viernes, 28 de septiembre de 2012

La ley del más fuerte


Para que alguien pueda imponerte una conducta necesita, de entrada, ser más grande o más fuerte que tú. En caso contrario tendrá muchas dificultades para conseguir que hagas algo que no harías de forma voluntaria. Comprendo que suena un poco salvaje pero así ha sido siempre, lo es ahora y lo seguirá siendo.

Descartada la seducción, que trata de despertar tu propia voluntad, los Estados Nacionales que conocemos (democráticos o no) nacieron para que existiera una autoridad colectiva y reglada que fuera más fuerte que la de los particulares y así poder imponer normas y establecer reglas. Max Weber lo describió como el “monopolio legítimo de la violencia y de la coacción”. También esto suena terrible pero no por ello es menos cierto.

Los mercados, que son ahora mundiales, instantáneos y cuajados de intereses privados, se han hecho ya demasiado grandes y poderosos para que ningún Estado les tosa, ni siquiera los más consolidados. Ellos ponen sus normas, o sea sus no normas, deciden lo que les importa y lo que no y toman sus decisiones, a veces en segundos, sin otro límite que su deseo. No hay leyes en el planeta que deban respetar porque no hay nadie en el planeta más fuerte que los propios mercados. La consecuencia es el espectáculo de desorientación que están dando incluso los gobiernos de países que fueron poderosos. Del nuestro mejor ni hablamos, que ya he escrito bastantes crueldades es un texto tan pequeño.

Quienes siempre quisieron crear Estados Nacionales a su medida; más pequeños y familiares, más uniformes, menos plurales y -dicen- más “auténticos” están presentando ahora su vieja aspiración como salida a los desastres de la crisis. El último ejemplo es Cataluña. No criticaré yo los sentimientos legítimos de nadie pero es evidente que, tratándose de la economía, si los grandes Estados ya no son suficientemente poderosos para imponerse al capitalismo especulador mundial, el camino para defender los intereses de la gente normal debería ser crear algo que sea más fuerte que los mercados, que pueda imponerles normas como hacen los Estados actuales con nosotros. Y para eso habría que acelerar la creación de, al menos, una Europa más unida, compacta y poderosa y no trocear los Estados actuales.

Sin duda podremos discutir con todo respeto sobre identidades, culturas, idiomas, tradiciones…pero la economía y la crisis por favor que ni las nombren, que a la gente ya la han engañado bastante.
Publicado en Danok Bizkaia el 28 de setiembre de 2012

viernes, 21 de septiembre de 2012

Respeto, memoria y olvidos

Foto El Mundo

Los grandes protagonistas históricos de la que se llamó Transición Española nos van dejando por ley natural. El martes supimos que había fallecido Santiago Carrillo y los medios se han llenado estos días de epitafios y reseñas sobre su incansable, compleja y, por eso mismo, controvertida biografía.

Es probable que muchas personas jóvenes que lean estas líneas no conozcan ni la figura ni la trayectoria de un hombre que protagonizó casi un siglo de historia de España. Si es así, les recomiendo que aprovechen la ocasión de informarse en los numerosos repasos históricos y políticos que todos los medios están haciendo con motivo de la muerte del líder comunista.

Verán que en esos 97 años de historia que Carrillo vivió, España ha sido escenario de grandes avances y de terribles desgracias. Leerán acerca de su impagable contribución a la recuperación de la democracia en España, de su valentía ante los golpistas, de su compromiso con las libertades y contra el fascismo (no el del insulto callejero, sino el de verdad) y también sabrán de su evolución heterodoxa dentro del comunismo. Y, por supuesto, leerán acerca de sus errores, particularmente sobre aquellos vinculados a una guerra en la que nuestros abuelos se mataron unos a otros con gran crueldad y en la que él participó activamente, del lado del bando legítimo, por cierto.

Ante la muerte suele ser norma referirse sólo a los momentos más admirables de la persona fallecida y dejar de lado lo desagradable pero estoy viendo que tal cosa no va a suceder con Carrillo. No me parece mal que así sea, porque creo que es bueno saber que todos aquellos que han tenido una responsabilidad importante en la torturada historia de España se han visto arrastrados alguna vez por sus luces y por sus sombras. Pero ese valioso ejercicio de ecuanimidad histórica me resultaría más creíble si algunos que con tanto detalle recuerdan aún hoy lo ocurrido en plena guerra no hubieran olvidado tan convenientemente las muchas y muchísimo más recientes sombras de otros grandes políticos fallecidos, sin duda tan valiosísimos como el propio Carrillo para nuestra democracia, pero que en tiempos también muy negros para España impulsaron la tiranía y la muerte, doblegaron a los humildes desde el poder y pelearon contra la libertad de todos.

Mostremos nuestro respeto por todos los muertos, especialmente por aquellos de cuyas largas y complejas vidas podemos aprender algo. Tengamos memoria para que no nos arrastren los errores terribles de nuestra historia, pero jamás aceptemos el olvido selectivo, consciente y culpable que los indignos nos quieren imponer.

Publicado en Danok Bizkaia el 21 de setiembre de 2012

sábado, 15 de septiembre de 2012

Cataluña tiene un problema


En relación con la manifestación independentista de la Diada quizás convendría poner un poco de hielo para rebajar el calentón general que parece que se está produciendo.

Aclaremos que la manifestación ha sido muy multitudinaria y que merece ser tomada en serio sobre todo porque, siendo tan masiva, ha resultado bastante más nítida y concreta en sus reclamaciones de lo que haya sido antes ninguna otra. Los muchísimos miles y miles de asistentes querían un Estado independiente y separado de España y se les entendió muy bien cuando lo dijeron, sin titubeos ni matices.

Tan nítida ha sido que le ha pasado por encima al Presidente Mas, que se ha quedado descolocado allí con su pacto fiscal temblándole en la mano y sin saber muy bien cómo evitar que se le derramase mientras se subía al huracán que habían planteado sus compañeros de viaje independentista.

Después de tantos siglos de formar parte fundamental del país, el movimiento de desafección manifiesto de buena parte de los catalanes es, desde luego, un problema muy serio para el resto de España pero es una auténtica bomba social y política para Cataluña, que es la que va a sufrir los problemas más graves en su propio tejido humano, empresarial, económico y también cultural. Por mucho que diga Mas, que se equivoca también en eso, la pelota está ahora en el tejado del independentismo. Y no va a bajar sola.

