres)

Para bien o para mal tengo edad suficiente para recordar, bien que en mi niñez, el momento en que hizo su aparición en el mundo occidental uno de los productos claves de nuestra civilización actual: la bolsa de plástico. Tan humilde elemento ha supuesto una callada pero definitiva revolución en nuestro modelo de vida. Las bolsas de plástico han transformado los sistemas de distribución y venta, han hecho posible el desarrollo del comercio a través de las grandes superficies y han supuesto un cambio radical en las rutinas de consumo así como en el almacenamiento y transporte dentro del mundo desarrollado.

El plástico ha terminado con la cestería y la alfarería, que nos acompañaron desde la prehistoria, relegándolas al mundo del arte. Seguimos hablando de “la cesta de la compra” pero ya solo como un concepto económico.

domingo, 13 de enero de 2008

Decimoséptima entrega. Las escopetas de feria (hombres meando)


(De utilidad para mujeres y hombres)

Cuando se utilizan herramientas inadecuadas para realizar una labor el resultado no suele ser brillante. Así me lo recordaba mi amigo Epi. Además de nuestras carencias mentales, los hombres solemos tener otras “dificultades” físicas que a menudo provocan situaciones comprometidas.

El cuerpo de los seres humanos ha ido evolucionando a lo largo de millones de años pero tengo para mí que la ubicación y forma de algunas partes de nuestra anatomía se han mantenido básicamente invariables desde los primeros australopitecus que poblaban las sabanas africanas hace tres millones de años.

jueves, 3 de enero de 2008

Decimosexta entrega. Las cadenas nutricias

(Útil para los hombres)

Debo este concepto y su magnífico nombre a mi amigo Fermín que, como otros y otras, me ha sugerido nuevas ideas a medida que iban recibiendo los textos anteriores.

En este mundo occidental en que vivimos, en el que casi cualquier producto alimentario es fácilmente accesible en todo tipo de comercios o grandes superficies subsiste sin embargo entre las mujeres un residuo de otros tiempos más difíciles, en los que no era sencillo conseguir determinados alimentos. Las mujeres con responsabilidades familiares son las principales protagonistas de este concepto, que conecta, a mi juicio, con los más profundos y primarios recovecos del cuidado de la prole y del clan.

jueves, 27 de diciembre de 2007

Decimoquinta entrega. Esto pega. Esto se mata


(Útil para las mujeres)

En la entrega anterior hice referencia a la dificultad que muchos hombres tenemos para entender los colores y ponerles nombre. Contrariamente a la a menudo insultante destreza con que vosotras los manejáis. Apunté entonces que algunos añadíamos a esa dificultad casi sensorial la incapacidad para comprender qué colores de ropa combinan entre sí y cuáles no. Sospecho que existe un amplio abanico de posibilidades (de hecho, me temo que existe) pero también soy consciente de que hay colores que no combinan en absoluto por muy variables que sean el gusto o las preferencias de las personas. Y ahí está el problema.

Ese conocimiento (ese know how, que diría un consultor) me resulta completamente ajeno. Como no es una disciplina reglada que se pueda estudiar en un libro ni hay clases para aprender a maridar ropa, las personas como yo, que somos legión y casi todos tíos, nos vemos como náufragos perdidos en un proceloso mar de colores, texturas, cuadros, rayas, etc.

miércoles, 26 de diciembre de 2007

¡QUE VIVAN LAS CAENAS!

Cada día es más habitual que en las manifestaciones públicas los participantes utilicen disfraces, muñecos y hasta realicen representaciones teatralizadas que animan y aportan imágenes interesantes a los medios de comunicación que cubren el acto.

Es normal que tales imágenes presenten de forma ridícula o amenazadora a quienes se señala como enemigos de aquello que se reivindica. Sin embargo el País Vasco es especial. También en esto somos un poco confusos.

Mientras miraba la fotografía de Javier Hernández publicada en el diario El País el pasado 16 de diciembre, que ilustra una manifestación contra el tren de Alta Velocidad, a mi mismo me entraron extrañas dudas. Ese muñeco de aspecto terrorífico y amenazador, tan magníficamente realizado por cierto, no parece querer representar a la ministra de Fomento, ni a la consejera de Transportes del Gobierno Vasco. ¿Qué es entonces lo que representa? ¿Será Torto, el compañero ciclópeo de Basajaun y los demás gentiles de la mitología precristiana vascoaragaonesa?

