jueves, 24 de enero de 2013

Ay Suiza, patria queridaaa!

Parece mentira lo absolutamente actual que resulta esta grabación de 1976. Es evidente que las tradiciones más profundas no cambian.

sábado, 19 de enero de 2013

¡No hay derecho!


Cuando una sentencia no alcanza la severidad que la percepción social requeriría o cuando un castigo se aplica a alguien cercano y popular, ésta suele ser la expresión más utilizada: ¡No hay derecho!

Parece mentira que una sociedad en la que la educación es universal y en la que la cultura ha avanzado como nunca antes lo hizo, siga vigente con tanto ardor la reivindicación de que la Ley pierda su carácter de norma racional, equilibrada, rigurosa y previsible para convertirse en una simple vía a través de la que se legitime la simpatía o antipatía popular que cada reo despierte. Una especie de autopista pública por la que puedan discurrir sin trabas un día la indignación y la venganza y tal vez otro día el olvido, la justificación o el aplauso.

Si el delito juzgado es notorio, o si lo es el delincuente, la administración de Justicia se ve sometida a una gran presión social, mediática y aun política para que se olvide de engorrosos procedimientos y aplique rápidamente al extraño la ley de la horca o el perdón honorable al nuestro. Así pasa que sin importar lo que diga la Ley, o incluso mintiendo sobre lo que dice, unos quieran a sus presos en casa porque ¡no hay derecho! y otros muchos quieran que a esos mismos presos se les nieguen lo que tienen todos los demás porque ¡no hay derecho!.

Pues resulta que es precisamente cuando tales cosas suceden cuando “no hay derecho”. Y no lo hay porque es entonces cuando el derecho muere para ser sustituido por la justicia del Cadí, por la decisión moral del momento, por la condena o absolución a voleo, sin otro procedimiento que el grito, el espectáculo y el titular.

Lo peor es cuando la mal llamada “alarma social” se maneja por los poderes públicos para que la Ley de Lynch les ayude descaradamente a la colecta de apoyos políticos. Un ejemplo es esa cosa que han llamado “prisión permanente revisable” pero que en realidad podría llamarse “cadena perpetua para delitos que generen titulares de letras muy grandotas”.

La limitación de la arbitrariedad y la prohibición de que un juez improvise para contentar a su público son conceptos que se generalizaron en el Siglo XVIII, pero parece que van pasando de moda y que solo los muy rancios, como yo, los valoramos. Puede ser pero ¡ojo!, si es usted partidario de esa justicia casi televisiva de hoy, tenga mucho cuidado en caerle siempre simpático a todo el mundo porque si un día tiene un problema no podrá contar con la independencia de los tribunales ni con las “anticuadas” garantías procesales. Y podrá decir entonces ¡No hay derecho! Porque, efectivamente, ya no lo habrá.



viernes, 11 de enero de 2013

Pensiones y confusiones



Empezamos 2013 con muy pocas esperanzas pero con muchos cambios. Uno de los más notables que estrenamos es la nueva regulación en materia de pensiones.

Por supuesto que es un tema controvertido, como para no serlo, pero con objeto de no añadir confusión a la polémica hay que evitar expresiones que mueven al error. Porque precisamente en relación con las pensiones es habitual que se haga “como si” nuestras aportaciones de hoy fuesen lo que nos asegurase una pensión proporcional el día de nuestro retiro. Y eso no es así.

Conviene recordar que el nuestro es un sistema de solidaridad y que el dinero de las cotizaciones de cada trabajador de hoy NO se guarda para el futuro sino que se usa INMEDIATAMENTE para pagar a los jubilados de ahora. Porque tanto insistir en lo de las cotizaciones corremos el peligro de olvidar lo fundamental. Cuando alguien reclama “es mi dinero” deberíamos aclararle que es su derecho pero no su dinero, que éste ya se gastó en su día, seguramente pocas horas después de que lo aportase.

Por tanto la jubilación que usted y yo cobraremos, si es que cobramos alguna, vendrá del dinero que ENTONCES estén aportando los trabajadores en activo. Si son muchos y bien pagados tendremos pensiones mejores que si son pocos y maltratados. De eso dependerá.

La auténtica inversión no son nuestras cotizaciones de hoy sino el esfuerzo que hagamos para que los niños y los jóvenes tengan oportunidades, derechos, tengan la mejor formación posible, que hablen idiomas y se muevan por el mundo. Nuestra prosperidad de jubilados (incluida la de quienes tienen planes privados) vendrá de la mano de la inversión en investigación que se haga hoy para que mañana nuestra sociedad sea innovadora, competitiva y boyante en lugar de pobre y atrasada.

Nuestra ruina en la vejez la traerán la injusticia de hoy, la ignorancia, la desigualdad, el abuso, los sueldos de salario mínimo que ahora propone la patronal, la destrucción de derechos y la competitividad basada en la miseria de los trabajadores, que es como empezamos el nuevo año.

Seguramente la cantidad que cada cual reciba cuando se jubile se calculará atendiendo a lo que en su día aportó pero no hay que olvidar que un porcentaje alto de nada es exactamente lo mismo que un porcentaje bajo de nada.


Publicado en Danok Bizkaia el 11 de enero de 2012




viernes, 28 de diciembre de 2012

Políticos y bicis


Las muertes de Victor Cabedo e Iñaki Lejarreta han puesto de nuevo de actualidad los accidentes de ciclistas. Así hemos sabido que en España en 9 años la siniestralidad en bicicleta bajó nada menos que un 39 por ciento. Pese a todo, en 2010 murieron 67 ciclistas. Demasiados, por supuesto, pero muchos menos de los más de 100 anuales que fallecían en los noventa. 

