lunes, 14 de septiembre de 2009

¿Salir de la crisis?


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Últimamente cada vez que se oye o se lee acerca de alguna medida tomada por los poderes públicos su descripción va siempre acompañada por alguna frase o admonición acerca de que esta o aquella medida es “para salir de la crisis”. Por supuesto quienes piensan que se debería optar por medidas distintas o contrarias incluso a las propuestas, dicen que con esas medidas no saldremos de la crisis mientras que con las que ellos proponen sí lo haremos.

He buscado una imagen que me parece bien ilustrativa de lo que significan las medidas que se están adoptando, sea desde el Gobierno de España, desde el Gobierno Vasco, desde cualquier gobierno autonómico e incluso desde otros gobiernos europeos y hasta de los Estados Unidos. Es, como ven, la imagen de un chaleco salvavidas. Podremos discutir el tamaño, forma o idoneidad del chaleco, incluso si debemos dárselos primero a “las mujeres y los niños” de la economía o, por el contrario, a “los más preparados” pero tengamos claro que se ha hundido el barco de una economía desregulada ideal para quien quisiera ganar más y hacerlo antes. Se ha ido a pique el tiempo de la irresponsabilidad financiera, de las remuneraciones a directivos ajenas por completo a su capacidad de generar riqueza. Ha pinchado el globo de una especulación permanente en la que los precios siempre subirían y jamás bajarían (que era lo que decían en nuestros modélicos bancos a los solicitantes de hipotecas).

Insisto. El estilo económico que hoy hace un año se derrumbó con la simbólica quiebra de Lehman Brothers no va a volver. Se ha hecho mucho por ayudar a bancos y entidades financieras de todo el mundo. Ya llegará el día –espero- en que toque revisar si toda aquella inmensa ayuda de emergencia que todos pagamos era o no moralmente justa, aunque seguramente fuese estratégicamente imprescindible para evitar el colapso definitivo de la economía mundial. Ya veremos.

Algunos ganaron muchísimo dinero, otros bastante menos, la mayoría de la humanidad quedó, como siempre, al margen, y los Estados recaudaron -todo hay que decirlo- jugosos ingresos a todos los niveles, desde las haciendas estatales hasta los pequeños ayuntamientos.

Salvo una casta de "preparadísimos intocables" que demostró tener en su seno el mismo porcentaje de estúpidos, ineptos y codiciosos que cualquier otro colectivo humano pero mucho más dañinos en razón de su inmenso poder, no es fácil señalar culpables (por tranquilizador que sin duda resultaría). No fueron los trabajadores, ni las empresas productivas, ni tampoco las administraciones públicas las que generaron la crisis, pero conviene que seamos conscientes de que ningún gobierno está ahora en condiciones de reflotar el barco hundido si es eso lo que se entiende por “salir de crisis”.

De momento conviene que nos pongamos a construir con cuidado el barco al que nos subiremos la próxima vez y mientras tanto repartamos salvavidas. Es lo que se puede hacer.
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jueves, 6 de agosto de 2009

SUPerdemagogia


Leo con disgusto y decepción un comunicado del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en el que se acusa a “unos cuantos privilegiados” de tener escolta «por una cuestión de distinción social o por disponer de un vehículo 'gratis total'» en contraposición al riesgo efectivo que corren las casas cuartel de la Guardia Civil.


Comprendo y comparto la indignación que han causado los últimos atentados contra la Guardia Civil que han costado la vida a Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá y que pretendían también matar a guardias, maridos, esposas e hijos de éstos en Burgos. Pero me parece que aprovechar estos momentos de indignación para criticar a otras víctimas menos cercanas al cuerpo es demagógico, innoble e indigno de ninguno de los sindicalistas que a lo largo de mi vida he conocido hasta ahora. Alguno de ellos policía también.

Los que habéis leído mis opiniones en este blog habréis deducido enseguida que soy uno de esos “privilegiados” a los que se refiere el comunicado. No era así hace unos meses pero la vida da vueltas y nos pone ante nuevos retos y responsabilidades.

Los firmantes del comunicado del SUP saben muy bien lo que significa tener que vivir siempre escoltado, claro que lo saben. Y saben también perfectamente que no faltan personas que piensan -en efecto- que tener escolta es un chollo. Porque lo saben y porque saben que decirlo tendrá su público es por lo que han utilizado deliberadamente un argumento tan injusto como hiriente.