A estas alturas no me sorprende que en Euskadi haya un movimiento contrario al tren de alta velocidad, aunque sí pueda parecerle extraño al resto del mundo. Aquí los partidarios de la muerte siempre han necesitado fabricar “causas” para buscar simpatías y apoyos, pero sí me asombra que se reivindique con toda claridad, sin ambages, sin disimulo alguno, hasta con muñecos de goma bien explícitos la bondad del atraso secular, la ventaja de lo arcaico, las maravillas que nos aporta la ignorancia contra el desasosiego inherente al conocimiento y la razón.

No hemos avanzado mucho, a lo que parece, desde el cura Santa Cruz y otros reaccionarios y trabucarires, pero “flipo” cuando veo cuánta imaginación, esfuerzo y hasta “maña” ponen algunos en ver cómo consiguen que el País Vasco sea el último reducto del aldeanismo, tan amigo de controlar la libertad y el pensamiento de los demás. Y me asombra sobre todo la gallardía y la intensidad con que aquí se reivindica el regreso a un mundo mitológico en el que nadie cree de verdad.Y lo mismo resulta que el muñeco está diseñado o realizado por ordenador. Vaya usted a saber.

viernes, 21 de diciembre de 2007

Decimocuarta entrega. ¿Carne o pescado? ...Si

(Útil para los hombres)

Te habrá pasado montones de veces con las mujeres. Que haces una pregunta con dos opciones y te responden “si”. Y tu te quedas ahí con cara de bobo, intentando saber sí a cual de las dos. Olvídate de adivinanzas. En contra de lo que te pudiera parecer el sí no es a la primera de las dos opciones. Es sí a lo que ella está pensando. La otra opción es simplemente que la ha desechado y ni siquiera la ha tenido en cuenta en la respuesta, por eso ha dicho “si”, porque ella solo ha captado una de las dos opciones, la que quiere.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Decimotercera entrega. El problema de los colores


(Útil para las mujeres)

De pequeños a todos nos enseñaron que el arco iris estaba formado por siete colores. En la versión que yo recibí eran: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, añil y morado. He de confesar que ya desde aquel momento he tenido problemas para asignar bien cuál es exactamente la posición del añil y en qué se diferencia del azul y del morado.

Más adelante, en física, aprendimos los experimentos de Newton sobre la descomposición de la luz blanca a través de un prisma, las distintas longitudes de onda de cada color y demás. Información que, por cierto, no logró despejar mis dudas sobre el añil, pero en fin, cada uno debe asumir sus carencias.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Cubiertos y menús del día

En la mayor parte de los restaurantes que frecuento, cuando tomas el menú del día te obligan a utilizar los mismos cubiertos con el primer y segundo plato. En cambio cuando tu consumición es “a la carta” o de “menú especial” lo habitual es que el camarero te retire, diligente, los cubiertos usados y aun los no utilizados.

Ciertamente no sé cual es el costo que tiene el funcionamiento de un lavavajillas industrial, como tampoco conozco los sistemas que la hostelería debe aplicar para conseguir precios competitivos, pero eso de los cubiertos me asombra. A menudo la reutilización de los cubiertos supone que mientras se espera el segundo plato éstos deben colocarse usados sobre el mantel de tela, con las consecuencias que cabe imaginar. El propio camarero que sirve las mesas se ocupa de tal menester dejando los cubiertos pringosos de salsa sobre el algodón de forma que el mantel de ninguna manera podrá ser ya utilizado para el siguiente cliente.

Solo caben dos opciones. La primera es que la limpieza de los manteles así como su secado y planchado posteriores resulten tareas tan económicas que no importe cuántos sean cambiados cada día mientras que, por el contrario, cada pieza de cubertería que visita el lavavajillas suponga un gasto considerable.

De no ser así, debemos entender que esta práctica de dejar los cubiertos sucios se ha convertido en un signo, en un ritual destinado a marcar el estatus (en este caso el menor estatus) de los comensales que pedimos un humilde menú. Podrían ponernos platos de otro color, cubiertos de plástico como en los aviones o, incluso....unas orejas de burro postizas. Todo sería válido ya que aparentemente no se trata de ahorrar esfuerzo o dinero sino de señalar con claridad la diferencia entre unos comensales y otros. Y a lo que parece la única vía que se ha encontrado para conseguirlo es la de hacer rico al dueño de la lavandería. ¿No les parece curioso?.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Duodécima entrega. Qué bonito problema

(Útil para los hombres)

Si exceptuamos a los matemáticos, que tienen una curiosa forma de disfrutar del mundo, parece un hecho incontestable que encontrarse ante un problema es una situación incómoda y estresante para cualquier ser humano. Toda nuestra vida es un intento siempre fallido de evitarnos problemas y cuando nos encontramos ante uno no podemos decir que estemos en el momento más feliz. Nos vemos obligados entonces a tomar decisiones, a elegir soluciones y por consiguiente a renunciar a posibilidades que nos hubiese gustado mantener abiertas.

martes, 4 de diciembre de 2007

Con el dinero no se juega

En España tenemos una pasión por el juego que es muy institucional. Nada que ver con los británicos, que apuestan de forma mucho más libre y algo anárquica. Aquí no. Nada de eso. A los españoles nos parece como si rellenar una quiniela o la declaración del IRPF fuese un poco lo mismo.

El Estado Español (y aquí utilizo correctamente el término) se desvive en presentarnos cada poco nuevas e imaginativas opciones para que incrementemos las arcas de Hacienda. Posiblemente de ahí viene la confusión a la que antes me refería.

Si tiene usted afición a las quinielas, loterías y demás apuestas le recomiendo que la próxima vez que vaya a sellar su boleto eche un vistazo a la panoplia de opciones que se le presentan, desde la antigua quiniela, el quinigol, la primitiva y sus variantes, la loto turf, la lotería nacional... Un mundo tan amplio que a algunos se nos escapa. Menos mal que el siempre solícito Estado nos aclara las caracaterísticas de cada tipo de apuesta de forma clara, sencilla y obvia.

No hay más que ver el boleto que adjunto. Un prodigio de sencillez y claridad. Véase el texto resaltado:

A los partidos elegidos para la reducción se les asignan los pronósticos correspondientes de cada grupo en el orden creciente del número del partido. Si en la reducción entran dobles, los signos 1 y X son sustituidos por la pareja de signos del bloque de pronósticos y en el mismo orden.
Yo apostaría pero...es que me da la risa.

jueves, 29 de noviembre de 2007

Undécima entrega. Los juguetes. Hombres de compras




(Útil para las mujeres)

A todos los niños les gustan los juguetes. Cuando crecen pierden paulatinamente el interés si son mujeres pero si son hombres lo que sucede es que cambian de juguetes pero mantienen la afición hasta la muerte. ¿Por qué creéis que la mayoría de los coches caros los compran los hombres? ¿Qué demonios hacemos los tíos comprando revistas de coches o de barcos? Pues eso, que hemos cambiado de juguetes.

Cuando digo juguetes me refiero, claro está, a cosas que un tío en absoluto necesita pero que le gustan como a un niño. ¿Os habéis fijado vosotras en el brillo de nuestros ojos cuando paseamos por el lineal de, por ejemplo, talados o sierras mecánicas de un almacén de bricolaje? ¿Habéis visto nuestra cara cuando nos paramos delante de una tienda de motos?.

jueves, 22 de noviembre de 2007

¡Y un jamón!



No soy original si digo que vivimos una época en la que lo inmediato ha adquirido un valor social incuestionable. La gran consideración que en otros tiempos tuvieron la paciencia, la sabiduría o la constancia parece haber abandonado a estas añejas virtudes para mudarse a casa de la inmediatez.

Hermana de la prisa y compañera sentimental del éxito, la inmediatez se ha convertido casi en un requisito para que algo pueda merecer la estimación pública. No hay nadie, o muy pocos, dispuesto a esperar interminables plazos (de años y hasta de décadas) para reconocer a un profesional su valía, a un artista su talento o a un invento su importancia. Aquí lo que no se puede conseguir o juzgar enseguida no le importa a nadie.

Así ha sucedido por ejemplo, que la palabra YA, -antes simple auxiliar de nuestro lenguaje- ha progresado hasta adquirir un valor sustantivo y su mera invocación se juzga imprescindible y hasta suficiente para que aquello a lo que se refiera sea atendido al instante. Faltaría más. No hay manifestación pública en la que tan económico vocablo no tenga un protagonismo destacado. Lo mismo se trate de una reivindicación sindical, vecinal, política o de cualquier otra índole. Siempre estará allí, bien grande el inevitable ¡YA! Así, con admiraciones y -por supuesto- en mayúsculas.

No sé si esta fiebre por lo inmediato nació con el cacao instantáneo de nuestra niñez, o ya venía progresando desde el "casihuevo" de la postguerra pero es indudable que se trata de una verdadera pandemia de nuestro mundo.

Por si le cabía alguna duda vea usted -lector o lectora- la foto adjunta. Le anticipo que lo que anuncia es un plan de pensiones para que el cliente ahorre durante años y pueda así, en su jubilación, cobrar un complemento económico que le ayude a vivir más desahogado. Lo suscribe una importante compañía aseguradora y la campaña lleva varias ediciones por lo que supongo que algún éxito tendrá cuando insisten.

Para animarle a usted a ir cada mes apoquinando un dinerillo durante los -espero- muchos años que durará su vida laboral verá que no hay apelaciones a virtudes como el ahorro, la paciencia, la recompensa aplazada y demás gaitas. Tampoco se le ofrece como obsequio una joyita o un reloj, que vayan acompañándole durante su madurez. Tal vez una pequeña obra de arte, cuyo valor quizás pudiera incrementarse en paralelo con el de sus aportaciones al plan de pensiones (que bonito maridaje, aunque algo cursi -lo reconozco-)

No no. Aquí no se andan con bobadas a largo plazo, aunque el producto consista precisamente en eso. Lo que le ofrecen a usted es lo que mola, lo inmediato, lo guay, lo que mueve el deseo YA. Nada menos que un jamón (luego en la letra pequeña se aclara que es paleta de Jabugo, o sea que jamón jamón tampoco). Usted ahorre todos los meses durante el resto de su vida laboral y para que se anime a un esfuerzo tan prolongado le damos algo que habrá olvidado la semana que viene o la otra, dependiendo de su apetito y de sus dotes de anfitrión.

Si los clientes de planes de pensiones, a los que supongo trabajadores adultos y posiblemente de mediana edad, a lo que son receptivos es a la paletilla de Jabugo para hoy, no me extraña que mis hijos adolescentes ni siquiera puedan entender que en el instante mismo en que quieren algo no esté yo ahí, delante de ellos, para darles el dinero que precisan. Hasta el punto de que se contrarían cuando reclamo tiempo para bajar al cajero de la esquina a retirarlo.

Me hago viejo y no tengo plan de pensiones. Ni tampoco un jamón.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Décima entrega. Calle arriba, calle abajo

(Útil para los hombres)

Ten en cuenta que para las mujeres estos conceptos pueden ser perfectamente válidos incluso aunque la calle esté en la zona más llana de Holanda.

Para una mujer arriba y abajo no tienen por qué significar una diferencia efectiva ni evidente de altura. Mucho menos se refiere a la dirección Norte-Sur, aspecto que les suele ser completamente ajeno.

Cuando una mujer te dice que “tires para arriba de la calle” no te asombres si ves que la calle es completamente plana. Lo conveniente es que busques otras ayudas en su lenguaje no verbal o en el conocimiento previo de sus circunstancias. Lo primero es mirar, con disimulo, si te está señalando alguna dirección con el dedo, o con la barbilla (las mujeres señalan mucho con la barbilla, sobre todo cuando hurgan en los bolsos).

jueves, 15 de noviembre de 2007

Novena entrega. El silencio es mal conductor de información

(Útil para las mujeres)

Las que estudiasteis física recordaréis que cada sustancia presenta una mayor o menor conductividad eléctrica y también que el sonido se transmite mejor cuanto más denso sea el medio. Pues al silencio le pasa con la comunicación lo mismo que a la madera con la electricidad -que es mala conductora.

