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El Presidente del PNV ha escrito en su blog cosas que ayudan a entender cómo concibe el PNV la radiotelevisión vasca y cuál es la estrategia que ha desplegado contra ella. El Sr. Urkullu sabe, pero oculta, que la salida del PNV de la dirección de lo que siempre consideró su casa solariega electrónica coincidió más o menos con el despliegue de la TDT. Ustedes sí se acordarán de aquellos anuncios que nos instaban a que comprásemos los decodificadores. Y ya puestos, puede que recuerden también que su televisión ha pasado de tener 6 cadenas a tener 60 o más.
Las cadenas temáticas, que eran una rareza en 2005 con un 7% de share (porcentaje sobre todos los que ven la tele), han alcanzado este mismo mes un 29,3%, que naturalmente solo es posible obtener de la audiencia de las demás.
De ese modo la exitosa TVE1 ha pasado en ese periodo del 20,5% al 14,9% actual y Antena3 ha caído de casi el 25 al 12,2% cediendo el liderazgo a Tele5 que, pese a todo, cae del 21,2 al 13,9%. Las autonómicas han pasado del 16,2 al 11%; ni tan mal. Todas las televisiones cerrarán este año con los peores resultados de su historia, no solo ETB, como pretende hacernos ver el Presidente del PNV en su blog. Los “viejos tiempos” no volverán a ninguna televisión.
En definitiva, que el mundo de la televisión está atravesando dificultades evidentes que nadie niega pero que el PNV quiere presentar como si fuesen exclusivas de EiTB y causadas por la primera dirección no partidista de su historia. En definitiva conflictos: sí, recortes: sin duda, inercias: muchas, errores: por supuesto. Pero de desastres, cataclismos, fiascos, nefastas gestiones y demás catástrofes, nada de nada.
¿A qué viene entonces tanta insistencia en presentar esta tormenta como si fuese el inicio del diluvio universal en EiTB? Pues viene a que el PNV teme que una televisión plural, profesional instalada en la modernidad, consciente de su papel al servicio de la Euskadi real, de la de todos, no tenga ya vuelta atrás, no pueda ser revertida jamás en el poderoso instrumento del imaginario nacionalista que era. Eso es lo que teme y lo que reclama Iñigo Urkullu cuando dice que “ETB debería ser la misma que hace año y medio”, aunque sospecho que lo que quiere es que siguiese siendo para siempre la misma paleotelevisión que ellos manejaban.
No va a ser así. No hay vuelta atrás en un mundo tan dinámico como el audiovisual. EiTB no tiene otra salida que reinventarse en esta nueva etapa que ya está aquí, tiene que saber llegar a públicos diversísimos, que consumen productos audiovisuales al estilo de siempre pero que también los hacen por internet, a la carta o en canales especializados, tiene que estar en plataformas distintas del televisor del salón, como los propios móviles o “tablets”, tiene que seguir creando redes sociales y encontrar su espacio en la calle, en la cultura y en la creación de contenidos de calidad que aporten esa innovación en la que los grupos privados nunca (o casi nunca) arriesgarán. No es sólo una elección complicada, es la única opción.
Y en ese recorrido tan difícil lo que parece obvio es que no vamos a poder contar con el PNV. Urkullu y los suyos miran a EiTB con indisimulada desazón y no ayudarán sino que pondrán cuantos palos puedan en las ruedas. Lo han demostrado estos días y seguramente van a seguir en lo mismo. Una lástima.
Por cierto, no todo van a ser problemas: Felicidades a Radio Euskadi y a eitb.com, que están que se salen, batiendo records en audiencias y visitas.
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