miércoles, 24 de febrero de 2021

La paciencia de los catalanes no es eterna

 


La paciencia de los catalanes no es eterna. Así lo expresó con gran claridad el candidato de Esquerra Republicana a president, Pere Aragonès.

Por supuesto el candidato apelaba a esa paciencia menguante de la ciudadanía para tratar de acelerar lo suyo, pero es imposible evitar ver el otro filo de esa espada que Aragonès blandía heroico: que hay catalanes que no son independentistas y que también tendrían su propio derecho a una cuota de paciencia limitada.

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miércoles, 17 de febrero de 2021

Vayan vacunando, si eso


Recuerdo cuando Euskadi era el Walhalla de los procedimientos de calidad. La verdad es que ahora se echa de menos un poco más de procedimiento y un poco menos de improvisación a la hora de poner las vacunas.

Leo que el presidente del Consejo Vasco de Colegios de Médicos señala que las partidas de vacunas podrían estar remitiéndose con más eficacia allí donde hay quejas, aplicando no los procedimientos ISO sino el refranero: “el que no llora no mama”

Gobernar es complicado, y organizar una vacunación masiva seguro que lo es más, por eso mejor dedicar energías a organizar mejor la administración de las dosis y menos a polemizar sobre si el Decreto de Alarma ha de modificarse o no.

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miércoles, 10 de febrero de 2021

Un activista en la Moncloa


Anda estos días el vicepresidente del Gobierno revolucionando a la corte y a la opinión con sus declaraciones. Primero equiparó a los exiliados republicanos perseguidos por los franquistas con los políticos catalanes huidos de la justicia y ahora ha rematado con que en España no hay una plena normalidad democrática.

Pablo Iglesias no es un político sino un activista, que no es exactamente lo mismo. El activista es invencible porque no teme perder el poder, que para él no es más que un instrumento temporal con que alimentar el fuego de su reivindicación constante de la justicia que solo él y los suyos poseen y poseerán siempre.

Ser vicepresidente será solo un episodio, una herramienta como lo fue su televisión, lo es su partido y lo será lo que venga después.


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miércoles, 3 de febrero de 2021

Con el clima que tenéis

Foto quique García .EFE
Una cosa que hay que reconocer a la presidenta de la Comunidad de Madrid es que cuando habla se le entiende todo a la primera.

En plena segunda ola ya dijo que su objetivo era “que la economía deje de sufrir”. Ahora, trasladada a la campaña de las catalanas, ha vuelto a hacerlo diciendo que “es un delito, con el clima que tenéis en Cataluña, tener todo cerrado… y decir que es la manera de sortear una epidemia” ¡Ole!.

Ayuso muestra una campechanía en sus declaraciones que contrasta con los discursos tristes y alarmistas de otros líderes.

No sé si Madrid es una España dentro de España, como también dijo, pero los bares de Madrid quieren ser los de toda España y salvar el bocata de calamares se aproxima mucho a salvar la patria.


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miércoles, 27 de enero de 2021

Ciudadano, socio, consumidor

Nos hablan como si nuestra relación con las instituciones fuese la de un comprador y nos ofrecen “todas las garantías”, porque creen que nos gusta más así y porque al poder desde luego que no le gusta nada reconocer sus propias limitaciones.

Mientras el ciudadano/socio en su pequeña parcela, es también responsable de la marcha de la comunidad, el consumidor solo tiene derechos.


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miércoles, 20 de enero de 2021

Las redes protegen a Trump

 Seguro que han visto alguna de esas películas de juicios en las que el abogado le dice a su cliente: ¡No conteste! para protegerlo de sí mismo, evitar que se meta en un lío aún mayor del que ya tiene encima y, de paso, defender su propia minuta.

Al saber que Twitter, Facebook, Instagram, YouTube y otras redes cancelaron, por fin, las cuentas de Donald Trump es difícil evitar la sospecha de si no estarán preservando a su principal activo, a su primer pura sangre mundial, hasta que pase la tormenta política. Trump genera un tráfico inmenso y, “qui prodest”, las redes viven del tráfico.