Todos sabemos que se pueden transmitir órdenes, ideas, sentimientos y emociones mediante multitud de sistemas no verbales, pero ya que nuestra especie ha desarrollado tan extraordinaria capacidad para crear conceptos y manifestarlos a través del lenguaje, os sugiero que hagáis todo el uso posible de esa facilidad tan eminentemente humana y para la que en general estáis tan bien dotadas.

martes, 13 de noviembre de 2007

Papá, dame una monedita para comprarme una historia

En el centro comercial hay una zona con caballitos de colores, aviones, coches, helicópteros...que funcionan con una moneda.

¿Por qué le gustan tanto? Me lo pregunto hasta el momento en que fijo con detenimiento en cómo está construido el caballito de fibra policromada. Con todo detalle, con su rienda de cuero, rodeado de otros animalitos y de un cactus. La niña me los señala como parte del juego. Ella sí los había visto desde el principio.

Solo se balancea un poco adelante y atrás mientras suena la música del Far West y el relincho mecánico del caballo. Suficiente para crear un minúsculo mundo de fantasía que le sirve a mi hija para contarse a sí misma una historia de aventuras, de galopadas al viento y de animalitos del desierto, todo en medio de un pasillo atestado de gente con sus bolsas y sus prisas.

Tres años. Tan pequeña y ya sabe contarse historias. El ser humano lo es sólo porque necesita crear narraciones. No sabe limitarse al mundo que tiene delante y no puede vivir sin imaginar otros mundos. Mundos tan ciertos como ese desierto por el que galopa el caballito que vive en el pasillo del centro comercial.

Una historia por un euro.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Una para ti, diez para mí

Si usted quiere organizar un desfile de moda bien frívolo, solo tiene que decir que “los beneficios” irán a un orfanato del tercer mundo. Si se trata de una rifa de bagatelas que les sobran a las damas de la alta sociedad, bastará con que diga que es por los niños sin hogar.

Siempre me ha producido un cierto escándalo moral que se utilice a las organizaciones benéficas como coartada para la frivolidad o para los beneficios. Debo de ser un poco rarito porque cuando lo he expresado amigos cercanos me han reprochado ser un aguafiestas.

Pero a mi cuando una cadena de televisión lleva a unos “famosos” a dar brillo a uno de esos concursos y el presentador se desgañita diciendo que “lo que ganen” será para una ONG es que estomaga. Nunca les he oído decir que los ingresos por publicidad en esa franja horaria vayan a ser para otra organización distinta de la propia cadena. Jamás.

Este fin de semana he oído cómo entrevistaban a un señor que se ha pasado una semana encerrado en un camión sin más comunicación con el exterior que una conexión a Internet a través de su teléfono móvil. El juego tiene por objeto exclusivo y evidente la promoción de los nuevos servicios de una compañía telefónica pero, por supuesto, no ha faltado la alusión a una ONG. Todo lo que consiga el fulano en su deambular por España será donado a una organización de ayuda para que sea subastado y vendido con el fin de conseguir fondos.

Es decir, que cuando haya terminado la campaña publicitaria les van a regalar la basura que les sobre (seguro que ni siquiera les donan el camión). Y ahí está el tío tan feliz mientras le entrevistan por teléfono –excepción permitida para que la campaña tenga éxito- diciendo que lo más importante de la experiencia es que se trata de un acto solidario.

Vete a cagar!

Nuevos conceptos inmobiliarios

Hace ya algunos años mi amiga Miriam estuvo buscando piso. Como solíamos volver juntos a casa tuvo oportunidad de iniciarme en el lenguaje de los anuncios inmobiliarios, que ella iba descubriendo cada día entre asombrada e indignada.

Así fui aprendiendo un nuevo idioma, que hasta entonces desconocía:

"Buena altura" se traduce por "no es un bajo".
"Entrar a vivir" significa en realidad "necesita reformas".
"Necesita reformas" quiere decir "es un escombro que se cae"
"Luminoso" quiere decir siempre, sin excepción, "interior"

Pero la creatividad publicitaria es un universo en expasión y la prueba es esta volatina que reproduzco y que le fue entregada a mi amigo Julio en Bilbao. Julio es filólogo y no pudo evitar quedarse asombrado, como yo, por el novedoso concepto que he marcado con un recuadro. Juzguen ustedes.