miércoles, 19 de febrero de 2014

Europa necesita mentiras

Carlomagno visto por Durero
El Europarlamento que saldrá de las elecciones de mayo será el primero que tendrá potestad para elegir directamente al Presidente de la Comisión Europea, que hasta ahora era propuesto por el Consejo Europeo (formado básicamente los Jefes de Estado o de Gobierno de cada país).

Entre los europarlamentarios se va afianzando la costumbre de votar según su grupo ideológico y no según su nacionalidad. De hecho los socialdemócratas de toda Europa han señalado ya que su candidato único es el alemán Martin Schulz, actual Presidente del Parlamento. Los conservadores no han sido tan rápidos y andan tanteando el suyo; suenan Jean-Claude Juncker (luxemburgués), Vladis Dombrovskis (letón) y Michel Barnier (francés), de momento.

Es importante que las instituciones europeas vayan dejando atrás la costumbre de que cada uno vaya allí a hablar de su país (como hacía Francisco Umbral con su libro) y sigan avanzando francamente hacia un funcionamiento más globalmente europeo.

Es una lástima que este momento tan fundamental para la Unión Europea coincida con un tiempo de percepción tremendamente negativa y de desafección de la ciudadanía respecto a las instituciones comunes. Si en España estamos a ver cómo les atizamos bien a nuestro Gobierno y a nuestra oposición en las ya inminentes urnas azules, en otros países, que creíamos más civilizados que nosotros, crece enormemente la influencia de los partidos xenófobos, ultraderechistas y, desde luego, nada europeístas.

Parece claro que a la Unión Europea no le falta voluntad de seguir adelante pero tampoco le faltan problemas. La crisis no ayuda nada a la hora de conseguir la adhesión ciudadana, desde luego, y hay riesgo serio para la Unión, que no parece capaz de mantenernos en el top de la influencia internacional, como creímos que iba a pasar siempre. Porque la fortaleza percibida de la Unión Europea ha venido mucho de la mano del bolsillo, un poquito de parte de la razón y prácticamente nada ha conseguido del corazón o de la emoción de los europeos.

Esta última es, a mi juicio, una carencia grave. Comprendo que a un proyecto como el de la Europa unida, liderado en general por personas de amplia cultura, es difícil adherirle una mitología de esas que resultaron tan útiles para crear las naciones en su momento. Se hace cuesta arriba a estas alturas ponerse a inventar patochadas historicistas como las que nos enseñaron en nuestras escuelas nacionales a todos los europeos cuando éramos niños y niñas. (Ojo, no crean que salvo a las nacionalidades sin Estado, que compiten ventajosamente en ese ranking del ridículo, no crean.)

¿Quién no conoce la bonita historia de Arturo de Camelot, mito de la Inglaterra unificada, con espada mística y todo, que señala mágicamente al “auténtico” Rey de “toda Inglaterra”?. ¿Cómo no recordar al avispado Rodrigo, tan eficaz vendiendo el servicio de su tropa mercenaria a reyes grandes y pequeños, moros o cristianos, que acaba, sin embargo transmutado en el Cid, héroe legendario de una imaginaria cristiandad hispana.

¿Quién puede resistirse a la belleza del cantar de gesta de Roland, delfín de una protofrancia soñada y muerto por esos ásperos vascones en Roncesvalles?. Pero aunque la Edad Media da muchísimo juego por la más difícil refutación de lo inventado, otros episodios, bien marinados en el jugo patriótico, también cumplen aseadamente su papel de construcción legendaria de la nación: La propia Revolución Francesa, tan francesa ella como la Résistance en la que debieron participar todos los ciudadanos galos menos Pétain. O esa Guerra de la independencia tan nuestra, que expulsó heroicamente a los franceses y con ellos también la esperanza de salir de la tiranía absolutista en la que nos sumergimos entusiastas al grito de ¡vivan las caenas!”

La lista de mitos, exageraciones, abusos, olvidos interesados, invenciones cuidadosas y mentiras puras y duras resultaría interminable pero todas cumplen la importante función de crear la falsa quimera de que cada nación es algo natural y previo a nosotros, algo a lo que nos deberíamos acomodar y que deberíamos “sentir” como propio. Así es como se han construido siempre los sentimientos de pertenencia nacionales: mintiendo.

Precisamente este año se cumplen 100 años de la Primera Guerra Mundial, en la que enarbolando esas banderas patrias tan bien inventadas, millones de jóvenes europeos murieron en las trincheras, asfixiados con gas venenoso o reventados por un obús. En todo caso para nada. La historia real de Europa no es pacífica y algunos de sus episodios más crueles están demasiado cerca para olvidarlos así, de hoy para mañana.

Por si fuera poco la ciudadanía europea está entre las más cultas y no va haber forma de hacerle tragar con las ruedas de molino que sí colaron cuando se fue construyendo la mitología nacional de cada uno de los Estados. Seguro que sería posible encontrar a alguien que nos demuestre el natural hermanamiento secular entre la romería del Rocío y la Oktoberfest pero habrá quien se ría y así no vamos a ningún lado.