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miércoles, 13 de enero de 2021

Trump traiciona a sus indignados


Horas después de publicar que “Estas son las cosas y acontecimientos que ocurren cuando se arrebata una victoria sagrada y abrumadora a grandes patriotas”, Donald Trump tuiteó: “Los manifestantes que se infiltraron en el Capitolio han profanado la sede de la democracia americana... A los que rompieron la ley: lo pagaréis”

Ashli Babbitt, de 35 años, una de sus fervientes partidarias, californiana y exmilitar ya pagó, con su vida, creerse las mentiras que el todavía presidente ha estado lanzando constantemente a lo largo de todo su mandato y especialmente después de su derrota electoral.


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miércoles, 6 de enero de 2021

El peor ministro o el mejor candidato: una de dos



Que Salvador Illa sea el candidato de los socialistas a presidente de la Generalitat ha merecido la peor consideración por parte de los mismos que llevan toda la pandemia acusando al ministro de Sanidad de una ineptitud rayana en lo delictivo. Tendría toda la lógica si sus críticos reprochasen al PSC haber escogido a un candidato tan inepto, al peor ministro de Sanidad de Europa, para un cargo tan importante para Cataluña que merecería alguien de valía y no él. Pero lo asombroso es que dicen todo lo contrario: que Illa utiliza su imagen personal como ministro al frente de la lucha contra el Covid para su campaña. 


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miércoles, 30 de diciembre de 2020

La pandemia que no acabó con el Gobierno pero que puede acabar con Casado



La idea de que la pandemia sería “el Prestige del PSOE”: el evento catastrófico que mostrase la ineptitud del Gobierno, sobrevoló desde el principio la imaginación de los tácticos de la oposición de derechas. Parecía un recurso razonable mientras duró el tiempo en que se ignoraba hasta dónde iba a llegar la crisis. Solo que conocida la magnitud mundial del desastre, aquella táctica de señalar como erróneas todas y cada una de las decisiones y como incompetentes a todos los implicados en ellas empezó a desmoronarse,

Pero en los ríos revueltos de la nueva comunicación hay quien pesca sin necesidad de complejas estrategias, solo con el sedal de su atrevimiento y de un contraste deliberado con cualquier cosa que diga o haga el Gobierno de la Nación. A falta de una alternativa política solvente, la presidenta madrileña se ha convertido en la cara de la simple pero eficaz contestación contra Sánchez. Casado no puede vencer contra la osadía casi adolescente de Díaz Ayuso que, de puro simpática, compensa con creces sus meteduras de pata, que le sirven paradójicamente para que la izquierda, al criticarlas, la eleve a esa especie de Agustina de Aragón centralista y descarada como la han llegado a dibujar. 

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miércoles, 23 de diciembre de 2020

Maldito derecho a decidir


Supongo que aún quedará quien recuerde los primeros meses de la pandemia, cuando Pedro Sánchez salía casi a rueda de prensa diaria en medio del confinamiento. Fueron tiempos en que, para indignación de muchos responsables políticos, los decretos de alarma traspasaron todo el poder de España al Gobierno central

Alcanzada la “nueva normalidad” (que nadie pensó entonces que sería el prólogo de una nueva ola) el Gobierno se rindió a la presión o movió ficha deliberadamente -vaya usted a saber- y decidió traspasar la responsabilidad a quienes en puridad y de acuerdo con la estructura territorial de España,  tienen las competencias sanitarias, que son los Gobiernos autonómicos (algo que muchos constitucionalistas sobrevenidos y gritones deberían recordar).

Y ahí fue el llanto y crujir de dientes federal y confederal. Llegó la segunda ola y las autonomías, aterradas ante la posibilidad de tener que tomar decisiones impopulares volvieron a protestar.


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martes, 22 de diciembre de 2020

Felices fiestas a serranicas y serranicos

No hay pandemia que me impida rebuscar en navidades entre la música antigua española a ver si encuentro algún villancico, que entonces era un tipo de tonada popular y profana antes de que se fueran convirtiendo a partir del siglo XVIII en música religiosa vinculada a la Navidad.

Soy Serranica es una de mis piezas favoritas del Cancionero de Uppsala, una recopilación de música española renacentista editada en Venecia en 1556 cuyo único ejemplar fue encontrado a principios del siglo XX en esa universidad sueca, de ahí su pintoresco nombre.

Portada del Cancionero de Uppsala

Espero que te guste
Felices Fiestas, pese a todo.

Soy serranica
y vengo d'Extremadura.
¡Si me valerá ventura!
Soy lastimada,
en fuego d'amor me quemo;
soy desamada,
triste de lo que temo;
en frío quemo,
y quémome sin mesura.
¡Si me valerá ventura!












miércoles, 16 de diciembre de 2020

Efecto mariposa, pero también efecto Dunning-Kruger


Hemos oído hablar tanto del efecto mariposa (eso de que el aleteo de una mariposa puede provocar un huracán al otro lado del mundo) que nos hemos construido el espejismo de que todas las desgracias son productos casi del azar, inevitables, y que sus orígenes son inaprensibles para nosotros.

Pero no siempre es así. A veces las desgracias y las tormentas se desatan después de un trabajo ímprobo, constante y activo por nuestra parte para que sucedan.

Esforzarse en hacerlo todo mal, a conciencia, y con considerable dedicación por parte de un número suficiente de personas, a veces resulta todo un éxito y finalmente sobreviene el desastre que se buscaba con tanto ahínco.


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miércoles, 9 de diciembre de 2020

Pero tú, quién te crees que eres?

El garrotillo. Francisco de Goya
 Sí, tú, ese que dice que no se va a vacunar de ninguna manera cuando por fin la vacuna llegue. Según el CIS hay un 8,4% de perfectos irresponsables como tú, que pensando que son más listos que los demás, solo demostráis vuestra ignorancia, de la que, para colmo, os enorgullecéis. No estás solo, lamentablemente, entre vosotros hay actores, deportistas, modelos (de guapas, no de inteligentes), 'influencers', cantantes y otros “expertos”.

Se puede entender un poco mejor, aunque solo un poco, a ese alto porcentaje de personas que mantienen cierta prevención porque, tanto escuchar que la creación de una vacuna tarda una media de 10 años se sorprenden ahora de la rapidez con que han sido creadas las de la covid-19. Por eso es tan importante que se explique que la rapidez no ha supuesto ningún atajo que ponga en riesgo los resultados ni las garantías, sino que el mundo de la ciencia ha reaccionado como nunca lo había hecho antes.


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domingo, 6 de diciembre de 2020

El Ejército tiene un problema

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Menuda se lió con el grupo de whatsapp de los militares jubilados. Parece mentira que un asunto tan nimio haya causado tanto revuelo. 

Asombra el ruido que tan fácilmente han causado unos cuantos viejos espadones. Sin embargo, así ha sido y por una buena razón que igual ya va siendo hora de señalar con claridad de una vez después de tantos años de exitosa democracia: Que un grupo de personas que hasta hace no tanto han tenido en su mano la decisión de utilizar las armas demuestren esa actitud no resulta increíble sino perfectamente creíble. Ese es el problema que ni se nombra. Ese ha sido el motivo por el que el revuelo ha sido tan enorme y la razón por la que todos los líderes, empezando por la ministra de Defensa, hayan tenido que apelar tan insistentemente a la profesionalidad, la modernidad, la lealtad y la actitud de servicio de los ejércitos de España hacia el pueblo y sus instituciones democráticas.

Seguro que la ministra tiene razón y esa es la actitud de la gran mayoría de los mandos militares de nuestro ejército. De hecho no puede ni debe ser otra, pero que unas cuantas balandronadas y groserías publicadas en una red social en donde se leen tantas tonterías por minuto hayan causado este revuelo y hayan obligado a declaraciones de personas de tanta altura no es porque nadie se las pueda creer sino justamente porque demasiados españoles se pueden creer perfectamente que los individuos que las firman piensan de verdad lo que han escrito. Que estos señores están fuera del mando en estos momentos es un consuelo tramposo porque no cabe imaginar que hayan descubierto esas tendencias fascistas tan íntimas después de su retiro sino que ya las tenían cuando mandaban firmes.

Es por eso que tanta insistencia en su calidad profesional de sus mandos y tanto reconocimiento por su labor en defensa del orden constitucional, seguramente merecidas, no han conseguido nunca disipar la niebla de sospecha que aún muchos españoles tienen hacia sus fuerzas armadas. Episodios como este lo que hacen es que mucha gente piense en cuántos compañeros ideológicos de estos tipos quedan aún en activo.

El ejército no tendría un problema si todo el mundo se hubiese tomado a risa lo de ese grupo y lo de tratar de enredar al Rey. Lo tiene precisamente porque no ha sido así. Porque no ha sido divertido.





jueves, 3 de diciembre de 2020

El otro grupo vasco y el régimen tumbado

El autodenominado Grupo Parlamentario Vasco en el Congreso, que es el del PNV, tiene menos diputados vascos que los vascos que forman parte de los demás grupos parlamentarios. Sin embargo, aun siendo menos vascos (en número) que los otros diputados vascos, el nombre del grupo hizo fortuna y se aceptó tácitamente que el 'Grupo Vasco' era el de los nacionalistas.