Si el SUP o algunos de sus dirigentes supiera, como se deduce de su comunicado, dónde está la línea de seguridad que separa a los “privilegiados” con escolta de los verdaderamente amenazados, deberían hacerla pública. Yo espero y deseo estar en el lado de los innecesariamente protegidos, se lo aseguro, pero la información que indecentemente insinúan tener pero que no facilitan podría haber salvado otras vidas, como la de mi compañero Isaías Carrasco, que renunció a su escolta cuando abandonó la concejalía de Mondragón y quiso así dejar de ser un “privilegiado”. Una pena que los firmantes de ignominioso comunicado del SUP no hubiesen estado allí entonces para decirle que se equivocaba, que él seguía en el lado malo de esa raya que aparentan conocer.

Nunca he creído que para ser policía haya que ser de derechas pero comprendo que mucha gente lo piense, sobre todo al ver a un sindicato cuyos dirigentes han estallado en críticas al Gobierno solo cuando éste ha sido de izquierdas mientras estuvieron bien callados ante los gobiernos anteriores, que mantuvieron a sus afiliados incluso en peores condiciones de las que ahora denuncian como intolerables.

lunes, 3 de agosto de 2009

Ellos tenían razón y yo no


El pasado jueves asistí a la comisión permanente del Parlamento, en la que escuchamos las comparecencias de los consejeros de sanidad actual y anterior. Entre la intervención del Sr. Bengoa y la del Sr. Inclán, la presidenta, nos propuso una declaración institucional de condena del atentado contra la casa cuartel de Burgos. En ese momento se montó un pequeño rifirrafe con el representante de Aralar, Sr. Maeztu, que criticó el procedimiento seguido para la condena. La cosa quedó en poco y al cabo salimos todos a la entrada del Parlamento para manifestarnos contra la –entonces- última salvajada de ETA.

En medio de la discusión entre la presidenta y el parlamentario se dijo que…“para la próxima vez”…se vería de hacer un procedimiento diferente. Me chocó que se hablase con tanta naturalidad de “la próxima vez”. Al fin y al cabo un atentado es una intromisión intolerable en la vida democrática y no me gustó que se diese por hecho que debiéramos tener un procedimiento reglado para su condena.

Siempre me he resistido a darle al terrorismo ninguna carta de naturalidad, ni siquiera en los más mínimos detalles porque creo que hacerlo ha sido uno de los síntomas del deterioro moral de la sociedad vasca.

Cuando ya quedaba poco para terminar la sesión empezamos a recibir noticias del atentado de Palma. “La próxima vez” se había producido durante la misma sesión. Mi pequeña rebeldía había quedado en nada.

martes, 21 de julio de 2009

Jibraltar Espania da


El ministro Moratinos está levantando una polvareda considerable con sus últimos viajes diplomáticos. Primero se fue a Guinea Ecuatorial en una visita que algunos interpretaron como el espaldarazo a un régimen dictatorial. Fue gorda. Pero es que ahora se la ha ocurrido nada menos que ir a Gibraltar. 300 urte eta gero hau.


Moratinos va a Guinea Ecuatorial, el único país africano donde se habla español pero ni mucho menos el único país africano gobernado por un dictador. Moratinos va también a Gibraltar y en ambos casos rompe una tradición de negación de una realidad que existe. Tanto si nos gusta como si no. ¿Un ministro que reconoce la realidad?..¡Hasta dónde vamos a llegar!.

Gibraltar es lo que es porque el 8 de octubre de 1711 empezó una historia de separación del peñón respecto al resto de los reinos de España. Digo Reinos de España porque España como estado nacional no existía en absoluto. Tan no existía que quien firmó los acuerdos con la reina Ana de Inglaterra por los que se le cedía Gibraltar (y Menorca y otras prebendas*) fue el rey de Francia Luis XIV que firmaba legítimamente en nombre de su familia, en concreto en nombre y con autorización expresa de su nieto. ¿Y quién era su nieto?... acertasteis… el rey de España Felipe V.

Por lo tanto fue un pacto entre familias y no entre naciones, porque nada de eso existía como tal en 1711, ni tampoco en 1713, cuando el pacto se ratificó en Madrid y en Utrech. Por ese pacto y no por otra cosa Felipe V fue reconocido como rey de España y de sus Indias.

