Coincidi

El tiempo nos ha acompañado y ha sido una gozada. El camino del río Bayas es cómodo y los recodos del agua, como de postal. Aunque una vez que se abandona el río la cosa se pone realmente empinada.
Arriba los buitres leonados se turnaban encima de nuestras cabezas con las chovas piquigualdas, éstas atentas a los restos de bocadillos y aquellos... mejor no saber a la espera de qué.
Pero lo más curioso ha sido que paso a paso, o mejor jadeo a jadeo, he ido dando vueltas al magín y creo que he encontrado solución a algunos asuntos del Parlamento que no tenía muy claro cómo acometer, no hay como el aire libre. O sea que un éxito total. Bueno, casi, porque mis pies están ya desacostumbrados a la marcha y tendré ampollas unos días. Pero ha valido la pena.
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