Sucede que al grupo vasco le ha salido otro grupo vasco nuevo y adicional, que ha decidido hacerle la competencia y disputarle el puesto de monopolio que hasta ahora había tenido el PNV en el palacio de la Carrera de San Jerónimo. 

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miércoles, 25 de noviembre de 2020

Laminar a Alfonso Alonso para después esto?

Ahora que Casado dice que  “Estamos en otra etapa”, que se aleja de Vox y de los de Arrimadas para ser la casa común de la derecha cuesta no recordar que Alfonso Alonso no solo dijo siempre lo que ahora ha dicho Casado de Vox sino que también se resistió con firmeza a que el pacto con Ciudadanos en Euskadi se hiciese a la medida de la opinión madrileña de entonces. 

Ambas firmezas le costaron su carrera política, sin que le sirvieran los años de servicio a su partido, en el Parlamento Vasco, en el Congreso, en el PP nacional, en el Gobierno de Rajoy y en una alcaldía de Vitoria para la que no necesitó pactar con la izquierda abertzale, como sí hizo su compañero Maroto, voz que clama hoy contra pactos indignos desde su escaño en el Senado.

Ahora que ya no se lleva escuchar a aquellos cuyo tiempo pasó y lo que mola es que decidan los jóvenes a quienes toca mandar, la nueva generación de Génova prefirió un PP vasco con tintes heroicos y desdeñó la posibilidad de tener en Euskadi un partido útil. El precio electoral que pagaron fue alto, pero aún queda mucho por pagar.

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miércoles, 18 de noviembre de 2020

Qué mal entendemos la estadística, y qué bien lo del pecado

Al principio de esta segunda ola de la pandemia, cuando empezaron los primeros brotes en Euskadi, un probo ciudadano compartía con el periodista que le entrevistaba su asombro porque en un merendero se hubiera producido un brote: “este es un sitio de familias -decía- no de contagio”. Encantador. 


Cuando en Madrid se desató la segunda ola, los responsables políticos se hartaron de decir que era cosa de los jóvenes y de sus fiestas descontroladas. Estos días vemos a los hosteleros protestar afirmando, con toda razón, que ellos “no tienen la culpa” y que no merecen que se les cierre.

Ni las familias del merendero, ni los jóvenes, ni los hosteleros tienen la culpa; claro que no. De hecho nadie tiene la culpa, al menos nadie que merezca el castigo de enfermar o de que le arruinen el negocio. ¿Entonces? Si no tienen culpa, ¿por qué se les castiga?.

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miércoles, 11 de noviembre de 2020

Dime que me quieres, Joe Biden

Casi siempre que ha empezado algo nuevo lo he hecho pensando: "a ver lo que duro" y casi siempre también ha durado mucho más de lo que imaginé al principio.

Supongo, y confío, en que pasará lo mismo con esta nueva aventura que comienzan Igor Marín, Xabier Salvador y su equipo en Crónica Vasca, el nuevo diario digital en Euskadi. Experiencia, honestidad y ganas no les faltan. 

Hoy acaba de salir su primer número y me alegra estar en este proyecto, que me obliga volver a escribir mis columnas. Esta es la primera.


Dime que me quieres, Joe Biden


71 millones de americanos han votado a quien les dijo que les quería. Es mucha gente que comparte el ruego de doña Concha Piquer y que por encima de la verdad valoraron la calidez del mensaje y el estilo gamberro de Trump. 

Sería absurdo para el nuevo presidente copiar las mentiras y los exabruptos de Trump, como sí hacen otros líderes en todo el mundo y en España, por supuesto, pero lo que no puede descuidar, ni él ni su flamante y mestiza vicepresidenta, es la idea de que los sentimientos de las personas mueven las sociedades más que los informes de los economistas y de los 'think tanks'. "Ten misericordia de mi corazón, dime que me quieres -Joe Biden- dímelo, por Dios".