El mundo entonces era así y no de otra manera. Y después de casi 300 años es estúpido hacer como si Gibraltar fuese algo así como una provincia arrancada de la “Madre Patria”. Gibraltar está en manos inglesas antes de que existieran el Estado Español, el Estado Francés y el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Antes de que fuese inventada” Madre Patria” alguna.

Bien por Moratinos, que reconoce y administra una realidad que puede que no nos guste pero sobre la que él sabe que tiene que tomar decisiones porque lo que importa es la gente que vive hoy no la que firmó un papel hace tres siglos.
No sé por qué pero todas estas cosas tan tremendas a mí me suenan a conocido. ¿A ustedes no?



* Entre ellas figuraba el “asiento de negros”, es decir el monopolio sobre la caza de esclavos de la América Hispana y África (posiblemente también en lo que hoy es el territorio de la oprobiosa dictadura de Obiang). El texto no tiene desperdicio: “que por cada negro, pieza de Indias, de la medida regular de siete cuartas, no siendo viejos ni con defectos, según lo practicado y establecido hasta aquí en las Indias, pagarán los asentistas treinta y tres pesos escudos de plata y un tercio de otro,…”

martes, 14 de julio de 2009

Malditos corruptos. Benditos corruptos

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Malditos corruptos que destruyen la reputación de miles y miles de alcaldes, concejales y políticos honrados. Que roban cuanto pueden del dinero que los ciudadanos les confiamos. Malditos corruptos que dan alas a los enemigos de la democracia. Que traicionan la buena fe de sus votantes y de sus partidos. Malditos corruptos que aun siendo pocos, como si se tratase de conductores temerarios, convierten la carretera de la política en un espacio de riesgo para los demás.

Benditos corruptos que me facilitan la coartada para la insolidaridad. Que permiten justificar mi absoluto desprecio por cualquier compromiso que la sociedad me pida. Que justifican que evada impuestos y que convierten mis pequeños engaños casi en actos honorables. Benditos corruptos que me dan portadas. Que mantienen abierta mi esperanza de que un día yo también pueda dar el pelotazo con la huerta abandonada del abuelo o con el piso de la playa.

Asusta que la corrupción política en España tenga tan poco castigo social. Es asombroso que quienes han robado a todos puedan contar, como sucede tan a menudo, con el arma del apoyo popular.

Si no hubiese políticos corruptos tendían que inventarlos para tranquilizar las conciencias de demasiados ciudadanos quejicas, reivindicadores airados de lo mucho que creen suyo y, a la vez, profundamente insolidarios y egoístas con la mínima cosa que necesite su vecino.



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sábado, 11 de julio de 2009

¿Consumidor versus ciudadano?

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Hace muchos años, en pleno franquismo, existió un programa en LA TELEVISIÓN (la única que había) que supuso una auténtica revolución en un país en el que el NO-DO era casi un informativo.

El programa de marras se llamaba "35 millones de españoles". Lo presentaban brillantemente Alfredo Amestoy y José Antonio Plaza (que hablaba inglés porque había sido corresponsal en Londres). Los viejos lo recordarán bien.





En aquel programa se inició la defensa de los consumidores en España y, más aún, creo que se despertó la propia conciencia de serlo en un país que se la gente se estaba estrenando como compradora tras décadas de pobreza en las que se pagaba por lo que había y a callar. Hasta las panaderías se llamaban entonces "despachos de pan" que es un nombre que lo dice todo.

El régimen admitió aquel programa porque sin duda prefería gobernar a consumidores que a ciudadanos. El consumidor exige ser bien tratado, y que aquello por lo que paga sea lo acordado y no lo concedido. Defiende sus derechos evidentes, pero su responsabilidad no va mas allá de su cartera. El consumidor forma parte de la cadena productiva y económica pero no de la cadena del poder. Con Franco podías quejarte de la leche pero no del patrón. Podías exigir que el pan tuviera su peso pero no podías exigir democracia.

Han pasado más de treinta años y aun hay muchos que viven más cómodos en el papel de consumidor que en el de ciudadano. No me refiero a tantas personas que desde asociaciones consumeristas pelean con mucho esfuerzo y mérito para defender a los demás.