Planteado ya con toda claridad que su objetivo es la separación, están ahora obligados a explicarles cuidadosamente al resto de catalanes que no fueron a la manifestación -sobre todo a ellos pero de paso también al resto de españoles- cómo se sustancia el proceso de gestación de la Cataluña independiente que desean y cómo será ésta una vez en marcha. Están en su derecho de querer irse y ningún Estado democrático puede negarse a escucharles del mismo modo que ellos no pueden tampoco negar a los catalanes no independentistas una explicación detallada y concreta de qué clase de país les proponen compartir con ellos en caso de que su sueño salga adelante.

Y no estoy hablando de economía, que también, sino de nacionalidad y ciudadanía compartidas o no, de sufragio universal o no, de cómo se articularían los derechos a la identidad, culturales y lingüísticos de los catalanes que querrán seguir siendo españoles y no por eso dejar su tierra, de qué tipo de relación desean tener con la España a la que aquellos se sentirán vinculados… mil cosas. Y todas ellas deberán explicarlas con sumo cuidado, detalle y honestidad porque los antecedentes de países creados en contra del sentimiento de buena parte de sus habitantes han acabado todos como el rosario de la aurora.

Por eso es muy preocupante que parezca como si esta tarea se diera por hecha y que el siguiente paso fuera ya simplemente hablar con España en nombre de “toda Cataluña” para ver cómo se sigue adelante con sus planes. No puede ser. La etapa de explicación y “seducción” de los millones de compatriotas que no son hoy independentistas no solo es ineludible sino que será la más larga, compleja y difícil de todas. Y la más decisiva para que el resto del mundo al que quieren pertenecer se convenza de que esta vez no se repetirán los episodios de secesión que hemos conocido hace no tanto en Europa.

Mucho antes de hablar de la liquidación ordenada de los bienes vinculados durante siglos con el resto de España, de los servicios e infraestructuras comunes o de la Unión Europea, del euro y -¡por favor!- del Barcelona y sus ligas, hay que empezar con lo más importante: aclarar y traducir al papel y al compromiso concreto la emoción de la Diada 2012. Y que se entienda todo tan bien como el se les entendió el pasado día 11. Aunque pasar de las musas al teatro no será cosa sencilla, así que paciencia.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Cierran Garoña… sin querer


No deja de tener su guasa que haya tenido que venir un gobierno de derechas para que la central nuclear de Garoña cierre para siempre. Desde finales de los 70´s del siglo pasado, Garoña ha sido blanco de infinidad de movilizaciones, marchas y protestas. La central es antigua, desde luego, pero ha demostrado una indiscutible resistencia, no solo contra los peligros inherentes a su propia actividad sino también contra el acoso del movimiento ecologista (que entonces se llamaba directamente antinuclear). Superó el paso de una dictadura a una democracia, aguantó gobiernos de uno u otro color y las polémicas consiguientes. Y en los últimos años hasta ha sobrellevado el desprestigio que le acarreó el accidente de su gemela en Fukushima.

Todo lo ha soportado estoicamente Garoña, todo menos un cambio aparentemente menor en la política energética impulsado por el Gobierno Rajoy. ¡Qué cosas! De nuevo la contabilidad vence a la épica. Lo que fue imposible tras décadas de manifestaciones, críticas y ruidosos debates políticos, lo ha conseguido en un pispas un ministro y un partido que, paradojas del destino, se habían manifestado con vehemencia a favor de la continuidad de la central. Tanto era así que el ministro Soria ha confesado en rueda de prensa que la decisión de la empresa de abandonar su actividad le ha pillado completamente por sorpresa.

Convendría que aprendiésemos de esto alguna lección; que fuéramos mucho más conscientes de que la política es el difícil arte de establecer buenas reglas de juego para sociedades complejas como son las nuestras. Un político solvente debería ser capaz de prever que cuando toma una decisión, o la contraria, algunas consecuencias puede que sean distintas a las que pretende de entrada: Si encarecemos el acceso a la educación, sin duda reduciremos gastos pero deberemos asumir que habrá más gente expulsada del sistema, que se buscará la vida en la calle… y que algún día todos pagaremos un precio por ello. Cobrando los medicamentos a los jubilados crónicos ahorraremos algún dinero hoy que seguramente tendremos que gastar multiplicado mañana, cuando muchos de ellos acudan a urgencias. Y como estos ejemplos, cientos. Garoña es solo uno más.

Son precisamente las decisiones que parecen pequeñas las que tienen consecuencias más profundas y duraderas. Esa es la verdadera esencia de la política y su auténtica dificultad. La pasión por las soluciones inmediatas y milagrosas puede que resulte grata para una sociedad que parece necesitar que cada día sea un espectáculo, pero es uno de los caminos que nos llevan al seguro deterioro de la política, de su utilidad y -claro- también de su credibilidad. Un ministro no puede decir, como hace mi niña: “Ha sido sin querer”.

Publicado en Danok Bizkaia el 14 de setiembre de 2012

sábado, 8 de septiembre de 2012

El miedo y el mercado


Regresados del verano tanto este periódico como quienes todavía hemos podido pagarnos unas vacaciones, retomo la columna con una reflexión de plena actualidad. ¿Prestaría usted su dinero a alguien que cada día que pasa es más pobre? ¿Le consolaría mucho saber que, aunque no recuperará el dinero, su deudor lo va a pasar fatal?. Mi respuesta sería en ambos casos no. Rotundamente no.

Si, como yo, no quisiese usted dejarle su dinero a quien no podrá devolvérselo, compartirá también conmigo el asombro que me causa que la estrategia del Gobierno de España ante quienes nos pueden prestar sea, precisamente, la de demostrarles lo muy pobres que estamos dispuestos a ser y lo mucho que estamos dispuestos a sufrir. Como si a los prestamistas internacionales les moviese la misericordia (o el sadismo) en vez del interés económico.

Admira que se nos presenten los llamados mercados con un enfoque tan absurdo, olvidando que son negocios y atribuyéndoles comportamientos cuasi-divinos. Así se habla de “calmarlos”, de que vean cómo nos “sacrificamos” y cómo nos “esforzamos”, de que “valoren nuestra austeridad”. Delirante.

Como si se tratase de una de aquellas crueles deidades de la antigüedad ante las que se asesinaban ritualmente vírgenes o niños para asegurar las cosechas o la victoria militar, nosotros ahora ofrendamos a los mercados en sacrificio cosas como nuestra salud… (desmontando la sanidad pública), a nuestros hijos…(minando la educación que les daba oportunidades), el bienestar económico…(destruyendo la capacidad de compra de la gente), o nuestras posibilidades de innovación futura… (acabando con los proyectos de investigación). Y lo peor es que a todas esas “muertes sociales” se les atribuye hoy la misma inapelable eficacia que a aquellos sacrificios humanos. Habremos cambiado las túnicas sangrientas por las corbatas de seda pero está visto que la superstición sigue intacta. Usted me dirá.