Poner al déspota Carlomagno como ejemplo de construcción europea y dar un premio con su nombre fue una buena mentira pero no parece que haya cuajado. Una pena, con lo bonito que es Aquisgrán. (Aachen, Oche, Aken, Aquisgranum)

No va a quedar otro remedio que hilar mucho más fino. Tal vez la cultura, más transnacional, nos pueda ayudar: los grandes autores, músicos, científicos y artistas europeos podrían servir para ir construyendo un cuidadoso relato, falso sin duda, pero útil para la cimentación del gran espacio continental único que tanta falta nos hace. Tampoco hay que descartar la ayuda que puede venirnos de los jóvenes, que gracias a programas de intercambio estudiantil han podido alcanzar un buen conocimiento de otros países y personas, bien profundo a veces.

En definitiva que, además de seguir avanzando en su construcción institucional, la fría, razonable y burocrática Unión Europea no debería descuidar la necesidad de un emocionante storytelling de si misma. Hace mucha falta y no debería ser imposible conseguirlo. Con menos y con peores mimbres se han construido los 28 cestos que la componen ahora.

Sobre las verdades que, en mi opinión, también necesita Europa, hablaremos otro día.




sábado, 15 de febrero de 2014

El pensamiento traidor

Galileo Galilei
“Eso que dices puede ser cierto pero solo contribuye a minar la moral y a debilitar la estrategia”

Bastantes veces he escuchado esa idea expresada de una u otra forma. Por mi experiencia, yo la he padecido en foros políticos pero supongo que pasará lo mismo en religión, en fútbol y en todos aquellos entornos en donde un grupo humano desea alcanzar colectivamente alguna meta.

Asombra la capacidad de muchas personas inteligentes para rechazar de forma rotunda, y a veces airada, las reflexiones ingratas. Y no lo hacen porque duden de que sean ciertas sino, precisamente, porque sospechan que, en efecto, lo son. Ya se sabe que el peor traidor es quien señala el punto débil que realmente tenemos.

Se trata de una mezcla de la natural ceguera voluntaria para no ver lo que se empecina en no encajar en nuestra realidad con un cierto voluntarismo prodigioso que no conocería límites ni barreras y cuyo ilusorio blindaje habría que mimar no acercando a él ninguna peligrosa vacilación.

No me gusta nada esa actitud, pero lo que me resulta especialmente irritante es que ocultar la verdad molesta se justifique casi siempre apelando a la necesidad de hacer “pedagogía” (de παιδιον, paidos – niño en griego)

Estoy siempre encantado de aprender cosas nuevas pero no acepto que se me trate como un ser inferior o inmaduro. No solo eso, sino que, además, creo que lo que más nos hace aprender y avanzar es justamente hacernos preguntas incómodas. Muy pequeña ha de ser la mente de aquel a quien no le quepa la menor duda.

Me ha salido una oportuna reflexión para hoy, que es el 450 aniversario del nacimiento de Galileo Galilei.

sábado, 8 de febrero de 2014

Permanezcan atentos a sus pantallas


ETA aplica el manual de las campañas de generación de expectativa y anuncia "aportaciones significativas" en un comunicado que publicará hoy.
¡Cuánto mejor para Euskadi si se hubiesen dedicado al marketing!

jueves, 6 de febrero de 2014

La izquierda mágica


La ventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren treinta o poco más desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer: que esta es buena guerra, y es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra. ¿Qué gigantes? dijo Sancho Panza.


En España no se investiga…Los recortes están expulsando a los científicos…Nuestras universidades no están en los rankings de las excelentes…

Cuando escucho quejas como éstas pienso siempre si no estaremos apostando contra nuestro propio futuro. Porque yo también creo que nada es más rentable que la ciencia. Pero también confieso que no sabría decir cuánto de cierto hay en esta alarma y cuánto de esa costumbre hispana de ignorar y despreciar lo que sí se tiene, para así alimentar ese increíblemente prestigioso complejo de inferioridad colectivo, envuelto en ropajes de chulería. Ese en el que nos complacemos en enlodarnos desde tiempos de Larra o Blanco White.