Hablo de las muchísimas personas instaladas en la queja y aun en la exigencia, pero que no quieren ni oír hablar de de ninguna responsabilidad, de ningún compromiso incómodo: Quieren pagar pocos impuestos o mejor ninguno (como todos)...pero no admiten ni una sola rebaja en los servicios públicos que les atienden a ellos. Exigen energía barata...pero sin nucleares, ni térmicas, ni presas, ni grandes gaseros, ni plantas de ciclo combinado, ni refinerías, ni tampoco molinos. Quieren cobertura de móvil en todo momento y lugar...pero sin antenas.

Han extendido, en definitiva, su cómoda condición de consumidores a todos los ámbitos de la vida, incluso a la política, especialmente a la política. Su lema es "puesto que pago...tengo derecho" y no se sienten concernidos por las decisiones que sus exigencias implican. De eso que se ocupen otros -piensan-.

No me extraña que el régimen los prefiriese a los ciudadanos.

martes, 7 de julio de 2009

Egibar sí que sabe

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El portavoz parlamentario del PNV, Joseba Egibar, está demostrando ser uno de los dirigentes del PNV que mejor están comprendiendo lo que significa el nuevo Gobierno de cambio de Patxi López. Ya en su momento, mientras sus correligionarios de deshacían en desprecios por el nuevo Gobierno y alguno hasta apostaba por su breve duración, Egibar fue el primer nacionalista en darse cuenta de que el Lehendakari Patxi López se sustentaba en un acuerdo sólido y dijo que estaba pensado para durar 4 años…por lo menos.

Ahora ha vuelto a mostrar la claridad con el que es capaz de ver las cosas como son. Y de decirlo. En un acto en Zegama ha “denunciado” a Patxi López por emplear el término “ciudadanía” con la intención – según él- de “orillar” el termino Pueblo y “presentar así al Estado como garante de los derechos de todos los ciudadanos” sin ninguna “realidad intermedia” ¡nada menos!. Tan mal le ha parecido al nacionalista Sr. Egibar el uso esos conceptos que los ha tildado de “jerga”.

En un país como este en el que tan acostumbrados estamos al retruécano a la simulación y a la ocultación de los verdaderos significados del discurso político se agradece la claridad y nitidez con que dirigentes como Egibar hablan de las cosas.

Efectivamente. Tiene toda la razón. Se trata de la ciudadanía. De eso precisamente, del Estado como garante de los derechos de todos. No quisiera ofender con ninguna palabra pero se trata de la nación cívica, la nación, pero en su significado liberal y no esencialista. El cambio en los conceptos políticos que supone el Gobierno de Patxi López puede que moleste a los nacionalistas, como en su momento molestó la aconfesionalidad del Estado a la jerarquía católica, pero para otros muchos vascos es una de las cosas más apreciables y refrescantes de estos meses que estamos viviendo.


(Foto EAJ-PNV)

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martes, 30 de junio de 2009

Un ejercicio mental de sokatira

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Vivimos en una sociedad cuyo bienestar se ha construido a partir de la energía barata. Ya sé que decir energía barata choca contra la percepción que todos tenemos de lo cara que nos resulta la factura de la luz o llenar el depósito el coche pero la realidad es que a partir del uso de combustibles fósiles nuestra sociedad se ha acostumbrado a disponer de enormes cantidades de energía a precios bajos.

Nunca en la historia de la humanidad hubiese sido posible que alguien dispusiese de la energía suficiente para moverse a 120 km por hora, por ejemplo. Algo que nos parece completamente normal ahora. Lo hemos conseguido porque disponemos de inventos que son capaces de aprovechar en minutos la energía que durante miles de años quedó confinada en los combustibles fósiles.

Pero esa facilidad de acceso nos impide recordar las leyes de la termodinámica que estudiamos en bachillerato, según las cuales la energía que necesitamos para desplazarnos de, por ejemplo Bilbao a Donosti en poco más de una hora será como mínimo siempre la misma, independientemente de cómo la consigamos. Pues bien esa energía se puede medir y es muchísima. ¿Cuánta? Para saberlo podemos apoyarnos en cálculos como los de Kjell Alelkett, de la Universidad de Uppsala.

Un litro de gasolina equivale a 10 kWh de energía, una cifra equivalente al esfuerzo que tendríamos que realizar para subir diez coches de 1.200 Kg al último piso de la Torre Eiffel con una polea.