Algunos dicen que el Gobierno de España está aprovechando la crisis para desmontar los derechos de la gente que tanto han incomodado siempre a la derecha. Tal vez. Puede que la voladura de los servicios públicos sea en realidad una maniobra para que finalmente los puedan comprar baratos las empresas amigas. Quizá se trate de utilizar el miedo para mantener a la ciudadanía dócil y callada ante tanto estropicio. Todo eso es indecente, claro, pero lo que me resulta más alarmante es que realmente puedan llegar a creerse en serio que empobrecer España va a ser aplaudido por nuestros acreedores.

No me extraña que los mercados, lógicamente aterrados a la vista de estos locos españoles que se afanan en destruir su propio futuro, nos presten dinero con intereses de usura. La prima de riesgo se ha convertido en el termómetro de nuestros problemas pero también en el indicador del miedo que damos.
Publicado en Danok Bizkaia el 7 de setiembre de 2012

viernes, 27 de julio de 2012

Injusticia y cinismo


Foto elblogoferoz.com

El Ministro de Injusticia, Ruiz-Gallardón, movido por sus profundas convicciones cristianas, va a suprimir uno de los supuestos en que el aborto era legal en España, además de legítimo: El que se aplicaba en caso de que el feto presentase graves malformaciones y así lo certificasen varios médicos. Se condena así a muchas familias (esa palabra con la que tanto se les llena la boca a la gente de derechas) a pasar por el calvario de ver nacer y seguramente morir a un hijo o hija que en muchísimos casos nunca podrá conocer otro lugar que la incubadora o la cama de una unidad hospitalaria, nunca otra vida que el dolor y jamás una alegría ni una risa. Porque las enfermedades graves en los no nacidos son así de terribles. Terribles para ellos y demoledoras para sus familias. Sólo podrá una mujer librarse de tal tortura si dispone de dinero para poder ir a una clínica en algún país extranjero que no tenga ministros cristianos tan despiadados como Don Alberto.

El ministro desde luego no es tonto y como sabe que recortar el derecho al aborto le reportaría justas y razonables acusaciones de reaccionario (a él, que tanto ha trabajado para crearse una impostada imagen de progresista) ha tenido, además, el cinismo de hacer pasar como defensa de las personas con minusvalías lo que es un ataque directo contra las mujeres y sus derechos.  El ministro del mismo Gobierno que ahora dinamita las ayudas a las personas dependientes, se permite la insolencia de apelar a los mismos a quienes abandona para utilizarlos como munición mediática contra el derecho que todo el mundo civilizado reconoce a las mujeres.

El Gobierno cuyo presidente había prometido llamar al pan: pan y al vino: vino, se ha convertido en el parque temático del eufemismo, de la apariencia, de la manipulación de la información y aún de la mentira directa. Es normal que nadie les crea en Europa ni en los mercados, que nadie se fíe de España y nadie nos fíe.

Yo tampoco me fío y ya no sé cuáles de todas las voladuras que están llevando a cabo en nuestra economía y en nuestros servicios eran auténticamente imprescindibles y cuántas destrucciones están impulsando por propia convicción, simplemente porque siempre les pareció que la gente común tenía demasiados derechos y posibilidades, tal y como ha hecho ahora el ministro Ruiz-Gallardón imponiendo un sufrimiento inútil y terrible a las mujeres humildes.

Publicado en Danok Bizkaia el 27 de julio de 2012

viernes, 20 de julio de 2012

Huelga de niños



Pronto España vivirá nuevas protestas por la destrucción de casi todo aquello que nos convertía en un Estado europeo más. Abrumado por la premura que le imponen Europa y los mercados el Gobierno ha decidido abandonar el bisturí y coger la motosierra. Y a quien no le guste “que se fastidie”.

Foto Mayerly Martinez
Trabajadores empobrecidos, sanidad de pago, ancianos y dependientes a su suerte, paro desbocado y con menos derechos, educación la justa para que los pobres no dejen de serlo. No es raro que haya protestas, nos venden un futuro sin red pública alguna en el que una contrariedad laboral, familiar o de salud puede dar al traste con cualquier proyecto vital. Solo los auténticamente ricos podrán tomar decisiones, no las exhaustas clases medias, ni los castigados trabajadores. De los jóvenes ni hablamos.

Así que no es raro que un estudio oficial publicado en Euskadi estos días revele que el 77% de las personas ha decidido no tener hijos. Es un porcentaje 21 puntos mayor que hace once años. Y no es que se retrase la edad de maternidad, como venía ocurriendo, es que sencillamente se descarta. Así lo hace el 44% de los jóvenes y el 79% de los que ya han cumplido los 30 (ojo que la edad media a la que se tiene el primer hijo son 27 años). Es una sociedad moderna que reacciona con decisiones propias de su tiempo cuando se siente amenazada.

Se cansarán los moralistas (sean religiosos o ricos) de despotricar contra el “egoísmo” de los jóvenes pero de nada les servirá. Ya no volverán sumisos al “todos los que nos dé Dios”. Las mujeres han recorrido un tramo enorme en el camino de su libertad y dignidad que no van a desandar de ninguna manera. Porque el 66% reconoce que, en las condiciones actuales, los hijos son todavía un obstáculo para la carrera profesional de las madres.

Al principio faltarán clientes de cochecito y sobrarán columpios pero antes de lo pensado faltarán trabajadores, creadores, compradores y, sobre todo, pagadores de impuestos y de pensiones. Esta huelga íntima y silenciosa de biberones caídos es una protesta más profunda y más decisiva que cualquier manifestación. Y posiblemente es un efecto secundario con el que no cuentan quienes toman decisiones pensando en la próxima subasta de deuda y no en la próxima generación. El árbol que la motosierra tala en un minuto, necesitó varias décadas para crecer.

Publicado en Danok Bizkaia el 20 de julio de 2012

viernes, 13 de julio de 2012

Rezando y disimulando


Hasta hace poco las mezquitas eran para nosotros esos fascinantes templos de los países árabes. En Córdoba teníamos una, llamada oficialmente Santa Iglesia Catedral, pero que todo el mundo conoce como “La Mezquita” y en calidad de tal la visitan cada año miles de turistas que religiosamente abonamos el precio de la correspondiente entrada a la iglesia Católica. Si uno viaja por la península verá muchas torres de iglesia con sospechoso aspecto de no haber sido construidas originalmente para acoger campanas sino muecines.