El caso de Lejarreta ha tenido gran impacto y hasta hubo una multitudinaria manifestación de bicicletas en homenaje al corredor y en justa defensa de los derechos de los ciclistas. Se ha reivindicado mayor respeto hacia quienes nos movemos en bici y se ha apuntado ¿como no? a la responsabilidad de "la clase política”. Parece que, al fin, los políticos nos resultasen al menos tan incómodos como útiles. De otra forma ¿cómo hubiéramos conseguido soslayar que los ciclistas también somos conductores (el 85% de los siniestrados tiene carnet) y que por fuerza entre los manifestantes tenía que haber muchos que algunas veces, o muchas, han pensado antes en su propia prisa que en el ciclista que les retardaba? Tal vez para no reconocer esa inquietante realidad es por lo que en seguida se apuntó hacia tan cómodos culpables ajenos.

A riesgo de ser impopular diré que la solución a este problema no va a venir de la Ley, del control o del castigo que se imponga sino que la traerá nuestro propio comportamiento.

Soy peatón, ciclista urbano, motero, conductor y viajero de transporte público, lo soy todo. Depende del día y como yo, millones de personas. Lo malo es que demasiadas veces supeditamos los derechos de los demás al vehículo que utilizamos en ese instante: queremos coches lentos cuando vamos en bici pero que no haya ciclistas que nos hagan esperar cuando conducimos. Queremos carreteras libres para apurar las trazadas en la moto (o incluso en la bici) pero despotricamos contra los moteros cuando éstos nos "achuchan" en las carreteras secundarias. Tampoco faltan ciclistas que protestan airados cuando un peatón (el débil) les obliga a frenar a ellos (los fuertes) en un carril bici urbano, con limitación a 10 km/h y obligación de timbre. Me alegra poder decir que no estoy entre esos.

A más ciclistas, menos accidentes. Cuando la bicicleta se consolida como un elemento más de la movilidad la velocidad de los coches tiende a ser menor y los accidentes disminuyen. O sea que lo que obra el milagro de la civilidad es la costumbre y nuestra propia actitud cotidiana, no nuestra policía.

Seguiré pateando mi ciudad, usando la bici, la moto o el coche pero pensando siempre que tengo los mismos derechos que los demás, sea al volante, pedaleando, asido al puño de mi “burra” o gastando la suela de mis zapatos. Respetar la ley pero también la cortesía es la vía que conviene tomar siempre, mucho mejor esa que descargar sobre otros nuestra propia responsabilidad como ciudadanos.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Triste época

Foto Diario de Navarra

La mitad de los inmigrantes que viven en Euskadi tiene entre 25 y 44 años, por tanto son personas jóvenes, normalmente sanas y obviamente dinámicas, puesto que asumieron riesgos al abandonar alguno de los 160 países de los que provienen. Al ser jóvenes y sanos utilizan los servicios de salud menos que los autóctonos, entre los que hay más gente mayor.

Se estima que en la época de bonanza pagaron en toda España al año unos 5000 millones de euros en impuestos y en torno a 3000 millones ahora que la crisis está expulsando a muchos de ellos. Es decir que pagan más que de sobra la atención sanitaria y los servicios sociales que ocasionalmente utilizan, con todo derecho.

Son datos de un estudio del Gobierno Vasco publicado el año pasado pero aún de plena actualidad y desmienten a quienes dicen que los inmigrantes son caros para nuestros servicios públicos y que abusan de ellos. Todo lo contrario.

Si no hubiera tantas personas inmigrantes necesitaríamos un sistema de atención pública muchísimo mayor y también más caro porque nos faltaría la ayuda de tantas mujeres y también el IVA que ellas mismas pagan cada vez que compran algo. Eso sin olvidar que la posibilidad de trabajar de muchas mujeres autóctonas depende de sus asistentas domésticas. No es un asunto solo de mujeres pero son ellas las principales protagonistas en ambos lados de esa importantísima realidad.

En 2011 eran un 6,6% de la población vasca, la inmensa mayoría está en situación legal (el 77%). Sin embargo los aborígenes tendemos a pensar que son el triple de los que realmente son y que su situación es de generalizada ilegalidad. Cosas ambas que no son ciertas.

Cuando los empleos se pierden, van a la calle como los demás, tal vez antes. Tienen menos red de apoyo familiar, claro está, y suelen acogerse a ayudas públicas, pero no se instalan en ellas a largo plazo. Los datos apuntan a que quienes así lo hacen suelen ser habitualmente ciudadanos de aquí de toda la vida.

Dicen que tener prejuicios es estar absolutamente seguro de algo que se ignora y las personas inmigrantes suelen ser víctimas de esa actitud así que hoy he querido repasar unos pocos datos para que usted se forme la opinión que quiera pero con algo más de información.

Se atribuye a Albert Einstein la frase "¡Triste época la nuestra! en la que es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio". Puede que la atribución sea falsa pero la frase es muy acertada.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Millonarios nacionales



Corre por la red un vídeo de un conocido empresario y millonario norteamericano, Nick Hanauer, que contrasta vivamente con el discurso al que nos quieren acostumbrar aquí. Hanauer dice en su charla que “la gente rica, como yo, no crea empleo” que lo hace “la retroalimentación entre clientes y negocios”. Y dice, además, cosas como que “subir impuestos a los ricos es lo mejor para la clase media, para los pobres y también para los ricos”. Es muy interesante el vídeo, véanlo. Está también aquí.