Lo que resulta evidente es que la contradicción tiene excelente prensa entre nosotros:
  • Somos una potencia en fabricación de aerogeneradores eólicos pero no hay ubicación para ellos que nos parezca buena y en todos los casos propuestos nace la plataforma popular anti-molinos que denuncia el “impacto visual” de las grande hélices. Hasta tal punto es así de que estamos “expulsando” de España a las compañías que los fabrican.
  • No hay europeos con más smartphones que los españoles pero los movimientos que promueven el pánico anti-antenas con un gorro de papel de aluminio en la cabeza logar una credibilidad pública para la que un investigador científico necesitaría al menos el Nobel.
  • Tenemos –todavía- una excelente sanidad pública pero la despreciamos a menudo por no incluir entre sus coberturas la homeopatía, el reiki, las flores de Bach… (rellénese la línea de puntos al gusto)
  • Competimos en todo el mundo con una industria ferroviaria excelente pero lo más izquierdoso y guay es oponerse a las líneas de alta velocidad. ¿Cuánto mejor las autopistas, verdad?
  • No queremos que falte la electricidad en casa, porque se nos caería la red wifi de la que ¡vaya! abominamos en el colegio de los niños, pero no aceptamos ni los molinos eólicos, ni el fracking, ni las nucleares, ni las térmicas, ni las de ciclo combinado, ni…
  • Desconfiamos de las investigaciones genéticas, que quizás sean lo más asombroso de los últimos cien años, hasta el punto de prohibir y aun destruir, las semillas modificadas que pronto necesitaremos para comer sin asolar completamente el planeta.
  • Los nuevos movimientos sociales, justamente enfrentados a deterioro económico y político, acogen como parte de su cambio a los antivacunas, que hablan arrobados de energía vital y autocuración, pero que en realidad amenazan con traernos de nuevo el dolor y la muerte que creímos dominados para siempre.
Lo peor es que detrás de esa ceguera “popular y fresca” pero incapaz de distinguir la tecnología de la magia (como ya nos avisó Arthur C. Clark) hay una corriente social profunda y, por eso mismo alarmante, que mueve no solo a esos movimientos, sino que contamina a buena parte de la sociedad y, sin duda a buena parte de la izquierda de siempre, salvo contadísimas excepciones.

Los izquierdistas de antaño no dudaron un momento de que la libertad vino de la mano de la ciencia y de la cultura, porque así fue. Ni tampoco olvidaron jamás que las herramientas de la tiranía eran justamente la superstición y la ignorancia. El abuelo que luchó para que a su barrio llegase la luz eléctrica no entendería hoy qué hace su nieto twitteando en el móvil un mensaje contra la vacuna que a él le permitió escapar de la polio, por ejemplo. Hoy, sin embargo, quien se resiste a la marea de todo lo que suene a alternativo contra la ciencia “oficial”, es visto como un reaccionario, cuando no como un sicario a sueldo de escondidos poderes en la sombra.

La gran paradoja es que la magia, que ha sido la herramienta más eficaz de la historia para oprimir a los hombres, ha conseguido entrar en la mente de millones de personas sinceramente preocupadas por construir un mundo más justo y mejor. Y lo ha hecho como un troyano, escondida precisamente en los productos y cachivaches que su enemigo secular, la ciencia, nos ha proporcionado a todos para hacernos más sanos, más fuertes, más felices pero…por lo que se ve, no más listos.


Si ha llegado a leer has aquí tal vez es que le ha interesado así que aprovecho para recomendarle a gente más inteligente que yo

http://naukas.com/

miércoles, 5 de febrero de 2014

La utopía y la bolsa de hielo




Si no tienes utopía no sabrás hacia dónde caminar.
Pero si solamente aceptas la utopía misma no darás un solo paso.


(La bolsa de hielo está indicada contra las hinchazones y sobrecalentamientos cotidianos. Imprescindible para reflexionar con claridad. Manténgase al alcance de los adultos)


jueves, 30 de enero de 2014

Si bebes, no conduzcas

Arantza Quiroga. Presidenta del PP vasco. Foto ABC
Las personas de la actual dirección del PP vasco están sufriendo una enorme injusticia. Tienen toda la razón Arantza Quiroga y los suyos en que nadie tiene derecho a dales lecciones de dignidad frente al terrorismo. Ni siquiera sus antiguos compañeros.

La peste ISO

En la Edad Media el más devastador enemigo de la humanidad fue la peste negra, que causó la muerte a un tercio de la población de Europa. Aquello tuvo consecuencias terribles en el desarrollo de la sociedad y retrasó cualquier avance económico, político y social.

Ahora, en el siglo XXI, creo que el gran enemigo de la humanidad moderna son los "procedimientos de calidad" que, bajo la excusa de la excelencia, matan la creatividad, obligan a destinar esfuerzos a tareas inútiles, disuaden a quienes quieren mejorar las cosas de verdad e impiden destinar las neuronas a aquello para lo que realmente las tenemos.

Tal vez exagere y no sea para tanto. Tal vez se trate solo de otra burbuja más, como la inmobiliaria o la financiera que, como éstas, un día bendito estallará por fin y nos demos cuenta entonces de la imaginación que hemos perdido, de la creatividad desperdiciada, de la emoción abortada, de las iniciativas aplastadas, de la felicidad huída y de los miles de horas y de toneladas de papel desperdiciadas para dar de comer a los sacerdotes de la ISO.

Seguramente tampoco esta vez podremos valorar el daño causado pero lo que sí podremos hacer será recuperar de verdad la calidad en el trabajo. Y en la vida.


martes, 28 de enero de 2014

La marea blanca y la bolsa de hielo

La marea blanca ha sido un movimiento cívico valioso, que ha conseguido hacer visible que, afortundamente, hay muchísima gente en España que conoce y valora la sanidad pública. Pero el dique que ha parado las pretensiones privatizadoras del Gobierno de la Comunidad de Madrid ha sido una de las instituciones del denostado Estado: El poder judicial.

