
Espero que las medidas restrictivas adoptadas por el Gobierno de España y replicadas en el resto de las Administraciones sirvan para las cosas buenas que dicen que van a servir: Desde mejorar la posición económica de España hasta impulsar un mercado de trabajo más dinámico y eficiente, ya que no más humano. A mí de todo lo previsto lo que me parece mejor es que empecemos a entender que el gasto público se hace con nuestro dinero y que cada euro invertido debe tener una justificación creíble, aunque nunca pueda ser unánime. Me gusta esa parte aunque no me guste nada la demagogia de quienes se agarran a ese argumento razonable para desmontar el Estado sabedores de que es el aliado de los menos poderosos.
Pero hay un aspecto de esta reforma que me inquieta especialmente y sobre el que ya he escrito en otra ocasión. Todo el tiempo se habla de la necesidad de ser más competitivos pero me parece que se hace demasiado hincapié en el despido y demasiado poco en el trabajo. Y eso ¿Qué tiene que ver con la competitividad?