Mezquita en Bilbao
Pero ahora resulta que las humildísimas mezquitas bilbaínas ocupan la prensa local y los esfuerzos de nuestros ediles. Tras ruidosas protestas vecinales una nueva normativa municipal buscará “conciliar el derecho a la libertad religiosa con la convivencia” prohibiendo que haya lugares de culto en edificios de viviendas. Menos mal que no tendrá carácter retroactivo porque conozco varias parroquias en bloques de pisos.

Algunos representantes de credos no católicos han puesto el dedo en la llaga, como hizo Santo Tomás con Jesús y, apelando a las pintorescas razones esgrimidas, han dicho que no entienden que en un bajo pueda abrirse un ruidoso pub y no así un oratorio.

Hace un par de años los suizos votaron prohibir la libertad de algunos de sus conciudadanos, de unos 410.000 aproximadamente, e impedirles que construyesen ningún minarete más de los 4 que ya había en las 180 mezquitas del país. La diferencia fue que allí las autoridades se mostraron públicamente consternadas por una decisión tan contraria a la libertad mientras aquí hay responsables municipales que se apuntan a la manifestación, eso sí, en defensa de la convivencia y la seguridad, ¡faltaría más!

Bastantes de los problemas que ahora nos asolan tienen que ver con el pánico insuperable de la política a ponerse en contra de alguien, con el pavor a expresar cualquier verdad incómoda. En esto no avanzaremos ni un paso mientras no afrontemos el asunto de cara. Mientras sigamos enmascarando la aversión colectiva a la religión musulmana en falsas razones de “seguridad”, “aforos”, “vías de evacuación” y otras evidentes caretas.

Tampoco podremos exigir a nadie que respete los derechos de los demás si las primeras en vulnerarlos son las instituciones que hemos elegido para hacerlos firmes. La afición por el disimulo y el fingimiento públicos son siempre criticables pero más aún cuando toca defender libertades ciudadanas básicas.

Publicado en Danok Bizkaia el 13 de julio de 2012

viernes, 6 de julio de 2012

¿Creencias o interés?


Parece mentira el prestigio que han adquirido el mercado, el beneficio y el interés. Tanto que lo contamina casi todo. Si usted toma una decisión personal que no le beneficia obvia e inmediatamente queda como un idiota. Si su sentido de la humanidad le anima a realizar algún tipo de voluntariado no faltarán en sus propios círculos quienes le vean como un friki; un excéntrico que “canaliza sus frustraciones” en la parroquia, en la DYA, en la Cruz Roja o en cualquier ONG solidaria.

Es asombroso con qué displicencia se desprecia hoy la bondad y la moral, que en su día nos enseñaron como valiosas. El egoísmo se pretende ahora disfrazar de inteligencia y lo peor es que lo consigue las más de las veces.

Pasa en todo y, desde luego, también en la política. Parece como si lo bueno fuese que las personas no tuviésemos creencias, que mejor que no cargásemos con una forma propia de ver el mundo, con una imagen de lo que es justo y deseable y de lo que no lo es. Creer en algo, sentirse vinculado a un proyecto colectivo y defenderlo es visto por “los listos de la opinión” como una especie de horterada, como algo deleznable reservado en exclusiva a los atontados miembros de cada partido político concreto pero ajeno al verdadero ciudadano que, naturalmente, votaría y opinaría sin lastre moral alguno, pensando única y exclusivamente en su propio interés inmediato.

Los seres humanos somos complejos, tenemos intereses, por supuesto, tanto personales como de grupo, tenemos sentimientos de pertenencia y también tenemos un criterio moral propio: una forma concreta de ver las cosas de nuestro mundo cotidiano y del mundo en general. No es baldón ni vergüenza, todo lo contrario, es parte de nuestro ser. Todos defendemos nuestro interés, por supuesto, pero la gente valiosa es la que se mueve sobre todo por lo que le dicta su intuición y su corazón. Sobre todo porque ambos suelen ser más solidarios que su cuenta de ahorro.

Por supuesto que en medio de ese lío enmarañado adoptamos muchas decisiones tomando en cuenta a medias la razón y la emoción -claro que sí- y por supuesto que haciéndolo nos equivocamos muchas veces (aunque seguro que no más que los que se creen tan listos) pero ni podemos ni debemos renunciar a nuestros sueños, a los que nos hacer personas de verdad: Distintas en lo pensado pero iguales en pensar.

Cuando alguien le reproche que usted siga creyendo en cosas que no le benefician directamente no crea que esa persona es más lista ni mejor que usted, sólo es más cínica.

viernes, 29 de junio de 2012

Futbolidad y alevosía


Foto
Anteayer, a la hora en que “la roja” jugaba la semifinal de la Copa de Europa, los ciudadanos de toda España (usted y yo incluidos) nos hicimos definitivamente dueños de un banco que se llama BFA (Banco Financiero y de Ahorros) del que pocos habíamos oído hablar antes. El BFA es la matriz de la -esa sí- famosa Bankia, heredera (es un decir) de Cajamadrid.

Mientras Iniesta caracoleaba por el césped de nuestras pantallas de televisión, nos metieron por la escuadra un balón de 13.635 millones de euros, nada menos.

Después de escuchar insistentemente que el dineral que estamos aportando los ciudadanos para salvar los desastres de algunas cajas eran una inversión y no un gasto, ahora resulta que nos hemos convertido todos en dueños absolutos del desastre, que nos hemos quedado con la propiedad definitiva de la basura y nos dicen ahora, justo en mitad del segundo tiempo del partido, que han salido del consejo de administración del banco aquellos que sí se aprovecharon de su puesto cuando decían que todo iba bien.
Para que se haga usted una idea la cantidad descubierta cubriría cinco veces, cinco, todo el dinero que se invierte en el sistema educativo vasco. Menudo penalti, ¡oiga!

Me irrita enormemente que los antes ruidosos adalides del mercado libre, políticos y no políticos, muy presentes de siempre en Cajamadrid y contrarios a toda intromisión en sus decisiones defiendan tan poquito el mercado libre ahora que todo va mal y echen encima del Estado (o sea de todos los ciudadanos) las decisiones que antes reclamaban libérrimas y cuyas consecuencias ahora les queman en las manos.
La libertad de mercado, parece que solo es efectiva cuando usted tiene una tienda, un negocio, un despacho profesional, una empresa mediana, en donde puede que consiga ganar pero donde debe asumir el riesgo de perder. Sin embargo cuando se trata de algo suficientemente grande, tanto que resulte estratégico para el país, quienes toman ahí las decisiones, con tan vehementes apelaciones a su intocable libertad, en el fondo saben que si la cagan el Estado vendrá detrás a apagar el incendio con nuestro dinero. Ese mismo que hemos sabido que a partir de agosto ya no podremos destinar, por ejemplo, a medicamentos antidiarréicos.

Y, aunque suelo ser poco dado a creer en conspiraciones, no he podido evitar pensar que tomar esa decisión en medio de un partido es una indecencia y una falta de respeto intolerable. Disculpen ustedes mi irritación de hoy, que no es intestinal sino ciudadana.

Publicado en Danok Bizkaia el 29 de junio de 2012

viernes, 22 de junio de 2012

Chorros de alegría



Hoy vuelvo también con buenas noticias…creo. El puerto de Getxo ha recibido estos días una nueva visita de delfines. Parece que esta vez estuvieron un buen rato explorando la zona deportiva para curiosidad y alegría de los paseantes y de los marineros que se afanaban repasando sus barcos atracados. Aún recuerdo que hace unas décadas, para contemplar los pocos cormoranes que se avistaban en Urdaibai teníamos que trepar por resbaladizos riscos y peñas. Ahora muchos de ellos se secan al sol con sus alas extendidas en plena dársena de Lamiako y los he visto pescar tranquilamente junto al mercado de la Ribera de Bilbao o en Bolueta. Según dicen los técnicos, los niveles de oxígeno en la Ría, que un día fue cloaca, se recuperan claramente.

Cormorán y garcilla. Foto Gara
En medio de tanta mala noticia como nos dan cada día, alegra saber que nuestra capacidad de destrucción de los ecosistemas cercanos es, por fortuna, menor que la inmensa fuerza de la naturaleza por reconquistarlos. En cuanto dejamos de verter, de talar, de envenenar, de arrasar en general, la vida regresa tenaz y donde creímos que jamás volveríamos a ver sino restos de nuestra ambición irresponsable resulta que hoy nos sorprende la llegada especies tan simbólicas y extraordinarias como estos cetáceos salvajes.

Seguramente el falso convencimiento de que somos capaces de destruir el planeta es un signo más de nuestra particular vanidad como especie supuestamente elegida. Es seguro que somos capaces de arruinar nuestra propia civilización, como hemos hecho ya con varias. Sin duda nos las apañamos fenomenal para ensuciar el mundo que nosotros mismos necesitamos limpio y en el último siglo nos esforzamos con absurda vehemencia en inventar armas capaces de acabar con la humanidad entera a la que pertenecemos. En definitiva que si somos un peligro como especie, lo es sobre todo hacia nosotros mismos, porque es evidente lo rápidamente que la naturaleza volverá a hacerse con nuestras costas y nuestros ríos en cuanto desaparezcamos.

Pero como veo que me estoy despeñando por el pesimismo antropológico, optaré por ver las cosas de otro modo: no solo hay esperanza sino que el planeta premia enseguida nuestro respeto. Vale la pena el esfuerzo, y no hace falta esperar generaciones para ver el resultado, los delfines de esta semana han venido a demostrárnoslo hasta la misma puerta de casa, con razón la gente los miraba con alegría.

Publicado en Danok Bizkaia el 22 de junio de 2012

viernes, 15 de junio de 2012

La Ley del Sentido Común

 

Solo he estado en Copenhague una vez y, además de la belleza de las mujeres y del frío que hacía incluso al sol, me asombró ver que miles de bicicletas comparten allí las calles y calzadas de forma mucho más caótica de lo que aquí imaginamos. Un ejemplo: para subir o bajar del autobús urbano hay que atravesar casi siempre el carril bici con cuidado de no ser atropellado. Los ciclistas paran, los viajeros miran con prudencia y no hace falta una señal ni menos aún un guardia.

Nada que ver con el afán regulador que nos asola aquí, donde al menor conflicto siempre surge la voz justiciera que exclama: ¡Qué hagan una ley!... ¡debería estar prohibido!...¡qué hace el Ayuntamiento!...¡que traigan más policías!... Despotricamos del Estado mientras exigimos su presencia reguladora, controladora y represora a cada instante y en todo lugar.

Queremos forzar la Ley hasta lo imposible, pretendiendo que ordene cada aspecto cotidiano de nuestra vida…tal vez para así poder dimitir de ella.

Y, claro, desdeñamos por incómoda la inevitable complejidad de las cosas: Fue la ley la que impidió el acceso de menores a los bares y la realidad nos devolvió el golpe con un nuevo fenómeno social multitudinario; el botellón.

En estos días se recrudece la polémica sobre la necesidad de que sea también la Ley la que les diga a las parejas rotas lo que deben hacer con sus hijos pequeños y con sus pequeños bienes. Como si la Ley pudiera reparar el amor o repartir el afecto. Como si el Boletín Oficial pudiera calmar el odio o ahuyentar el miedo de los niños.

Es difícil hacer buenas leyes para regular las grandes cosas pero es imposible reglamentar cada caso, cada anécdota, cada familia, cada rencor, cada acto generoso. No hay forma de meter los besos en un decreto. Ya deberíamos saber que la vida no trae libro de instrucciones y que la Ley jamás podrá suplir esa carencia, bendita carencia.

Pero no aprendemos. Leo estos días que un sindicato de ideario anarquista denuncia presiones empresariales y vecinales contra los repartidores que buzonean publicidad en Barakaldo y para solucionarlo reclama que se promulgue un estricto reglamento municipal (y supongo que un policía en cada portal para hacerlo cumplir). ¡Eso…los anarquistas!

Me parece que la Ley del Sentido Común es la mejor para las cosas cotidianas, no necesita mayorías parlamentarias ni debates acalorados pero sí necesita que nos hagamos cargo de nuestras propias vidas con prudencia, paciencia y respeto por los demás. Si un día va a Copenhague, tenga un poco de cuidado al subir al bus. Ya verá cómo las guapas ciclistas también lo tendrán.