(La bolsa de hielo está indicada contra las hinchazones y sobrecalentamientos cotidianos. Imprescindible para reflexionar con claridad. Manténgase al alcance de los adultos)

lunes, 20 de enero de 2014

El PSOE se hace republicano


La decisión del PSOE de hacer en noviembre elecciones abiertas para la elección de candidato a Presidente de Gobierno puede significar una auténtica revolución en la política española y, desde luego, lo será en el Partido Socialista. A poco que la cosa funcione y los ciudadanos se animen a participar, el voto de los propios militantes se convertirá automáticamente en muy minoritario en relación con el peso del de los simpatizantes. Ocurrirá así aun sin necesidad de acercarse a las cifras de franceses o italianos que participaron en las elecciones primarias de sus correspondientes partidos socialistas. Se abre de este modo una interesante incertidumbre.

Tanta, que el secretario de Organización socialista, Oscar López, ya ha dicho que no sabría definir las expectativas socialistas de cómo pueda la ciudadanía reaccionar y lo ha hecho apelando, con razón, a la novedad absoluta de este procedimiento para la designación del candidato o candidata.

No sé si son los mejores tiempos para pedir a la ciudadanía una implicación en la vida de los partidos. La cosa puede acabar como un sano revulsivo que ilusione a la gente y la movilice al ver que se atiende, por fin, a la tan reclamada transparencia, pero también puede convertirse en una ocasión propicia para abofetear a la política en general. Los socialistas habrán dado la cara, ciertamente, pero para que se la partan.

De lo que pocos hablan es de que este proceso abre un nuevo escenario dentro del propio PSOE. Hasta ahora se había dado por hecho que quien controlase el partido era automáticamente el candidato y, si los electores le daban la mayoría, era también Presidente del Gobierno.

El PSOE siempre ha manifestado su vocación republicana. Sin embargo en sus estructuras internas reproducía, con paradójica similitud, la estructura de poder del Reino de España, con un Presidente del Partido, ciertamente electo pero sin poder real: (Rubial, Chaves, Griñán) y un Secretario General que era quien, mejor o peor, gobernaba efectivamente el PSOE (González, Almunia, Zapatero, Rubalcaba) cargo que, en su caso, compatibilizaba con La Moncloa.

Las primarias implantadas ayer van a suponer la creación a partir de ahora de dos poderes dentro del PSOE: Por un lado el que ostentará, y con gran legitimidad si todo sale bien, la persona que encabece el cartel socialista y, por otra parte, el poder que corresponda al Secretario General que dirija el Partido en la sede de Ferraz por decisión del congreso interno que le haya elegido.

Dos poderes reales y efectivos, elegidos independientemente uno del otro es, justamente, lo que caracteriza a los regímenes republicanos occidentales (Presidente y Primer Ministro) y es un modelo que cuenta con muchos partidarios dentro del PSOE pero, curiosamente, fue ayer mismo cuando el propio partido estrenó internamente esa estructura. ¿Se habían dado cuenta?


sábado, 18 de enero de 2014

Gamonal es la frontera

RTVE

Los recientes sucesos del barrio de Gamonal, en Burgos, han provocado una considerable perplejidad; de un lado por haberse producido en una ciudad de las que se perciben como tranquilas y poco dadas a la algarada y de otra parte por el asombroso motivo de la protesta: la regeneración y mejora urbanística de una calle. ¿Quién puede negarse? Pues precisamente los propios vecinos. ¿Y por qué una protesta tan virulenta y unánime?

Pues seguramente porque Gamonal es una frontera, como muchas otras que hay en España. ¿Qué clase de frontera? Una muy terrible, la que separa a las personas ya excluidas de las que aún aguantan. Esa frontera. La frontera del miedo.

La gente siempre quiere que sus hijos vivan mejor de lo que vivieron sus padres y se esfuerza mucho por conseguirlo. Mientras ha habido empleo muchas familias trabajadoras fueron mejorando su situación. El acceso a la vivienda en propiedad se percibía como un seguro. Como la certeza firme a partir de la que construir la esperanza de que la familia mejoraría. Conseguido ese primer objetivo los siguientes pasos variaban según los sueños de cada cual. Había quien, por fin, adquiría ese coche o ese pequeño apartamento playero; cosas que su familia no había podido tener nunca. Otros optaban también por darles a sus hijos una educación superior de la que ellos habían carecido, con la esperanza legítima de su promoción social y bien conscientes de que el salto definitivo a la clase media de la siguiente generación vendría de la mano de su preparación académica.

Millones de familias compraban bienes y servicios y de esta forma se generaba una apariencia de prosperidad (bien regada, por cierto, por la incomprensible pero evidente burbuja). No solo era así sino que esa estrategia vital se promovía y era percibida como muy positiva. Los Gobiernos se vanagloriaban de la marcha del consumo y hubo algún ministro que aplaudió el desaforado precio de las viviendas como síntoma de la incontestable prosperidad de España.

Tanto éxito no permitía ver que había millones de familias que para poder seguir ese ritmo presentado públicamente como “lo normal” estaban haciendo uso de toda su capacidad económica absolutamente al límite. No había margen de maniobra alguno y cuando llegaron el paro o el recorte, o ambos, se vieron al borde del abismo. Precisamente ese límite social, esa frontera de vértigo, se ha hecho estos días realidad física y tangible en el barrio de Gamonal.