No sé si los millonarios vienen con denominación de origen como pasa con los vinos, pero lo que es claro es que los grandes empresarios típicos de aquí no se parecen en nada a este señor. Estamos ahora siguiendo en los medios las andanzas de Díaz Ferrán y sus colegas, de sus trampas, de los pagos a políticos “cojonudos”, de sus evasiones fiscales, del uso de influencias públicas para hacer negocios privados, etc.

Y lo peor es que este señor no era un empresario más, sino que ha sido mucho tiempo el presidente de los empresarios de España, que le eligieron y le reeligieron para el cargo. Demasiados de su misma calaña hemos tenido y sus nombres le vendrán a usted a la mente fácilmente.

Hasta la asociación de empresarios de Euskadi CONFEBASK ha salido al paso para defender el buen nombre de sus miembros y denunciar el “injusto menoscabo” para su imagen que supone este caso.

Seguro que tienen razón, nunca he sido partidario del “todos son iguales”: ni para los empresarios, ni para los políticos, ni para los periodistas, ni para los hombres, ni para las mujeres tampoco, así que no tengo duda de que en España habrá empresarios que se parecerán mucho más a Hanauer que a Díaz Ferrán, como en Estados Unidos los habrá sinvergüenzas como éste, pero a uno le tienta pensar que los países tienen las dificultades que sus sociedades se merecen. Que, por ejemplo, allí donde los ricos respetan la Ley y piensan más a largo plazo, les va a todos mejor, incluso a ellos mismos. Y que, por el contrario, allí donde están dispuestos a todo para quedarse con todo y para conseguirlo ahora, el precio que se paga es enorme, y no me refiero a su encarcelamiento -claro- sino al futuro de un país entero y a su confianza en sí mismo. De entrada la confianza de los mercados en nosotros ya ha vuelto a caer, pero dicen que es por Italia y por su gran millonario nacional: Berlusconi. Eso será.

Publicado en Danok Bizkaia el 14 de diciembre de 2012

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Decepciones

Cotillas. Maite Benet

La cosa prometía. Unas chicas y algún chico mayores de edad pero jóvenes se habían hecho fotos “subidas de tono” (así lo decía la prensa). Y luego -castigo del destino por procaces- tales fotos habían acabado corriendo sin tasa en las redes sociales. Naturalmente que tan inmensa difusión resultaba reprobable pero, ya se sabe…el morbillo, las masas que diría Ortega…Además, al fin y al cabo el pecado del mirón anónimo resultaba venial en comparación con el cometido por los y las exhibicionistas.

Enseguida saltaron las alarmas. Los responsables universitarios, el Gobierno y la ertzaintza, se alarmaron, desmintieron, investigaron. La prensa y los medios se ocuparon con profusión y hasta surgió espontánea una manifestación de solidaridad con el derecho a la intimidad de aquellas chicas y chicos que nadie conocía directamente pero que todos tenían alguien cercano que los conocía de fijo.

Parecía que se quería llegar hasta el final y así ha sido. Todo era mentira, no hubo tales estudiantes atrevidos, todo era un montaje jugoso y atractivo, pero falso. El final ha resultado ser que esta sociedad tan moderna, tan descreída, tan tecnológicamente avanzada como nos gusta creernos, es igual de cotilla, ingenua, crédula y frágil que las de nuestras abuelos y bisabuelas, solo que entonces los bulos crecían más lentos.

Pero las ganas de creer en el pecado ajeno son hoy las mismas. La bola que crece imparable en cada boca-oreja, igual. La confidencia privada que no sale de Eurasia, idéntica. Solo la tecnología ha cambiado, pero para acelerar el proceso e incrementar, de paso, el bochorno social.

Como en todos los bulos de éxito, una vez pinchados queda ahora la incómoda sensación de tener que regresar avergonzados desde allí donde se llegó. Cuesta renunciar a aquello tan sabroso que se dio por cierto y más aún asumir el ridículo. Así que no crean, la cosa coleará y no les quepa duda de que se guardará más tiempo en la memoria la mentira estupenda que el humillante desmentido.

Me llegan malas noticias sobre Islandia, donde parece que los banqueros y políticos no están en la cárcel, como se decía, los bancos no han sido salvados pero por falta de dinero y no de ganas, la Constitución sigue congelada donde estaba y se comenta que el humorista que ganó la alcaldía de la capital empieza a perder la gracia.

Pero no tengo hoy ni más papel ni más ganas de causarles nuevas decepciones a ustedes, así que lo dejo ahí.

Publicado en Danok Bizkaia el 5 de diciembre de 2012

viernes, 30 de noviembre de 2012

¡Que sube el caviar!


Andan los bancos inquietos ante la presión social que hay respecto a las hipotecas. Las tímidas medidas que ha tomado el Gobierno para evitar solo una pequeñísima parte de los desahucios ya les parecen suficientes -“prudentes” han dicho- y temen que se quiera ir más allá.

Nos previenen del riesgo de tomar decisiones “en caliente” y de sus consecuencias. Tienen razón en que la precipitación no es buena consejera pero yo creo que hay ocasiones en que tampoco es bueno demorarse mucho: a veces sentarse a valorar con toda calma los pros y contras de cada matiz, impulsar estudios, probar simulaciones… puede terminar en desastre. Si tiene usted un amigo bombero o socorrista verá cómo se lo explica mejor que yo.