Publicado en Danok Bizkaia el 15 de junio de 2012

viernes, 8 de junio de 2012

¡Váyase Vd. a paseo!

http://www.lasedades.es/

Parece que el miedo y la angustia son ya las únicas mercancías que nos suministran “los mercados informativos”. No ganamos para sustos. Leer periódicos, ver la tele o escuchar la radio empiezan a ser actividades de riesgo cardiovascular, así que hoy no quiero contribuir al coro oficial de asustadores y me voy a permitir salirme del guión para ver si aporto una proposición positiva y, a estas alturas, creo incluso que terapéutica.

Quede usted con un amigo o amiga de esos a los que tiene siempre pendiente llamar. Improvise. Mande un mensaje o llame y propóngale un plan absurdo, una propuesta sin motivo, un porquesí. Este fin de semana puede ser una oportunidad inmejorable, un ejemplar único -como cantaba Serrat. Cualquier plan vale que les saque de la rutina. Si el primero de la lista no puede, llame a otro, no se desanime.

Si de verdad lo hace descubrirá que no hace falta ningún motivo concreto para llamar a un amigo, que una visita a un pueblo de esos a los que “un día tengo que ir” es tan simple como poner día, hora y hacerlo. ¿Cuánto hace que no circula por esa carretera general que discurre junto a la autopista? Si no quiere gastar gasolina o no conduce, hay trenes que van a sitios que no ha visitado desde niño, se lo aseguro, y hay exposiciones y lugares que resultan una excusa perfecta para hacer ese día algo totalmente diferente. No se avergüence de llamar, no necesita razones. Use a sus amigos y déjese usar por ellos.

Mi plan de los últimos días fue subir en moto a Oña, en Burgos, a ver la fabulosa exposición de arte religioso “Las edades del Hombre”, que este año se muestra bajo la denominación “Monacatus”. Lo hice con un amigo al que veo una o dos veces al año. Me llamó ni sé para qué e improvisamos: Maravillosa carretera BU 550, excelente presentación de las piezas artísticas y asombroso monasterio de San Salvador de Oña. Hemos quedado en repetir, y tal vez lo hagamos de verdad.

Ese fue nuestro plan. El suyo seguro que es diferente pero –insisto- ¡váyase a paseo! sólo o con alguien con quien tenga pendiente quedar. Tiene usted más amigos de los que cree. Improvise y descubrirá también que lo imprevisto será parte del atractivo de la cita, como lo es de la vida misma.

Y olvídese por unas horas de angustias y zozobras, que ya está bien. Ya leerá los periódicos a la vuelta…si quiere.

Publicado en Danok Bizkaia el 8 de junio de 2012

viernes, 1 de junio de 2012

140 caracteres


Interés y brevedad son virtudes a las que aspiramos todos los que nos enfrentamos a una columna periodística como ésta que está usted leyendo. No es fácil casar lo que a mí me pueda importar con lo que a usted le interesa, así que cuando ocurre siento que el éxito, tan esquivo, me ha sonreído ese día.

La brevedad, no es solo la gran virtud destacada por Baltasar Gracián sino que también es una muestra de respeto por el tiempo del lector. Así que sepa usted que siempre repaso estos textos con una tijera tan inmisericorde como si fuera la del mismo Gobierno, cortando, simplificando y suprimiendo sin piedad.

Pero el peligro siempre acecha y la brevedad también tiene sus líneas rojas, que cuando se traspasan dan como resultado no la aclaración sino la amputación de las cosas contadas, que es algo muy distinto. Atribuyen a Albert Einstein la atinada expresión “las cosas deben explicarse de forma tan simple como sea posible, pero no más simple”.

Esta columna, con sus más de 2500 caracteres es un auténtico dinosaurio en comparación con el nuevo estándar actual de la comunicación: Los 140 caracteres de un tweet empiezan a ser lo máximo que estamos dispuestos a admitir como explicación de todo. Las enormes posibilidades que las redes sociales nos han abierto están cambiando muchas cosas, unas para bien y otras para no tan bien. Cierto es que hay una marea de inteligencia colectiva en marcha pero también hay una tormenta de tópicos y frases cortas que no siempre sirven para explicarlo todo.

La táctica de presentar las cosas complejas como si fueran sencillas es uno de los ingredientes que más han envenenado la política y la economía. Tanta falsa sencillez para ignorar lo ciertamente complejo, tanto tirar de lo banal para no enfrentarse a lo espinoso, tanto titular para tan poco contenido han desembocado en frustración y desconfianza de una ciudadanía a la que se ha tratado como público y no como pueblo, como consumidores de eslóganes y no como accionistas del Estado, que es lo que somos usted y yo. Y no es lo peor la falta de respeto que esa táctica conlleva. Lo peor es que sobran personajes en la política, la economía y la comunicación que de tanto banalizar, se han creído de verdad que todo es muy sencillo y que se arregla “en dos patadas”. Y tienen seguidores en Francia, en Grecia y en …más sitios.

Papá: explícame la Segunda Guerra Mundial” –me decía mi hijo cuando era pequeño- “pero en 30 segundos”…añadía enseguida. Él temía mis peroratas pero yo temo a una sociedad enseñada a exigir respuestas tan simples, tan infantiles y tan imposibles como la que entonces esperaba mi chico…y no existía twitter.

Publicado en Danok Bizkaia el 1 de junio de 2012

viernes, 25 de mayo de 2012

Cuánto fútbol



Foto "Mira lo que veo"
Es agradable que la ciudad esté alegre, que la gente hable con ilusión del partido de hoy, que cuelguen enseñas, banderolas y gallardetes en domicilios y establecimientos. Ver a la gente en la calle luciendo camisetas de camino a sus actividades cotidianas.

Esta misma columna se publicará, sin duda, rodeada de alusiones informativas y publicitarias al partido. Porque se empieza hablando del partido para pasar a hablar del partido y después hablar del partido. Los medios llevan semanas hablando del partido, luciendo portadas rojiblancas, interiores rojiblancos, fotos rojiblancas, columnas rojiblancas y los políticos locales, al parecer todas y todos forofos de siempre, se fotografían rojiblancos en alegre hermandad; un día los del Ayuntamiento y otro los de las Juntas Generales (que siempre hay clases).

En fin que toda la ciudad es una pequeña fiesta de esperanza. Aunque no por cierto de Esperanza Aguirre, que ha alimentado la hoguera de los nervios y los agravios con declaraciones estratégicamente dirigidas al público a quien quería dirigirlas, que no es a nadie de Bilbao y aledaños, no se engañen.

Hasta las instituciones más granadas y solemnes de la ciudad lucen en sus fachadas neoclásicas pendones y banderas. Choca ver paseantes ataviados con gafas rayadas en los colores de la camiseta (a 1,40 euros en Indautxu).