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viernes, 9 de octubre de 2020

Los jueces no hacen justicia

El juicio de Salomón. Luca Giordano. Colección el Museo de Prado
El juicio de Salomón. Luca Giordano 1694 - 1696
Colección del Museo del Prado

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Los jueces no hacen justicia. Los jueces ponen en marcha los procedimientos previamente establecidos para que se cumpla la ley o para que, en caso de no ser así, se apliquen las sanciones que correspondan, también previamente dictadas y escritas. Suena soso, ¿verdad? Lo es. 

Resulta soso pero es muy importante entender que es así porque la democracia, en cuanto al poder judicial, solo existe si se respeta la aplicación de la Ley y se interpretan las circunstancias de cada caso con profesionalidad pero con lealtad absoluta a lo que en la ley se dice, independientemente de lo que piense, crea o vote el juez como ciudadano.

Este principio de supeditación a la ley no es nuevo, pero tampoco es obvio. Hay otros modos de impartir justicia. La diferencia entre el cadí de las sociedades teocráticas y el juez de un estado democrático es que en aquellas se confía en el buen juicio de una persona honorable y cabal que decide según su criterio personal y ético. Hablamos de un sabio, capaz de discernir lo que es justo de lo que no lo es en cada caso. La justicia democrática no actúa así, en absoluto, sino que se atiene estrictamente a las reglas y procedimientos previamente conocidos. La justicia del cadí es personal, misteriosa e impredecible, porque depende de su sola voluntad, la del juez es sosa, aburrida y predecible, porque depende de la Ley. El cadí decide la solución “hace justicia”, el juez aplica la Ley, que no es exactamente lo mismo. En esto conviene repasar a Max Weber en “Economía y sociedad” y, por supuesto a Cesare Beccaria en su “De los delitos y de las penas” nada menos que de 1764.

Así que pongamos un poco de cuidado en eso de “hacer justicia” porque si elevamos a categoría absoluta lo que no es ni más ni menos que un procedimiento complejo pero reglado, estaremos entrando en la peligrosa senda de usar la justicia, no como herramienta de un estado democrático y garantista sino como concepto moral y el peligro es que ante un absoluto moral, toda regla que lo impida, retenga, matice o retrase, aparece como una agresión contra lo que es bueno y deseable por definición.

Siempre que escucho (muy a menudo, por cierto) eso de “que se haga justicia” me entra la duda de si se reclama un juez o un cadí. Luego, cuando oigo a los más vehementes exigir, además, “un castigo ejemplar”, ya no tengo dudas: quieren alguien cuya sentencia satisfaga a la gente, alguien que decida lo que es justo, no que interprete y aplique la Ley. Quieren un cadí, no un juez.


miércoles, 19 de agosto de 2020

España ya es una república

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España ya es una república. Incluso más que el Reino Unido, que también lo es. Los valores de una república no están en el nombre oficial de un país sino en su organización política democrática, en el ejercicio del concepto de ciudadanía, en el imperio de la Ley y en el respeto cívico por la libertad y dignidad de los opositores.

Es una simplificación estúpida, o maliciosa, hacer recaer el ser o no ser de un régimen republicano exclusivamente en la forma de elección de su jefe de Estado. Para poder quedarse solo con esa espuma es preciso ignorar deliberadamente que hay multitud de jefes de Estado electos pero de comportamiento inequívocamente tiránico a lo largo y ancho del mundo y que sus llamadas repúblicas carecen por completo de valores republicanos, mientras que muchos jefes de Estado hereditarios actúan de forma intachablemente democrática, como el nuestro, como la Reina de Inglaterra y como los demás reyes y reinas de Europa. Son personas que conectan con una tradición de siglos, pero cuyas funciones nada tienen que ver con las que ejercían sus antepasados y sí mucho con los valores republicanos que son los que corresponden a un régimen de libertades, por más que sus símbolos sean coronas de larga tradición histórica, que reivindican la antigüedad de las naciones que representan, nada menos que eso pero tampoco nada más.

España es, de hecho, una república mucho más parlamentaria que la francesa

Por eso en las cumbres europeas es nuestro primer ministro (que aquí llamamos presidente) quien se reúne en nombre de España y verán que entre ellos nunca hay reyes. No los hay simplemente porque en las democracias no tienen poder alguno para decidir. Se habla en esas reuniones de “jefes de Estado y de Gobierno” porque incluso en las repúblicas nominales hay jefes de Estado con más y con menos poder. España es, de hecho, una república mucho más parlamentaria de lo que lo es la francesa; pocos saben aquí el nombre el primer ministro francés (no, no es Emmanuel Macron) y bastante más cercana al funcionamiento de la República Federal Alemana, cuyo presidente y jefe de Estado también es bastante desconocido entre los españoles (no, no es Angela Merkel).