Pero sobre todo creo que equivocan el tiro cuando se preocupan porque la dación en pago u otros alivios puedan en el futuro hacer más inaccesibles las hipotecas a los jóvenes. Que estén plenamente tranquilos: las condiciones laborales y salariales de los jóvenes, salvo que mejoren enormemente, no les permitirán acceder nunca a hipotecas, ni baratas ni caras. Y los mejor preparados ya tienen como primera opción salir al extranjero así que, en su caso, será allí donde compren sus viviendas.

Yo que ellos me preocuparía antes por el empobrecimiento general de la gente, por la supresión de los servicios sociales y por la consiguiente destrucción acelerada de las clases medias, que eran las que sostenían el mercado hipotecario, la recaudación pública…y todo lo demás.

Sin ir más lejos, en pocas semanas los propios banqueros verán cómo miles y miles de sus propios trabajadores (los de las cajas de ahorros rescatadas por Europa de la ineptitud de sus gestores) se quedarán en la calle y supongo que con problemas para pagar un buen número de hipotecas que sus propias entidades les concedieron.

El problema no van a ser las hipotecas que no pueden cobrar hoy, ni las muchas más que tampoco podrán cobrar mañana, ni el año que viene ni el siguiente. El problema es que tan inmenso negocio se les ha ido por el desagüe porque su codicia y su irresponsabilidad les empujaron a ganar dinero a cualquier precio, incluso al precio del futuro de sus propios clientes, de su mercado y del país entero.

Las hipotecas del futuro van a ser casi como el caviar, para tan pocos que dará lo mismo si son más o menos caras; quien las contrate podrá pagarlas. No darse cuenta de ello me parece el último episodio de la incompetencia estratégica de los dirigentes de nuestro sistema bancario. Por ahora.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Mi lista “smart” de la compra


























Uno de los post más seguidos de este blog es uno que publiqué en abril de 2011, titulado “Ingenieros de la compra”. No tengo ni idea de por qué acumula tantas visitas pero eso es lo que dice el contador.

Entonces publiqué la lista/plano de la compra de mi amigo Jorge pero, visto el éxito, voy a poner hoy la mía, la que llevo al supermercado de mi barrio.

Es muy fácil de hacer incluso para alguien un poco torpe como yo. En mi caso opté por utilizar una hoja de Excel, que es un programa que entiendo, cosa que no puedo decir de muchos.

  • Primero hice en un papel, en el propio lugar, un plano genérico de los pasillos y de las góndolas, bien chapucero (da igual) 
  • Después, en casa, creé la hoja con los pasillos sombreados en gris (no se distinguen mucho en el escaneado pero sí en el papel) 
  • Una vez definidos los pasillos se entiende visualmente la estructura del supermercado y se pueden rellenar los productos que hay en cada lineal. 
  • Se guarda el documento, se imprimen una o dos hojas, se pegan en la nevera con un imán y ya está. 
  • Cuando tengo que ir a la compra cojo una hoja de la nevera y marco cada producto que necesito, como en ésta que veis. 
  • Si en plena compra veo un error o me da por anotar otro producto lo pongo a mano y luego modifico el documento en casa. 
Como veis, hoy he hecho compra. Como no pierdo el tiempo buscando nada ni retrocedo, he tardado menos en comprar que el cajero en cobrarme. Además ahorro dinero, porque evito pasear por el super explorando y cayendo en la tentación de comprar cosas innecesarias.

Es útil y ganas mucho tiempo aunque las dos o tres primeras veces te tengas que molestar con papel y boli. Ahí tenéis la idea.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Yo también te pido perdón

Pablo Iglesias

Soy militante socialista desde hace 35 años así que he tenido muchísimas ocasiones de equivocarme. Lo he hecho infinidad de veces y, ya que estamos a ello, voy a pedirte perdón yo también por algunos de esos errores.

  • Te pido perdón por haberte mentido tanto, diciéndote siempre lo que querías oír y no lo que era cierto. Te pido perdón por haber confundido la tarea de la política con la herramienta del marketing.

viernes, 23 de noviembre de 2012

320 papeles


No he podido poner ninguno de 500 porque nunca he tenido uno
Cuántas cosas están cambiando con esta crisis. El Presidente Rajoy nos anuncia ahora la inminente aparición en España de un nuevo tipo de de habitante, de un nuevo modelo de ciudadano: el “Conpapeles”.

Si hasta ahora se hablaba de “Sinpapeles”, en referencia a quienes huían de la pobreza y llegaban a nuestro país sin la documentación suficiente para contar con plenos derechos, ahora hemos sabido que el Gobierno se plantea crear una novedosa puerta de entrada. ¿Qué digo puerta? Arco del Triunfo, más bien, por el que entrarán desfilando con todos los derechos reconocidos instantáneamente aquellos extranjeros que puedan permitirse comprar un piso en España de más de 160.000 euros, o sea 320 papeles de 500€ cada uno o 32.000 papeles de 5€.

Pero no crea usted que se trata de una novedad. ¡Qué va! Esta medida de los 320 papeles entronca perfectamente con las más rancias tradiciones hispanas. Los mayores de mi familia aún recuerdan que, en su niñez, quienes pagaban bulas a la Iglesia quedaban eximidos del ayuno y de otras penitencias que se imponían al común de los mortales. Las bulas eran también papeles. En los antiguos reynos de las Españas, los papeles de banco sirvieron para comprar títulos de nobleza, que entonces suponían la apertura instantánea de las puertas públicas, cerradas al común de la gente.

En la Costa del Sol a los inmigrantes con chilaba que traen los maletines llenos de pequeños papeles de color verde nadie los desprecia como sí se hace con los vestidos también con chilaba pero que no aportan tales papeles. No es la chilaba, ni el idioma, ¡que son los papeles oiga!

Ya ha dicho el Gobierno que tal medida tendría por objeto dar salida al erial inmobiliario que nos ha dejado la locura del ladrillo y se comenta que los inmigrantes más interesados podrán ser chinos y rusos. ¿Vendrán los desahuciados de Chernobil o se parecerán más al ciudadano chino que tenía en Fuenlabrada tantos papeles que los transportaba en carros de supermercado?

Ya puestos, propongo que si además de un piso compran también un local y ponen un bar a ellos sí les permitamos fumar en él, como al Sr. Adelson en Eurovegas; todo en deferencia por su generosidad con los papeles. Ya estoy viendo de nuevo hincharse la burbuja y al País renacer como Ave Fénix sobre las cenizas de la dignidad de sus ciudadanos y de la vergüenza de su gobierno. ¿No empapelarán a alguien por esto?


Publicado en Danok Bizkaia el 23 de noviembre de 2012

viernes, 16 de noviembre de 2012

27 de 75 votos


Escaño del Parlamento Vasco
Es imposible que Patxi López gobierne con 25 de 75 parlamentarios”. Cuando Antonio Basagoiti retiró su apoyo al Gobierno al Lehendakari socialista la imposibilidad de que López siguiera como Lehendakari se convirtió casi en un mantra de tanto como se repetía una y otra vez en declaraciones y artículos.

Por mucho que el último y supuestamente agónico tramo final discurriese con sorprendente normalidad (los socialistas apenas perdieron 3 ó 4 votaciones menores de más de 60) lo cierto era que en aquella situación López no podía presentar un presupuesto, que es el guión básico y fundamental de la acción de cualquier Gobierno, y menos podía hacerlo en unas circunstancias tan difíciles y graves como las que estamos viviendo. Con solo 25 de 75 votos era imposible y su debilidad le aconsejo convocar elecciones.

Sin embargo ahora nos encontramos con que Urkullu va a formar Gobierno (y a preparar un presupuesto) con 27 de 75 parlamentarios. 27 son más que 25, pero es obvio que la misma debilidad que tuvo López al final de su mandato la va a sufrir el nacionalista desde el minuto uno del suyo.

Y no crean que es asunto menor. La política no es sólo el vistoso espectáculo de las elecciones, ¡qué va! Resulta que después, con el resultado y con las mayorías que salen de las urnas, hay que tomar decisiones, siempre complejas y difíciles pero más aún ahora.

A López se le insistió en que con aquellos 25 de 75 no podía seguir “ni un día más”. En unas semanas tendremos un gobierno que habrá cambiado los 25 por los 27. Sin embargo es lo que hay porque el PNV no ha sabido o no ha querido pasar por el trago incómodo de acordar para asegurarse así una mayoría suficiente.

Como consecuencia no tendremos, ni de lejos, ese tan necesario “gobierno fuerte” al que se apelaba hace pocas semanas. Todo lo contrario, nos tendremos que arreglar con el gobierno más débil y con el Lehendakari que menos apoyos habrá tenido desde Garaikoetxea.

A López le faltaron 13 votos al final, a Urkullu le faltarán 11 desde el principio. Tengo curiosidad por saber cómo lo va a hacer y también qué van a decir ahora aquellos que con tanta vehemencia denunciaban la insostenible minoría del socialista.

Publicado en Danok Bizkaia el 16 de noviembre de 2012

sábado, 10 de noviembre de 2012

MANIFIESTO CONTRA EL DESPOJO INMOBILIARIO

Reproduzco, con su permiso expreso, las palabras y la propuesta que mi amigo Rafa Iturriaga publicó en un post  hace unos meses pero que estos días es de repugnante actualidad.

Dice cosas como estas:

NO COMPRAR PISOS A LOS BANCOS
Los bancos están anunciando con total descaro que sacan a la venta, entre otros, los pisos que han embargado a la pobre gente que no ha podido pagar sus hipotecas y que lo hacen baratito e incluso con facilidades de financiación.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Obama. Política de otros colores

Mitt Romney. Foto La Vanguardia

Barack Obama seguirá siendo Presidente de los Estados Unidos. Es verdad que el enorme espectáculo de la política americana nos ha llegado siempre pero también es cierto que en esta ocasión hemos tenido un especial interés a juzgar por los enormes espacios y programas dedicados en los medios a la campaña y a la propia elección. Puede que sea por el propio carisma del Presidente o tal vez porque buscamos al otro lado del mar un modelo político y económico alternativo al triste y desolador que nos ofrece Europa para salir de esta crisis. Quién sabe!

Lo que no me negarán es que tanta pasión de ahora contrasta con la actitud tradicional que muchas personas progresistas solían tener respecto a la política americana, sobre la que acostumbraban a hacer comentarios displicentes, emitidos desde una actitud de superioridad arrogante y engreída que a duras penas podía ocultar su extrema ignorancia de la compleja sociedad americana.

Y esa sociedad compleja es, precisamente, la que ha demostrado que los viejos tópicos están llenos de grietas, que ya hay muchos americanos que no se creen aquello de la América libre de hombres libres que buscan y encuentran su oportunidad. Los jóvenes, las mujeres, los urbanitas, los negros y muy especialmente los hispanos le han dado la victoria a Obama. Es decir justo los que se saben excluidos de la épica del hombre hecho a sí mismo que no necesita del Estado y se basta con su rifle. Justo esos.