No hablo de gente que no pueda pagar la calefacción, que ya ha traspasado la frontera maldita, pero sí de quienes aguantan el coche en la calle pero no podrían pagar un garaje. Del drama de quienes han tenido que hacer regresar a sus hijos de aquella universidad a la que llegaron con la esperanza y el orgullo de las generaciones anteriores de su propia sangre metidas en la maleta junto al ordenador.

En la protesta de Gamonal han estado, seguro, trabajadores con sueldos mermados que hace meses cerraron con llave el pequeño adosado en el Mediterráneo sin saber si cuando regresasen lo harían de vacaciones o para entregar las llaves.

Gamonal ha sido, en fin, el chillido rabioso de la esperanza que se ahoga en miles de barrios y en millones de hogares que bordean esa frontera. Eso ha sido. A muchos nos ha sorprendido el escenario y el motivo concreto del estallido, un bulevar, pero en algún sitio tenía que saltar la chispa. Quienes siguen sin entenderlo es porque aún no se han dado cuenta de que lo que está pasando es mucho más grave que un disturbio con policías y sirenas.

sábado, 11 de enero de 2014

El PNV acude en auxilio de los radicales… y de sí mismo


Dice el PNV que su convocatoria conjunta de una manifestación hoy en Bilbao es una reacción excepcional ante una situación excepcional. Ciertamente su concurso de última hora en este asunto es una actitud que no concuerda con el distanciamiento que los jeltzales venían manteniendo con el lío de los presos desde que ETA anunció su cese.

También es verdad que esa excepcionalidad ya no lo es tanto si miramos un poco más lejos: Lizarra 1998 no está olvidado y los casos en que el PNV ha sumado sus fuerzas a las del nacionalismo vasco radical han menudeado a la largo de décadas. En el fondo es innegable que por debajo de siglas y estrategias de cada momento, el nacionalismo vasco comparte, y compartirá, un imaginario sentimental común sobre el que se construye cada una de las posiciones diferentes que lo sustentan.

La manifestación prohibida y la reconvocatoria de hoy son, en efecto, un momento excepcional, porque existía el peligro cierto de que los jeltzales quedasen marginados dentro del universo común abertzale. El PNV ha querido evitarlo aun a riesgo de poder abandonar temporalmente una cierta centralidad política. No es raro. Llevan en esa táctica desde que Bildu entró en las instituciones y me inclino a pensar que, siempre desde su punto de vista, Ortuzar y los suyos han acertado ya que en este momento la mala situación de los partidos no nacionalistas hace que no haya nadie en Euskadi que le pueda disputar al PNV el segmento electoral del centro político, por lo que este movimiento táctico no le costará caro.

Solo ocurriría lo contrario si la demostración de hoy se convirtiese un punto de inflexión en relación con el cierre del terrorismo, como sin duda sueñan sus convocantes originales, pero tal cosa es muy improbable. Ya verán cómo la de hoy será una más de las ya muchas y muy multitudinarias concentraciones promovidas por el mundo de Batasuna/Bildu/Sortu/EH/… todas ellas con buenos resultados mediáticos pero nada más. Episodios como el de hoy o como el que protagonizaron el pasado día 4 en Durango unos presos cansados y derrotados, tendremos muchos de ahora en adelante, a lo largo del que seguramente será largo e incómodo tiempo en que los vascos tendremos que ir pasando nuestra propia resaca sociológica del terror.

Lo que no ofrece dudas es la excelente cintura política del PNV, que le ha permitido una jugada como ésta en la que no solo impide el monopolio de Bildu sobre los sentimientos abertzales sino que, además, se adorna a sí mismo con la pátina de “hermano mayor” que saca las ardientes castañas del fuego a otros “irresponsables” miembros de la familia cuando estaban a punto de quemarse.

Pero como nunca la dicha es completa, algunos peligros sí se vislumbran a lo lejos: Para el PNV que su insistencia en acudir a todo lo que suene a abertzale le haga derivar a largo plazo hacia donde no le conviene ir, tal y como le está pasando al PP nacional con su particular “Tea Party”. Para el PP vasco, que su ya débil posición propia desaparezca fagocitada por las torpezas del Gobierno de España y para el PSE PSOE, que una exacerbación diaria de la agenda nacionalista le deje sin discurso mediático y, por tanto, en tierra de nadie. Iremos viendo.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Multazo a las teles


Hubo un tiempo en que los políticos aún no monopolizaban para ellos solos todo el odio ciudadano, como ocurre ahora. La inquina estaba entonces más repartida y los terroristas, las grandes corporaciones, las constructoras, la banca y otras entidades, como las cadenas de TV, contaban con sus propias cuotas de antipatía popular. A estas últimas se les reprochaba en público la pésima calidad de una programación que, sin embargo, se seguía privadamente de forma mayoritaria.

En respuesta a tales críticas las cadenas establecieron en 2004 un código de autorregulación en el que prometían no ofrecer contenidos “perniciosos” para la infancia en las horas en que se suponía que los menores veían la tele. Se le llamó “horario protegido” y hace poco aquella iniciativa pasó de ser una declaración de buena voluntad a contemplarse en la nueva Ley de Comunicación Audiovisual.