Te dan pañuelos de regalo en los bares habituales. Los vendedores barato barato, ya no muestran relojes o bolsos sino prendas, pulseras y otros elementos rojiblancos y supongo que las caretas de león estarán agotadas en las tiendas de disfraces de aquí hasta Bucarest. Es una cosa tan agradable que la pasión colectiva moviliza a los más tibios, arrastrándonos a todos esa marea de ilusión colectiva.

Es tanto el entusiasmo que incluso resulta un poquito sofocante ¡qué quieren que les diga! El equilibrio siempre es un concepto difícil para el corazón humano. Pasa en esto del fútbol como en todo lo demás; la frontera entre la alegría y la desmesura, entre la pasión y el paroxismo no es una línea demasiado nítida así que no sabría decirles a estas alturas dónde estamos ya.

Si, como yo, no es usted futbolero lo mejor es contagiarse voluntariamente de la alegría y esperar que tanto júbilo culmine adecuadamente en la travesía orgásmica de la gabarra para que poco a poco la ciudad recupere esa formalidad de la que solemos presumir los bilbaínos. Y que nos quede el poso de unos días felices, que no tenemos tantos. Que así sea.

Publicado en Danok Bizkaia el 25 de mayo de 2012

lunes, 21 de mayo de 2012

Una realidad irreal

Foto El Correo


Según los resultados constantes de las encuestas de opinión del CIS, el español está firmemente convencido (90%) de que la delincuencia es muy elevada y está aumentando en España. Sin embargo, lo cierto es lo contrario: la tasa de criminalidad española es la más baja de Europa (junto con Portugal) y está en descenso desde hace casi diez años.
Así empieza un excelente artículo de J. M. Ruiz Soroa titulado UNA REALIDAD IRREAL, publicado hoy en El Correo. Aquí van otros extractos que también me han parecido extraordinariamente interesantes aunque por respeto al autor creo que lo adecuado es leer su texto entero. Lo ha publicado la Fundación para la Libertad, aquí.
Para generar una distorsión como ésta ha sido necesaria la colaboración de muchos actores durante mucho tiempo. En primer lugar están los medios de comunicación, atentos a la explotación del filón emocional.
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Los políticos (y en esto no existe ya diferencia de ideologías) se aprovechan oportunistamente de esta presentación del asunto, cuando no la inducen. Les permite desviar la atención de temas más difíciles y complejos y les concede la oportunidad de mostrarse como agentes activos y eficaces ante las demandas de la sociedad
...

Y los ciudadanos, no nos engañemos, no le hacemos ascos a este tratamiento. Ciertas cosas no llueven del cielo: hay políticos y medios populistas porque hay ciudadanos populistas.
Me gusta la gente que no se deja llevar por la corriente.

viernes, 18 de mayo de 2012

El consejero pasmado



En mis frecuentes viajes a lo largo de la Nacional 1 dispongo de mucho tiempo (los autobuses son cumplidores modélicos de la legalidad vial). Lejos de desesperarme por ello lo aprovecho para leer con placentera parsimonia. Un verdadero lujo.

Solo así es posible que el pasado domingo hincase el diente a un excelente reportaje en las páginas salmón del diario El País (es de caballeros señalar las virtudes de “la competencia”) que informaba de la creciente distancia entre los sueldos que las grandes empresas abonan a sus altos directivos y lo que pagan a sus empleados: 170 veces más en una, 157 en otra, 185 veces en esa, 233 en aquella y algún directivo hay que cobra hasta 1004 veces el salario medio de sus empleados.

Son empresas privadas, se nos dice, y con tal argumento quieren zanjar no ya las críticas sino cualquier atisbo de reprobación. Soy cliente de algunas de ellas así que no sé que bula se piensan que tienen para hacerme callar mi libre opinión sobre su libre política retributiva. Así que sigo leyendo -y opinando- y veo que los resultados en bolsa de tales empresas para nada se corresponden con lo que sus máximos directivos se embolsan. Todo lo contrario: Empresas que han perdido en cuatro años el 33% de su valor, el 44%, el 68%, el 76% y hasta el 89%, premian con inexplicable esplendidez a quienes las están conduciendo con habilidad tan discutible.

Precisamente los pocos casos de empresas citadas en el artículo que han ganado valor en bolsa, son los que corresponden -vaya por Dios- a directivos con sueldos más modestos, altísimos para usted o para mí pero calderilla para sus compañeros de página. Parece como si existiese una frontera prodigiosa y que una vez superado el listón mágico del millón de euros anuales (los hay que cobran 4, 6, 12 y hasta 20 millones) diese igual que el trabajo se haga bien o mal y que fuera lo mismo que sus accionistas ganasen millonadas o que se arruinasen.

Sí que son empresas privadas, o privatizadas (lo que quiere decir que una vez fueron nuestras, de ustedes y mías) pero no me negarán que asombra una prodigalidad tan injustificada de los Consejos de Administración hacia quienes dirigen sus empresas, esas con las que se supone que esperarían ganar dinero.

Tal vez en el fondo se trate del castizo “hoy por ti, mañana por mí”, pero entonces que no me hablen nunca más de la “indiscutible eficiencia” de lo privado frente a una supuesta incompetencia de lo público porque no cuela.

Y para que lo sepan todo yo también soy miembro de un Consejo de Administración, éste sí que público, y cobro por ello unas dietas mensuales de 126,45 euros, lo que hacen 1.517,4 euros brutos al año. Que no se diga. Pero palabrita que lo mío no es envidia, es pasmo.

Publicado en Danok Bizkaia el 18 de mayo de 2012

miércoles, 16 de mayo de 2012

Estaciones de NO servicio



Antes las gasolineras se llamaban "estaciones de servicio". Un término en desuso que no sé si utilizan ya los conductores más jóvenes. Hoy, salvo muy contadas excepciones hay que salirse de las grandes autovías de la modernidad para encontrar gasolineras en las que alguien, con sus propias manos, te llene el depósito.

Lo último son los supermercados/gasolinera, donde uno puede comprarle al único empleado desde aceite de oliva, naranjas y paletillas de Jabugo hasta refrescos, cupones de rasca-rasca, teléfonos móviles y, por supuesto whisky, ron, ginebra y coñac. Vamos, lo imprescindible para un viaje.