Si gasto 7 litros en el viaje Bilbao – Donosti, habré utilizado la energía necesaria para que X personas tirando de una cuerda subieran a pulso 70 coches hasta una altura de 300 metros, ¡en una sola hora! ¿Cuánta energía es esa? ¿Cuánta gente hace falta que esté tirando de la cuerda durante esa hora? Asusta pensarlo ¿verdad?. Bueno pues ese es el ritmo de consumo energético que nosotros consideramos “normal”.

Ahora vuelvo al principio. Pagar 8 euros aproximadamente por esa inmensa cantidad de energía ¿Es caro o es barato? ¿Puede nuestra sociedad continuar basándose en un nivel de consumo energético de ese pelo y a esos precios? Sí puede, mientras dispongamos de las reservas de energía que se concentraron en el petróleo, el gas y el carbón durante la historia de la tierra.

Pero tal vez convenga que vayamos haciendo un par de cositas:

1.- Moderar –muchísimo- nuestras expectativas de cuánta energía es normal consumir en las actividades cotidianas.

2.- Ir buscando sistemas que nos permitan aprovechar las energías renovables, que son las únicas capaces de concentrar la energía que el planeta produce en tiempo real y no a lo largo de millones de años.

Ahí queda.

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miércoles, 24 de junio de 2009

Me acordé de Puelles


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Cuando el viernes supe que habían asesinado al Inspector Eduardo Puelles, recordé a un amigo del Instituto que tenía el mismo apellido. Me vino a la cabeza pese a que han pasado treinta años desde que nos conocimos y de que al terminar en aquel centro nunca volvimos a vernos.

La conmoción en el parlamento era enorme. El Lehendakari y el Consejero de Interior parecían concentrar en su cara la angustia que vivíamos todos. Suspendimos el pleno después de un homenaje en silencio.

Cuando salí del Parlamento me llamó un amigo del instituto para decirme que la víctima era nuestro Puelles. Que aquel chaval con el que hacíamos bromas y preparábamos exámenes estaba ahora carbonizado. Que la mafia vasca había acabado con su vida.

Pocos minutos después hable con otra persona que nos conocía a los tres antiguos alumnos y me dijo que hacía unos días Puelles, (así nos llamábamos en el Insti, por el apellido) le había dicho que estudió con nosotros y que quería quedar algún día para volver a vernos después de los años. Aquella cita no podrá ser ya nunca más.
Puelles era, como dijo Patxi López, uno de los nuestros pero también era uno de los míos.

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martes, 16 de junio de 2009

La Frontera Dorada

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La sala de plenos del Parlamento Vasco no es muy grande. En las fotografías de prensa parece mayor de lo que en realidad es. La tribuna de oradores queda, de hecho, más o menos a la altura de una persona, nada que ver con esas tribunas altas con indisimulada vocación de púlpitos.


Tal vez por eso alguien ha decidido que cuando los parlamentarios entran o salen en mitad de una intervención, conviene que eviten pasar por delante del orador. Muy lógico. Para conseguirlo se ha dispuesto perpendicularmente al estrado un elegante cordón sostenido por postes dorados. El resultado es que, en efecto, no se puede cruzar delante de la tribuna, salvo que uno se atreva a retirar la barrera o, peor aún, a hacer demostraciones de saltos en mitad del debate. Sin duda quien está en el uso de la palabra, y también las cámaras de televisión, lo agradecen.

Pero en política y en farmacopea todo tiene efectos secundarios y en la cámara vasca este efecto ha sido el de crear una frontera evidente e infranqueable entre ambos lados de la sala. No es posible que un parlamentario pueda cruzar al otro lado, atravesando el pequeño “patio”. Quien quiera hablar con el adversario político tiene que moverse por los pasillos que hay entre los escaños o salir del plenario por la puerta que le corresponde a su zona y entrar por la de los adversarios. Casi un castigo.

No se yo si esa separación resulta la más conveniente para estimular el acuerdo y la concordia en un parlamento pero así están las cosas.

Reflexiones como esta la encontrarán ustedes en esta nueva sección de mi blog, hija menor de la bitácora a la que por eso voy a llamar “mirando desde mi escaño” y que estreno hoy, pocos días después de tomar posesión como miembro del Parlamento Vasco.

Espero que esta nueva etapa con responsabilidades y preocupaciones nuevas para mí dé de sí para un montoncito de cavilaciones interesantes. Ya lo veremos.
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lunes, 15 de junio de 2009

…O matamos a tu hijo

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Hace algunos años, mientras comentaba con un amigo la constante evolución de ETA hacia una mayor crueldad y la asombrosa capacidad de gran parte de la sociedad vasca para aceptar atentados que poco antes le parecían intolerables, le pregunté ¿Qué pensarás cuando le peguen un tiro en la nuca a un niño? Mi amigo se sobresaltó y soltó un exabrupto.

Lo he recordado hoy al leer que ETA pensaba secuestrar a la familia de un piloto de helicóptero para utilizarla como rehén y obligar al padre a ayudarles en un espectacular plan de fuga.

Los medios y los analistas se han apresurado a comentar las intenciones del grupo terrorista y su intento de elevar la moral de sus “tropas” con una acción espectacular, que demostrase que aún mantiene capacidad “operativa” o sea, de matar. Incluso se han hecho revisiones de otras fugas y otros intentos frustrados.

Sin embargo nadie se ha apercibido, al parecer, de lo que supone que la acción requiriese amenazar al padre con matar a su hijo.

Aquella idea -deliberadamente escandalosa- que un día expresé para denunciar la anestesia moral vasca formaba parte hoy de los planes reales de ETA. Y lo peor es que no he visto u oído una reflexión sobre la profundidad de lo que significa: Que ETA es capaz de amenazar con matar a un niño cualquiera, solo porque su padre (o su madre) sepan manejar un helicóptero. Así. Fríamente. Con premeditación, después de secuestrarlo y de esperar, como hicieron con Miguel Ángel Blanco.

Igual pero con un niño anónimo. Hasta aquí hemos llegado, de momento.
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miércoles, 3 de junio de 2009

Calentar y listo. La creación de opinión en los medios


En algún lugar he leído que los medios de comunicación no pueden cambiar la opinión de la gente sobre un tema - no tienen tanto poder- pero sí que pueden determinar qué temas son materia opinable y cuáles no. No cambian la opción del ciudadano (al menos no a corto plazo) pero determinan totalmente la agenda de los políticos y de los líderes.

Desde que McLuhan se adelantó con aquello de que “el medio es el mensaje” la reflexión, discusión o bronca (que de todo ha habido) sobre el papel de los medios en la sociedad no ha cesado.

A los altos responsables de las grandes cadenas (ya apenas hay medios importantes que no formen parte de algún emporio de comunicación) les gusta seguirnos haciendo creer que su incursión en la realidad es un acto cuasi-notarial. Que ellos se limitan a reflejar la realidad tal y como es y que el lector, televidente o radioescucha es libre de crearse su propia opinión. Los medios se limitarían a suministrarle material sobre el que reflexionar.

Obviamente no sucede nada de eso. Puesto que todos los medios se ocupan exhaustivamente de los mismos temas en los mismos días, los matices de cada línea editorial no son suficientes para que una persona se forme una opinión propia “cocinada” por ella misma. El resultado es que el mismo lector agradece (no me atreveré a decir que reclama) que le expliquen cuál es la opinión del medio o del comentarista o –digámoslo- del divo. Y no la quiere para añadirla a su bagaje reflexivo como un ingrediente más sino para hacerla suya tal cual se la han explicado.

Prueba de que esto es así son los incontestables éxitos de público que obtienen comentaristas, tertulianos y opinadores de lengua incendiaria. Pero si ellos son la caricatura del sabio: “el enterao”, no es menos cierto que los medios más serios también entran a ese juego difuminando demasiado a menudo la frontera entre la línea editorial y la opinión de la empresa.

Cierto es que quien quiera guisarse una buena opinión propia debe recoger ingredientes variados de orígenes también diversos pero tanto monocultivo empobrece las páginas y los programas de muchos medios que no hace tanto presentaban un panorama más interesante por variado.

Internet y las redes sociales están socavando, no obstante, el poder de los grandes medios; no tanto como creadores de opinión, que también, sino sobre todo dificultando mucho que los grupos empresariales puedan captar las inmensas audiencias que necesitan para hacer caja con la publicidad.