Vista la destreza de nuestros chicos y chicas con el mando, su acceso constante a internet y su asombroso conocimiento de todas las novedades, hablar de un horario infantil a estas alturas suena bastante falso y tan anacrónico como la familia “Telerín” animando a los pequeños a acostarse. Sin embargo, la Ley es la Ley y la Comisión Nacional de la Competencia acaba de multar a dos grandes grupos televisivos con 2 millones de euros por vulnerar ese pretendido horario infantil. Lo más curioso es que se les castiga por un caso concreto en medio de un mar de incumplimientos cotidianos.

En 2004 les recuerdo que no había más cadenas que las grandes y una de pago, resultado de la fusión de dos anteriores. No había ni TDT, ni temáticas ni, por supuesto, cadenas de dibujos animados las 24 horas el día. La tele aún se veía en el salón de casa, ni en el ordenador ni en el teléfono y menos aún en la tablet.

Sin embargo en muy pocos años nuestras casas y nuestros bolsillos se han llenado de pantallas, los horarios se han ido al garete y las normas que entonces se crearon se han revelado perfectamente inútiles. No debería extrañarnos: ocurre siempre que queremos sustituir la civilidad, el respeto y el sentido común por la Ley y la sanción, pero es algo a lo que en España parece que tenemos auténtica adicción. ¿Aprenderemos? Lo dudo.



viernes, 20 de diciembre de 2013

Implacables


Ese fue adjetivo, bien tajante, que en noviembre escogió el portavoz del Gobierno Vasco para mostrar su firme determinación de evitar que Cantabria pudiese saltarse las normas europeas de la libre competencia y concediera ayudas de Estado a empresas para que se ubicasen allí, en vez de aquí: “Seremos implacables”, dijo.

Europa denomina “ayudas de Estado” a las que puedan recibir las empresas de parte de cualquier Administración Pública y que les supongan ventajas sobre las empresas competidoras de otros lugares. Tales ayudas están prohibidísimas y por eso mismo adoptan toda clase de formas y subterfugios que traen de cabeza a los inspectores europeos.

Sin embargo todas son idénticas en una cosa: en la enorme popularidad y aceptación que tienen allí en donde se ofrecen. Es humano que nos guste recibir apoyo cuando estamos mal y, sin duda, la popularidad de quien nos lo da se incrementa mucho cuando lo hace, lo que electoralmente resulta muy tentador.

Desde aquellas clásicas vacaciones fiscales (cuánto arte en el nombre y cuántos problemas después) hasta el último susto que nos a traído de Europa -vaya por Dios- un socio del Athletic, pasando por el sector naval, un intento en Edesa, coches eléctricos y hasta por algún otro equipo deportivo local…la trayectoria vasca es casi la de un “parque de atracciones” de las ayudas de Estado, y siempre, como digo, con la aquiescencia y el aplauso popular más entregados.

Ya se sabe que los viejos cocineros devienen en avispados frailes así que los gobernantes de Cantabria pueden estar tranquilos porque nunca encontrarán mejor vigilante de la legalidad de su iniciativa que las Instituciones Vascas. Implacables ellas.

Menos mal que el nuevo San Mamés se ha salvado del expediente del socio Almunia porque, como todo el mundo sabe, no lo va a usar solo el Athletic sino que todos y todas vamos a poder disfrutar de sus instalaciones deportivas…¿verdad que sí?





Publicado en Danok Bizkaia el 20 de diciembre de 2013

NOTA añadida el 11 de enero de 2014: No ha habido que esperar ni un mes para que las instituciones vascas (tan implacables ellas) se presten generosas a ofrecer ayudas de Estado sin que nadie abra la boca salvo, en todo caso, para exigirlas cuanto antes. Me entra la duda de si el capitán Renault no sería vasco-francés.

viernes, 13 de diciembre de 2013

Marx en Algorta


En 1852, en su obra “El 18 de Brumario” Karl Marx escribió que los hechos históricos siempre se repiten dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa.

Algo así ha sucedido en Getxo. Resulta que ahora que por fin nos veíamos libres del terrorismo real, han “secuestrado” la imagen del sireno que adornaba el muelle del Puerto Viejo de Algorta. Han pintado en su lugar una gran interrogación y en un video han exigido a los poderes públicos condiciones políticas para la “liberación” de la obra. Los Robin Hoodes costeros exigen también que se repartan retoños de árboles autóctonos entre la población y todo ello lo reclaman mediante una escenografía típicamente terrorista, aunque más cercana al Yihadista que a nuestro terrorismo autóctono.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Ha molestado

Foto Fernando Bustamante. La información de Alicante

Leo que algunos responsables televisivos se han sentido ofendidos porque crezca la sospecha de que pudieran estar preparando algún programa especial llevando a sus platós a Miguel Ricart, recién liberado tras 21 años en prisión por el crimen de las niñas de Alcàsser.

