¿Te imaginas en cuántos bares y Casas del Pueblo habrá gente haciendo esto mismo? -se preguntaba ayer mi amiga Marisa Sánchez- mientras en una servilleta, efectivamente, dibujábamos algunas ideas para el cambio en la organización del PSOE.
Veo a muchos columnistas asombrarse, con razón, de cómo el Partido Socialista se “abre en canal” en cada una de sus crisis. Alguno ha dicho, incluso, que en este momento el PSOE es una olla a presión. A mí me parece todo lo contrario: que es una olla abierta, sin tapa, hirviendo a la vista de todo el mundo, rebosando espuma pero desde luego no parece una olla a presión, ni mucho menos. Seguro que este no es el método más profesional para reformarlo ni, desde luego, el más discreto pero a mí me gusta así.
Quizás el próximo congreso de los socialistas deba aceptar propuestas escritas sobre servilletas. No se rían, cuentan que el diseño del museo Guggenheim de mi ciudad nació en una de ellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario