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Vivimos en una sociedad cuyo bienestar se ha construido a partir de la energía barata. Ya sé que decir energía barata choca contra la percepción que todos tenemos de lo cara que nos resulta la factura de la luz o llenar el depósito el coche pero la realidad es que a partir del uso de combustibles fósiles nuestra sociedad se ha acostumbrado a disponer de enormes cantidades de energía a precios bajos.
Nunca en la historia de la humanidad hubiese sido posible que alguien dispusiese de la energía suficiente para moverse a 120 km por hora, por ejemplo. Algo que nos parece completamente normal ahora. Lo hemos conseguido porque disponemos de inventos que son capaces de aprovechar en minutos la energía que durante miles de años quedó confinada en los combustibles fósiles.
Pero esa facilidad de acceso nos impide recordar las leyes de la termodinámica que estudiamos en bachillerato, según las cuales la energía que necesitamos para desplazarnos de, por ejemplo Bilbao a Donosti en poco más de una hora será como mínimo siempre la misma, independientemente de cómo la consigamos. Pues bien esa energía se puede medir y es muchísima. ¿Cuánta? Para saberlo podemos apoyarnos en cálculos como los de Kjell Alelkett, de la Universidad de Uppsala.
Un litro de gasolina equivale a 10 kWh de energía, una cifra equivalente al esfuerzo que tendríamos que realizar para subir diez coches de 1.200 Kg al último piso de la Torre Eiffel con una polea.
Si gasto 7 litros en el viaje Bilbao – Donosti, habré utilizado la energía necesaria para que X personas tirando de una cuerda subieran a pulso 70 coches hasta una altura de 300 metros, ¡en una sola hora! ¿Cuánta energía es esa? ¿Cuánta gente hace falta que esté tirando de la cuerda durante esa hora? Asusta pensarlo ¿verdad?. Bueno pues ese es el ritmo de consumo energético que nosotros consideramos “normal”.
Ahora vuelvo al principio. Pagar 8 euros aproximadamente por esa inmensa cantidad de energía ¿Es caro o es barato? ¿Puede nuestra sociedad continuar basándose en un nivel de consumo energético de ese pelo y a esos precios? Sí puede, mientras dispongamos de las reservas de energía que se concentraron en el petróleo, el gas y el carbón durante la historia de la tierra.
Pero tal vez convenga que vayamos haciendo un par de cositas:
1.- Moderar –muchísimo- nuestras expectativas de cuánta energía es normal consumir en las actividades cotidianas.
2.- Ir buscando sistemas que nos permitan aprovechar las energías renovables, que son las únicas capaces de concentrar la energía que el planeta produce en tiempo real y no a lo largo de millones de años.
Ahí queda.
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1 comentario:
Echaba de menos tu ironia, otra forma tambien ya que El Central a eliminado las inversiones a nuevas energias, dejar de coger gasofa en Repsol y Cepsa
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