“La pregunta es insultante”, ha protestado ya alguno de los responsables de ese tipo de programas. Niegan que quieran dar “minutos de gloria a un asesino temido y repudiado” y alguno hay que se ha preguntado indignado: “¿por qué hay esa imagen de que los reporteros de TV van con un talonario detrás?”. La respuesta es bien simple: Porque hay reporteros de TV que van con un talonario detrás. Justo por eso mismo. Y además con un talonario que se usa a menudo para comprar la presencia y las palabras, ciertas o falsas (que eso da lo mismo) de cualquiera que genere el suficiente escándalo como para que les compense la audiencia; auténtica diosa pagana de la TV, a cuya voracidad insaciable se sacrifican la honestidad, la calidad, la decencia y lo que haga falta. Así que lo del dinero es lo de menos.

Hay tantos precedentes de indignidad en este tipo de programas (incluido alguno relacionado con ese mismo crimen) que no comprendo que puedan ahora extrañarse de que se les ponga bajo sospecha. Es sabido que a Ricart y a otros delincuentes se les ha seguido y perseguido, micrófonos y cámaras en mano, para obtener declaraciones, así que no faltan motivos para esa sospecha. Incluso, ya puestos, quién sabe si no habrá sido la misma reacción ciudadana lo que ha abortado el previsto bombazo.

Sea o no así lo que no es de recibo son sus protestas.  Son esas personas que, para oprobio de esa profesión se hacen llamar periodistas, las que han creado la idea de que cualquier acusación, sospecha, revelación, duda…se apoye en datos, en suposiciones o en meras imaginaciones delirantes de cualquier lunático gritador es susceptible de ser emitida para millones de personas y debatida públicamente durante horas. Quienes nos han acostumbrado a ver como normal que la reputación de cualquiera sea destripada en sus programas no son los más adecuados para protestar ahora, cuando sobre ellos recaen sospechas sobre si tenían o no previsto pasarse de la raya también esta vez.


domingo, 1 de diciembre de 2013

Barakaldo desaparece


Tenemos menos hijos. Los jóvenes dejan de serlo sin conseguir la casa que todo casado quiere. El arroz se les va pasando mientras su confianza en el futuro se acompasa con sus salarios -es decir- cae. O tal vez solo sea que las series de TV terminan demasiado tarde. ¡Vaya usted a saber! Por si fuera poco la crisis golpea con dureza a los fértiles inmigrantes, que se nos van. Algún idiota se alegrará de ello.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó hace días un estudio en el que se confirma la tendencia: De seguir el camino que llevamos, y nada apunta a que cambie, Euskadi habrá perdido en sólo diez años la población actual de Barakaldo y de Basauri juntas (unas 143.800 personas).

En su inolvidable canción “Mayo”, Imanol cantaba “ha muerto ya Barakaldo” pero se refería a la contaminación, no a la población. Ni él ni nadie podía imaginar entonces que llegase a ser casi cierto. De hecho nunca se había dado tal situación, salvo en la Guerra Civil o en la epidemia de gripe de 1918, 1919.

En toda España la población disminuirá en 2.600.000 personas y la tendencia no podrá ser ya revertida por los nuevos nacimientos puesto que se prevé también una dramática disminución de las personas entre 20 y 49 años. Imagine, por ejemplo, que Euskadi y la Rioja fuesen un desierto, o tal vez un bonito parque natural, pero en todo caso sin vida humana. Uff.

Obviamente la caída de población estará repartida pero asusta imaginar por un momento el silencio, los cristales rotos, los coches abandonados, los árboles colonizando fachadas y edificios, el polvo que ya nadie barre levantado por el viento en calles desiertas y oscuras.

No será una peli catastrófica de ciencia-ficción pero tampoco ningún cuento de hadas. Menos gente son menos bocas pero también menos manos, menos cerebros, menos imaginación, menos cultura, menos riqueza. Siempre hemos dado por hecho que seguiríamos creciendo, estábamos a otros problemas pero no a éste. Sin embargo ahora sabemos que a las muchas incertidumbres que nos asaltan deberemos añadir otra que nunca creímos posible pero con la que tendremos que apañarnos. Solo una recuperación económica que vuelva a traernos rápidamente nuevos inmigrantes podrá parar esta caída.

Me pregunto por qué esta noticia tan importante ha pasado por los medios con tan poco ruido. Que si, como cantaba el tango: 20 años no es nada, 10 son aún menos.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Tumbas




Hoy he estado en el cementerio de Derio y cuando regresaba he visto esta corona, colocada no en una tumba, sino frente a la tapia, alejada de los enterramientos. Recuerda a los milicianos fusilados. Probablemente lo hace, además, justamente allí donde murieron.













Unas decenas de metros más abajo está este otro monumento de la fotografía de abajo. Construido en recuerdo de los muertos en el bando sublevado, que fue el que ganó la guerra.

Puede que la muerte nos iguale a todos pero, desde luego, no será en el recuerdo de los que se ocupan de los símbolos.

viernes, 22 de noviembre de 2013

¡Así no vale!


Al ser en Madrid, la huelga de basuras ha tenido un gran repercusión pública. Es lo que pasa cuando los creadores de opinión bajan de sus brillantes púlpitos y se encuentran el suelo lleno de mierda. Parece que ya no sobran allí los 1.134 trabajadores de la limpieza que sobraban hasta hace días y se ha encontrado un arreglo entre la empresa contratista y sus empleados.

Hace poco se ha certificado también lo que ya se sabía: que los hospitales privatizados de Madrid tuvieron que ser rescatados con dinero público, porque resulta que a las empresas privadas que se adjudicaron los concursos no les salían las cuentas en cuanto empezaron a ocuparse de los enfermos. No han tenido que pasar décadas. El fracaso ha sido casi inmediato (dos años).

Gestionar un servicio público a través de una contrata privada no tiene por qué ser ni malo ni erróneo, pero a la vista está que tampoco tiene por qué ser ni más barato ni más eficaz, que es justamente lo que siempre se argumentaba para justificar su traspaso. El único argumento, bastante ofensivo por cierto, era que los trabajadores públicos son de natural vagos y remolones, mientras que la gestión privada es demostradamente eficientísima. Parece que la realidad no confirma tales prejuicios.

Lo que nadie puede negar, aunque tampoco lo proclamen, es que cuando entra una empresa privada a gestionar el gasto público aparecen inevitablemente unos señores, los accionistas que, con toda legitimidad, exigen quedarse con una parte del dinero. Y cuando la inversión es mucha exigen mucho dinero, y todos los años si puede ser. Así que para que un servicio funcione mejor en lo privado que en lo público es absolutamente imprescindible que la hipotética ineficiencia de los trabajadores públicos sea tal que resulte más gravosa que la segura exigencia de dinero de los accionistas privados.

La realidad es que cuando un servicio es complejo, los administradores privados se equivocan como los demás y si a ello le sumamos el accionista que viene pidiendo a fin de año, puede pasar justamente lo que está pasando: que aun rebajando los salarios de los trabajadores y empeorando sus condiciones laborales el mismo servicio (o uno peor) nos resulta más caro que antes ¿dónde está, entonces, la que se decía indiscutible eficiencia de lo privado?

Lo peor es que cuando lo que se adjudica es un servicio de primerísima e inexcusable necesidad no hay margen de error y enseguida se acude a la “ineficaz” caja pública para pedir más tela en cuando se acaban las vendas privadas. Y así no vale.

Publicado en Danok Bizkaia el 22 de noviembre de 2013

viernes, 15 de noviembre de 2013

Golosas mentiras


Un conocido periodista y bloguero, aficionado a la sátira y a la ironía, publicó hace tiempo en su popular bitácora una pieza satírica en relación con las memorias de un ex presidente del Gobierno. Dice el autor que sus parodias son deliberadamente exageradas, muy exageradas. Muchísimo. Justamente para evitar que alguien pueda tomárselas en serio y para que no quede duda de que se trata de bromas. Doy fe de que son muy extremas.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Se buscan millonarios

Foto Reuters

Dicen que cuando todas las puertas se cierran siempre se abre alguna ventana y parece que el dicho va a ser cierto también en medio del huracán que ha arrasado con la confianza en los políticos. Cuando ya creíamos que no había salida alguna, que era imposible regenerar el prestigio de la actividad pública, se atisba en medio de la negrura una solución limpia, brillante, instantánea y que cuenta cada día con más afecto popular: Que los políticos y las personas que ejerzan responsabilidades públicas lo hagan por afición y no cobren sueldos, ni dietas, ni remuneraciones de ningún tipo.

Ya que dicen que están en la cosa como servicio público, como un acto de generosidad y entrega al bien común, que lo demuestren trabajando por la cara. Pero ¡ojo! que no nos sirve sólo que trabajen gratis, que eso ya lo hacen miles de humildes concejales españoles a los que despreciamos igualmente. Es preciso, además, que los nuevos políticos estén forrados, que sean millonarios y que todos lo sepamos. Solo así quedaremos tranquilos. El ya ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ha sido el mejor ejemplo de esta solución. Los 23.000 millones de dólares de riqueza personal que se le estiman le han disuadido de cobrar un sueldo (se puso un dólar simbólico) e incluso declinó el privilegio de usar la residencia oficial de alcalde y se quedó a vivir en su domicilio (un edificio de cinco plantas en lo mejor de la ciudad). Luego decidió que el dinero público debía destinarse a Manhattan y a las grandes inmobiliarias pero él jamás ha tocado más que ese único dólar ¡Así da gusto!

Es tan buena solución que los periódicos siempre ponderan la generosidad de quien renuncia a cobrar. Lo hemos visto estos días en el relevo de la BBK y en Castilla-La Mancha los parlamentarios no tienen sueldo. La propia Presidenta que impulsó tanta austeridad dijo que un fontanero o un electricista perfectamente “pueden sacar un rato libre” para dedicarse a la política. Mala solución me parece esa porque siempre nos quedará la duda de su poca dedicación o de que cobren algo a escondidas. Nada como encontrar auténticos millonarios, que seguro que cuando miran la caja pública en lugar de codicia les da la risa.

Cosa distinta es lo que al cabo de unos años nos riamos o no los demás. Por si acaso mejor no pregunten en Queens ni en Brooklyn.