Las sociedades cambian lenta pero inexorablemente. Las crisis no solo afectan a la economía sino que también están en la vida cotidiana, sobre todo en sociedades tan dinámicas y tan plurales como las que vivimos allí y aquí. Cambios que –atención- hacen que las viejas ideas ya no signifiquen nada para muchísima gente. Obama es un gran líder pero no es él quien ha traído el cambio, es el cambio social lo que lo ha traído a él.

Hemos visto que en América los demócratas han sido capaces de conectar con esa sociedad que evoluciona, mientras que los republicanos se han quedado con sus viejas historias de siempre. Veremos aquí, en nuestra tierra, quiénes son capaces de entender los cambios sociales que también están pasando a nuestro alrededor y quiénes prefieren quedarse sentados en sus rancias pero confortables certezas. Al loro.

Publicado en Danok Bizkaia el 9 de noviembre de 2012


viernes, 2 de noviembre de 2012

La culpa es del IVA


“La subida del IVA desploma el consumo”. “El IVA da la puntilla al comercio”. ”La subida del IVA hunde al minorista”. Son titulares recientes. Parece que ya ha aparecido el culpable de las penas de nuestros comerciantes, ya sabemos sobre lo que disparar. Hemos hallado enseguida la simple y confortable explicación de al menos esa parte de nuestras penas: ¡Ha sido el IVA!

Las soluciones rápidas y sencillas tienen enorme éxito entre nosotros. No debe extrañar; siempre será más fácil adelgazar tomándose una pastilla que tener que pasar por el largo y agotador proceso de comer menos y sudar más. Con los problemas pasa lo mismo: encontrar un culpable y señalarlo es tan tranquilizador que nadie se resiste a hacerlo: “Muerto el perro se acabó la rabia”, decía el viejo refrán.

Sin duda la espectacular subida del impuesto que mejor conocemos todos no habrá ayudado al negocio de los tenderos (caída del 10,9% de ventas respecto a setiembre 2011) pero la realidad es que, mes tras mes, ya llevan soportando 4 años de caídas en las ventas. Algo tendrá que ver nuestro odiado IVA pero sin duda hay mucho más. Por supuesto que lo hay, solo que es aún más incómodo y doloroso que el footing o el gimnasio.

Más inflación, rebaja de los salarios ya bajos, aumento de los precios de transporte, copago sanitario, reducción de becas, menos actividad económica y más incertidumbre, una de cada cuatro personas que quiere trabajar no puede hacerlo, no hay crédito pero sí desahucios, las familias empiezan a reducir su consumo incluso en alimentación básica (donde el IVA se mantiene, por cierto).

No es el IVA. Es mucho peor. Es la desconfianza y la pobreza. La de quienes ya la sufren y la de quienes temen caer en ella. Los servicios públicos que hoy se destruyen no solo atendían a los más desafortunados sino que eran la red que permitía a la clase media seguir siéndolo y por consiguiente seguir siendo también consumidores. Ahora los suprimen porque dicen que son caros pero hoy pagamos más impuestos y no menos. Sin embargo vamos perdiendo aquel colchón público que, en caso de necesidad, nos protegía. Es una sociedad que hiberna, que se cierra, en donde el grito y la protesta conviven con el miedo.

Hace meses escribí en esta misma columna que quienes aplaudían entonces fervorosos las reformas tal vez necesitasen las manos para cavar las tumbas de sus negocios. Pero como todo esto es muy incómodo y a nadie gusta ser agorero, huyamos de la realidad y vayamos todos juntos, y yo el primero, con las teas encendidas a por el malvado IVA: ¡Ha sido el IVA!...¡Ha sido el IVA!...¡A él!...¡Que no escape!

viernes, 26 de octubre de 2012

Que España funcione

© Manuel López. Madrid, 1977


Cuando en los 80's la izquierda accedió al Gobierno de España por primera vez le preguntaron a su entonces candidato Felipe González en qué consistía "el cambio" que propugnaba su campaña y él respondió "el cambio es que España funcione". Ganó las elecciones.

España empezó, efectivamente, a funcionar pese a que nos encontrábamos en una crisis enorme y con una inflación desbocada. Aun así, se reconoció el derecho de todas y todos a la educación y a la salud (hasta entonces eran servicios pero no derechos) se hizo una dolorosa reconversión industrial, se reformaron las leyes y se impulsó la construcción del Estado autonómico. España entró definitivamente en la OTAN y más tarde en la Unión Europea. No fue un camino de rosas pero España empezó a funcionar como un país normal, que era lo que muchos envidiábamos: la simple pero valiosísima normalidad. Hubo hasta momentos cumbre, como la Expo o los Juegos de Barcelona. Se llegó a decir en Europa que los españoles éramos los "alemanes del sur".

Hoy la desafección popular tiene que ver, precisamente, con que España ha dejado de funcionar. Cierto es que por fin estalló la burbuja inmobiliaria y nos destapó la mentira que todos sospechábamos. No menos cierto es que el resto del mundo vivía de otras mentiras financieras que también estallaron pero lo evidente ahora es que con los mimbres que nos quedan hay que pensar en hacernos otra cesta diferente, pero es seguro que tenemos que construirnos una y que no podemos renunciar al futuro.

No puede ser que la izquierda se considere ajena a las formas de creación de riqueza y se preocupe solo de su reparto equitativo, no puede ser que la derecha crea que salvará al país destruyendo su clase media. No puede ser que esa misma clase media ignore que los servicios públicos que paga son justo los que le permiten no caer en la miseria cuando vienen mal dadas. No puede ser que la primera opción de nuestros universitarios sea irse fuera. No puede ser que consideremos cualquier impuesto un abuso. Desde luego que no animaremos a las personas excelentes a que sustituyan a los actuales políticos gritando consignas insultantes contra todos porque creerán, no sin razón, que solo buscamos carne fresca para alimentar la demagogia callejera y mediática.

Revisemos nuestros partidos, todos. Repensemos las estructuras territoriales que en su momento nos sirvieron. Podemos empezar por buscar más la verdad y menos el titular, por escuchar más a los que hablan y menos a los que gritan. Hay gente cabal en todas partes. En las universidades hay mucha, en las empresas bastantes, en la banca aún quedan, en el funcionariado hay gente extraordinaria y también hay materia gris -por supuesto- en los partidos y en los sindicatos. Incluso ahí.

Este no es ya el tiempo de Adolfo Suarez o de Felipe González. Es el nuestro. Tendremos que revisar sus decisiones y adoptar las nuestras pero lo que no podemos permitirnos es que España siga sin funcionar. Por favor no nos creemos ahora una nueva burbuja pero ésta de tristeza.

Publicado en Danok Bizkaia el 26 de octubre de 2012

25 de octubre. Día de San Crispín

Batalla de Agincourt. Miniatura S XV

Me recuerda mi compañero José Antonio Delgado que hoy, 25 de octubre, no solo ha sido el día de Euskadi sino también el día de San Crispín, en el que franceses e ingleses se enfrentaron en la batalla de Azincourt (o Agincourt), que nadie como Shakespeare inmortalizó en su obra Henry the fifth.

El Estatuto que votamos democráticamente aquel día es el acto fundacional de la Euskadi que conocemos y el inicio definitivo de nuestro autogobierno democrático (porque hay otros).

Entonces el pueblo vasco consiguió su propio Parlamento (que hemos renovado hace días), su Gobierno, sus instituciones y su misma existencia como realidad política. No hay fecha más importante en nuestra historia y justo es que así se recuerde. Fue el Estatuto y ninguna determinación telúrica lo que hizo del País Vasco un entorno político y un espacio de reconocimiento mutuo y de convivencia.

Fue, por tanto, un acto cívico y no un mito lo que nos hizo sociedad. Y quienes tuvimos la ocasión de estar allí tenemos derecho a conmemorar aquel momento con orgullo. Si alguno es amante de la épica, puede aprovechar la coincidencia de fechas y sentir que perfectamente podría ser él o ella uno de aquellos soldados del rey inglés a los que dirigía la famosa arenga:

Nosotros pocos, felices pocos, nosotros, grupo de hermanos;
Pues el que hoy vierta conmigo su sangre
Será mi hermano; por villano que sea,
Este día le hará de noble rango:
Y muchos caballeros de Inglaterra, que ahora están en la cama
Se considerarán malditos por no haber estado aquí,

Igual que en Azincourt aquel 25 de octubre de 1415, en Euskadi la sangre y el miedo también han estado presentes en una batalla victoriosa al fin como aquella, pero que ha durado mucho más. A quienes lucharon por nuestra Euskadi democrática entonces y durante todos estos años; Agur eta Ohore.





viernes, 19 de octubre de 2012

Usted decide


Atribuyen a Winston Churchill la cínica expresión “la democracia es el peor sistema político…si exceptuamos todos los demás”. Efectivamente la democracia es un método de gobierno que, de entrada, nace de la desconfianza profunda en el ser humano. Ya empezamos mal ¿verdad?. Pues así es. La democracia desconfía tanto del gobernante que le pone constantes barreras y controles, desde los parlamentos a las leyes, pasando por la justicia, la opinión libre y la prensa. Pero no contenta con eso obliga al dirigente a pasar reválida cada tantos años, demasiados para aguantar algunas decisiones y demasiado pocos para juzgar otras más profundas. En efecto: un desastre, como decía Churchill.

De tan desconfiada como es, la democracia corre el riesgo cierto de no elegir a los mejores, o peor aún, de expulsarlos cuando estaban a mitad del buen camino. Es un precio alto que pagamos a cambio de evitar cualquier tiranía. La imperfecta democracia sacrifica la brillantez del líder indiscutible y apuesta por la insegura inteligencia colectiva, a sabiendas de que tropezará en muchas ocasiones.

Todas estas taras evidentes chocan con el confortable mito de que la democracia ha de ser siempre un paraíso político y social. Y como a nadie le gusta que le desmonten los mitos muchos han reaccionado sustituyéndolo por otro mito aún más asombroso e insostenible: que si no participan en esta defectuosa democracia y si manifiestan su descontento no votando, las decisiones no se tomarán, que el sistema les esperará a ellos y que la democracia se regenerará sola para que vuelvan a brillar la felicidad, la prosperidad y la justicia.

Nada de eso va a ocurrir, por supuesto. El sistema democrático solo cambiará mediante el voto y yo prefiero sumarme al cinismo del mandatario británico para recordar que, sean unas u otras, hay muchas decisiones que tomar. Así que yo no voy a renunciar jamás a manifestar mi opinión, no permitiré que las decisiones que se tomen se hagan sin contar con mi opción, sea al fin mayoritaria o no lo sea. Por eso pasado mañana iré a la urna. Y si usted no acude las decisiones se tomarán sin contar con usted, pero se tomarán, de eso que no le quepa duda. Usted decide.

Publicado en Danok Bizkaia el 19 de octubre de 2012

jueves, 11 de octubre de 2012

Espíritu de pobre


Hubo un tiempo en que parecía que el honor de nuestro país se medía por la calidad del zumo de naranja de su aerolínea de bandera. La indignación y los chistes sobre aquel refresco que nos ofrecían gratuitamente eran constantes y crueles, pero sobre todo denotaban un concepto del avión como un espacio en el que el pasaje sentía que tenía derecho indiscutible al lujo.

No parece que hayamos cambiado mucho. Ahora que el avión es enormemente popular y que hay compañías que ofrecen viajes a precios no ya bajos sino asombrosamente ridículos, la manía de valorar el vuelo por su catering parece que se mantiene absurdamente intacta y, claro, las muestras de indignación se han hecho más habituales y virulentas. Tanto es así que un puñado de incidentes menores en una aerolínea low cost han hecho pronunciarse incluso a miembros del Gobierno, silenciados en cuando se conocieron que los datos estadísticos eran iguales o mejores que los de los grandes operadores.

Hay quien se subleva porque sólo le dejen llevar en la cabina una única maleta, pese a que se lo hayan explicado antes con todo detalle. Cuando he viajado en compañías baratas y cuando lo he hecho en las que me han cobrado 10 o 15 veces más por el mismo viaje yo no he apreciado las asombrosas diferencias en el espacio entre asientos que otros denuncian airados, todos me han parecido igualmente estrechos. Conozco a quien le enfurece sin límites tener que imprimirse la tarjeta de embarque en su propia impresora pero que no duda en pasar a papel hasta los e-mails.

Confieso que me sorprende que me cobren una alta comisión por pagar con tarjeta de crédito aunque con todo, el viaje siga siendo barato. Por el contrario, aprecio la tranquilidad y falta de estrés de los pequeños aeropuertos de segundo orden y la rapidez de embarque en vuelos en los que apenas hay que tramitar maletas. Desde luego prefiero la fría y austera eficiencia de unos a tener aguantar horas de retraso de otros, aunque alguna vez haya sido lujosamente atendido en la VIP lounge (para una vez que va uno en business)

Debo tener espíritu de pobre porque no me ofende pagar el periódico cuando me cobran mucho menos por el viaje en el que alguna vez incluso he llegado antes de la hora. Y ya para colmo, les confieso que a mí no me disgustaba aquel zumo. Lo dicho: un pringao.

Publicado en Danok Bizkaia el 11 de octubre de 2012

viernes, 5 de octubre de 2012

Daños colaterales


ABAO
El terrorismo vasco utilizó a menudo la expresión que da título a este artículo para tratar de justificar las heridas o la muerte de personas que, o bien pasaban por ahí al estallido de una bomba, o que “arteramente” vivían en las mismas casas-cuarteles que sus familiares guardias civiles y, consiguientemente, morían por ello. De entre las muchas indignidades que formaron parte del lenguaje político vasco hasta hace menos de un año ésta de los “daños colaterales” será una más de las muchas que nos causarán vergüenza colectiva como pueblo. Todo llegará.

Pero hoy apelo a ese concepto a cuenta de los “destrozos” que la crisis está causando en otros aspectos de la vida menos apremiantes que la creciente pobreza de las familias y que, por eso, pasan más desapercibidos.

Reconozco que, en medio de tanta escasez, es muy difícil justificar el uso de dinero público para sostener la cultura, sobre todo cuando ésta se percibe con especiales tintes elitistas. Es el caso de la Quincena Musical Donostiarra, que ya no tendrá ayuda alguna del Ministerio de Cultura, o de la Temporada de Ópera de la ABAO, a la que se le recorta nada menos que el 71,5% de la subvención que le venía aportando el Gobierno de España.

Contrariamente a lo que mucha gente cree, la extraordinaria temporada de ópera en Bilbao se sostiene muy mayoritariamente por sus propios medios económicos (entradas, abonos y patrocinios privados) y las ayudas suponen menos del 30% del presupuesto. Pero también es cierto que un recorte brusco, de hoy para hoy, del que siempre ha sido su principal patrocinador, pone en riesgo serio la continuidad de una manifestación cultural tan destacada. Si a esto añadimos la subida de 8 puntos en el IVA y la previsible caída en el gasto de las familias aficionadas (que en absoluto se corresponden con la tópica imagen del potentado de chistera y bastón de plata) tenemos todos los ingredientes para que Bilbao y San Sebastián se hagan ciudades más pequeñas y provincianas al perder una parte de su histórica y valiosa herencia cultural.

Son los daños colaterales de la crisis a los que me refería. En medio de la emergencia comprendo que a pocos les importe que el “lujo” del arte sea el primero en caer, pero temo que detrás de él puedan caer también el “lujo” de la salud, el “lujo” de la educación pública, el “lujo” de la libertad y, al fin, el “lujo” de la esperanza.

Cuentan que Sócrates, prisionero en Atenas y a punto de ser ajusticiado, quiso aprender a tocar la flauta. Tal vez porque sabía muy bien que la música, el arte y la cultura en general es aquello que nos hace auténticamente humanos y de esa forma demostraba que él ni por un momento consintió en dejar de serlo. Ya veremos si aquí somos capaces de entenderlo también así.

Publicado en Danok Bizkaia el 5 de octubre de 2012