Obviamente no pueden aducir como excusa una constante rebaja de los precios del combustible, sino todo lo contrario, por lo que la única explicación posible para esa destrucción de empleos y ese deterioro del servicio es la búsqueda indisimulada del máximo beneficio para las ya opulentas empresas del petróleo. Parece que en estos tiempos la codicia se ha convertido en virtud, visto el descaro y aun el orgullo con que se muestra, lo que no deja de ser un gran cambio cultural respecto a lo que nos enseñaron a los de mi generación.

Pero ya el colmo de la desfachatez es maltratar a los clientes, tratándonos como presuntos delincuentes y obligándonos a hacer cola antes de servirnos nosotros mismos, bien para pagar por adelantado o bien para "solicitar" el desbloqueo de un surtidor a cambio de dejar depositado en la caja el DNI, la tarjeta de crédito o el casco de la moto, en cuyo caso la cola hay que hacerla dos veces: una para pedir y otra para pagar y recoger lo dejado en "prenda".

Y tal cosa no ocurre en gasolineras pequeñas que puedan tener un momento de aglomeración sino en instalaciones enormes, con muchos surtidores y personal mínimo que se apura ya solo para cobrar. Es decir, diseñadas expresamente para el abuso y el desprecio al cliente. Hace unas semanas leí que se quejaban amargamente de la pequeñísima parte de gente que se iba sin pagar. Yo también me quejo hoy, pero de lo dura que tienen la cara ellos.

Seguramente están en su derecho legal a poner sus propias normas pero deberían recordar que nosotros también tenemos derecho legal, por ejemplo, a pedir que se compruebe in situ (con recipientes oficiales de los que deben disponer) la exactitud de las mediciones de todos y cada uno de los surtidores. Es decir, que se aprovechan descontando que los clientes renunciaremos a nuestros incómodos derechos.

¿Y si hacemos entre todos una lista de auténticas "estaciones de servicio"? Me pongo a ello.

Publicado en Danok Bizkaia el 11 de mayo de 2012

jueves, 10 de mayo de 2012

Unanimidad parlamentaria = censura informativa


Dicen que “periodismo es contar aquello que alguien no quiere que se sepa”.

Después de esperar unos días a ver si en algún medio se contaba lo que aprobamos el pasado jueves 3 de mayo en el Parlamento Vasco y viendo que a estas alturas nadie le dedicará ni una línea, ni un segundo, en ningún sitio, puedo decir que lo que aquí aprobamos hace una semana, efectivamente, alguien quiere que usted no lo conozca por lo que se ha convertido ya en noticia.

Y la voy a dar yo, desde este humilde blog, puesto que los medios de comunicación, que con tanto detalle siguen los plenos y hablan estos días de los votos con que cuenta cada cual, le han ocultado a usted algo que se aprobó por unanimidad, que se leyó como una declaración solemne del Parlamento Vasco y en la que se hace referencia a los recortes de plantilla en los medios de comunicación. Es esta:

DECLARACIÓN INSTITUCIONAL EN EL DIA DE LA LIBERTAD DE PRENSA

La actividad política es seguida por los periodistas con enorme atención, como debe ser, y quienes formamos parte de los parlamentos estamos permanentemente bajo los focos. Me parece bien y de hecho este parlamento ha reclamado en varias ocasiones que así siga siendo. Pero las empresas propietarias de medios de comunicación, tan exigentes con su derecho a saberlo todo de los demás, son increíblemente opacas cuando se trata de los problemas que les afectan a ellas mismas. Y precisamente porque no quieren que se conozca, lo que a ellas les incomoda también es noticia.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Gobierno Vasco en minoría SI, pero sólo si es nacionalista

Foto El Mundo

No sé si es o no conveniente adelantar las elecciones vascas después de que el líder del PP, que apoyaba en el parlamento al Gobierno, haya modificado su posición en solo 24 horas. Pensaré en ello cuando me recupere de la sorpresa que me causa ver la rapidez y la naturalidad con que la mayoría de los comentaristas políticos hablan, en horas, de “agonía” del Gobierno de López, todo porque pueda verse durante unos cuantos meses tan en minoría como estuvo el de Ibarretxe durante DIEZ AÑOS (excepto los nueve meses que le duró el embarazoso apoyo parlamentario de la izquierda abertzale).

Reconozco que, por delirantes y peligrosas, las propuestas del anterior Lehendakari absorbían tanta atención mediática y generaban una tensión informativa tan alta que el hecho de que sus Gobiernos estuvieran permanentemente en total minoría parlamentaria y no pudieran aprobar presupuestos era algo pasaba casi desapercibido, como un asunto menor al lado de sus "ruidosas" iniciativas.

Pero la realidad era que lo que le puede empezar a pasar al Gobierno Vasco actual fue el pan nuestro de cada día durante casi dos lustros en Ajuria Enea. Sin embargo, ni se oyó entonces al de Llodio hablar de adelantar elecciones, ni a los opinadores de la prensa constitucionalista reclamárselo. Pese a su flagrante y permanente minoría parlamentaria todo el mundo daba por hecho que el gobierno seguiría, una legislatura tras otra, naturalmente ¿naturalmente?.

Puesto que los nacionalistas llevan desde el primer día tratando al Gobierno como ilegítimo, nada de particular tiene que ahora aprovechen para remarcar tal posición pero que sectores que claramente son ajenos al mundo nacionalista le concedan a éste tanta sobrelegitimidad y tanta sublegitimidad al Gobierno de López no deja de asombrarme. Que a unos se les admitiese durante años con total normalidad lo que a otros no se les tolera ni un día, no me negarán que es chocante.

Entiendo que a los medios, que viven de contar las cosas que pasan, les interesa que, en efecto, pasen cosas. Y comprendo que a falta de estruendosas propuestas de independencia, exclusión, enfrentamiento con otras instituciones…que no tenían papel las portadas para tanto como había que narrar, les parezca hoy aburrida y tediosa esta normalidad política que ha venido de la mano del Lehendakari López y, en consecuencia, se animen a remover cuanto puedan a ver lo que se pesca.

Yo, sin embargo, tiendo a pensar que una de las grandes virtudes de la democracia es su previsibilidad. Aquello de que “en democracia si llaman a la puerta a las 4 de la mañana puedes estar seguro de que es el lechero”. Por eso me inclino hoy, como he hecho siempre, porque la política no sea una carrera de constantes y excitantes refundaciones y sorpresas, sino un camino, siempre más laborioso que brillante, de mejora diaria de la gestión de lo público y de apuestas pensadas para obtener resultados a largo plazo, que es hacia donde hay que mirar con inteligencia y sentido común. Oscar Rodríguez dice de mí que soy “rara avis” y debe tener razón.