Los constitucionalistas españoles (que no son los que quieren cambiar media Constitución sino los que preferimos dejarla como está) escogimos que el jefe del Estado, el Rey, no tuviera poder político, pero sí que cumpliese una función simbólica en nombre de la nación, de la res publica española, precisamente basada en la permanencia en el tiempo de ambas instituciones: la Nación y la Corona.

Puesto que la Corona no es nada más que un símbolo, el daño es enorme

El pecado de Juan Carlos I ha sido, justamente, haber deslucido con su comportamiento privado el valor simbólico de la monarquía y, puesto que la Corona no es nada más que eso: un símbolo, el daño es enorme. El deterioro de su imagen ante los ciudadanos se ha sumado así a la contumaz destrucción de los valores republicanos que veníamos sufriendo desde la actividad política y parlamentaria, donde el respeto al contrario hace tiempo que brilla por su ausencia y donde cada día demasiados políticos electos presentan como ilegítimo todo lo que no se ajuste al deseo propio. Una actitud, por cierto, nada republicana y sí muy propia de las tiranías.

Por supuesto que la republicana organización política del Reino de España acepta y admite -faltaría más- que haya partidarios de cambiar la forma de designación del jefe del Estado. Por eso mismo sería bueno que tales partidarios fueran algo más allá del agitar de banderas y concretasen un poco. Por saber, más que nada, qué es lo que se nos ofrece como alternativa.

Todos los que han leído la Constitución de la Segunda República Española (o sea, nadie que yo conozca) sabrán que el Presidente electo, cuya sede era el Palacio de Oriente (Palacio Nacional), tenía derecho de veto y que daba igual lo que aprobase el Congreso, incluso aunque fuese por mayoría absoluta, que si a él no le gustaba, no se proclamaba y en paz. Es decir, que con aquella Constitución y un presidente de derechas, Sánchez no aprobaría ni una sola norma, ni un solo Decreto Ley, y con un presidente de izquierdas, Rajoy no hubiese podido hacer nada incluso cuando tuvo mayoría absoluta. Solo si una Ley le llegaba votada por una mayoría de dos tercios del Congreso (casi nada) estaba obligado el Presidente a proclamarla y permitir que entrase en vigor. Echen cuentas.

Porque el presidente de la República no era solo un símbolo, como lo es el Rey, sino que tenía poder real porque para eso había sido elegido en las urnas. Bueno no, no exactamente. Tampoco le elegían directamente los españoles sino las Cortes y un colegio de compromisarios elegidos por sufragio universal que sumaban sus votos a los de los diputados en igual número. Lo que hoy llamamos la “clase política”, vaya.

Respecto a la responsabilidad sobre sus actos y decisiones, todos ellos debían ser refrendados por un ministro, que asumía la plena responsabilidad política y civil de tales proclamas, participando incluso en las consecuencias penales que pudieran derivarse. No tan distinto a lo que establece la Constitución actual para el Rey que, sin embargo, no decide.

Y por terminar, es casi seguro que a algunos vascos y catalanes que no han leído aquella Constitución tampoco les gustaría nada ni el contenido ni el propio tono de su artículo 4, donde decía:
  • El castellano es el idioma oficial de la República.
  • Todo español tiene obligación de saberlo y derecho a usarlo, sin perjuicio de los derechos que las leyes del Estado reconozcan a las lenguas de las provincias o regiones. (sic)
  • Salvo lo que se disponga en leyes especiales a nadie se le podrá exigir el conocimiento ni el uso de ninguna lengua regional. (sic)
En fin, que a uno le queda la sospecha de que muchos republicanos sinceros que conoce de ninguna manera aceptarían reponer hoy estas normas, por eso mismo creo que lo correcto es que se empiece a concretar un poco más qué es lo que sí se nos propondría. De otro modo no quedará otra que pensar que estamos ante una triste pero simple colisión de símbolos y que por mucho que sea el daño que ha sufrido la simbólica Corona Española, no hay una alternativa cierta que vaya más allá de la añoranza del símbolo que también fue la II República.


Notas:

El primer ministro francés es Jean Castex
El presidente de Alemania es Frank-Walter Steinmeier
La Constitución de le Segunda República Española está donde debe estar: en la web del Congreso de los Diputados.