Está por ver si este nuevo “agente” que es la red, o las redes, traerá más variedad de opinión y más herramientas para que cada cual se forme la suya o, por el contrario, será fagocitado por el liderazgo de los medios y nos encontraremos con lo mismo pero con menos calidad y más basura.

No sabría decirles.
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lunes, 11 de mayo de 2009

¿Traducciones automáticas? ¿Spanglish?

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He recibido hoy un correo electrónico en el que se me anima a adquirir algo por Internet. No sé muy bien qué pero verán que el texto con el que pretenden convencerme no tiene desperdicio:

Regalos CarosPara que pueda vivir de nuevo!
Visitenos y convencer a ti mismo - estos relojes y bolsos, le encantara.


Su exito se mostrara mas rapido de lo que piensa!
Orden de nosotros y sera sorpresa!
Marcas garantizado barato comprar. Relojes, joyas,
prendas de vestir ... Aqui usted consigue todo que usted necesita.Convenzase usted mismo!

Ahora no debe ocultar! Aqui esta todo lo que lo que usted necesita! Material muy caro, pero barato.

El propio título “Regalos caros” parecería disuasorio para una acción de marketing. Menos mal que al final del “anuncio” se nos tranquiliza explicándonos que se trata de "Material muy caro, pero barato". Parece que se trata de bolsos, ropa y relojes realmente excepcionales, al punto de permitirnos nada menos que “vivir de nuevo”.

Al leer el texto las preguntas que me han surgido han sido: ¿qué es lo que dirá este anuncio en su idioma original? y ¿Qué idioma será ese? De entrada ya sabemos que en ese idioma no existen las tildes. Algo es algo. Puede ser inglés pero mis pocos conocimientos me impiden reconocerlo. ¿Alguien de ustedes podría traducir este texto al inglés (o a lo que sea) para saciar mi curiosidad?
¿Nos tendremos que acostumbrar a que la globalización sean cosas como ésta? Me da un poco de miedo, no crean.
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viernes, 8 de mayo de 2009

Un día normal, pero no un día más

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Ayer fue un día normal en el País Vasco. La gente se ocupó de su trabajo y de sus problemas, los niños fueron a la escuela, las industrias funcionaron, los mercados y los comercios vendieron la mercancía que pudieron y cada uno estuvo a lo suyo.


También ayer un grupo considerable de personas estuvimos en Gernika viendo cómo se traspasaba el poder político de Juan José Ibarretxe a Patxi López.

A algunos nos hizo más gracia que a otros y las demostraciones de afecto o de distancia lo certificaron. El cambio es, sin duda, importante y traerá consecuencias políticas. Sin embargo mientras ese cambio se materializaba bajo el simbólico roble de la Casa de Juntas, la vida cotidiana seguía su curso normal, su inercia de cada día, su rutina.

La democracia es una gran cosa porque los ciudadanos que viven en ella saben que el cambio más trascendente y hasta el que pudiera ser más traumático para los políticos, no les va a afectar en su libertad y en su derecho. Quien mejor lo expresó fue Winston Churchill diciendo: Si alguien llama a tu puerta a las 5 de la madrugada y sabes que sólo puede ser el lechero es que vives en una democracia.

Ayer estuvo nublado. Fue un día normal en Euskadi, aunque no fuese un día más.

Foto de El Correo

martes, 28 de abril de 2009

La cumbre franco española ha ido de culo

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De culo o mejor dicho de culos. ¿A ustedes les parece normal que la foto de portada que ha ilustrado la información sobre la cumbre Francia España sea ésta imagen de la agencia EFE?.


Y ojo que no hablo de medios “del corazón” sino de diarios prestigiosos, de esos que en el interior se ocupan de explicar cabalmente los acuerdos, importantes acuerdos, que los dos países han alcanzado: Desde la colaboración antiterrorista hasta el apoyo a la presencia de España en foros internacionales, entre otros.

No suelo comulgar con algunos excesos habituales de los grupos feministas y, por supuesto, ambas mujeres me parece que son muy guapas, pero esa foto no creo que tenga interés informativo como para el despliegue que se le ha dado

Ya se apuntaba que la esposa del Presidente francés concitaba un interés desmedido. En fin, es de comprender pero de verdad me ha parecido increíble que las fotos de la señora Bruni y de la princesa Letizia y especialmente esta foto sea recogida por toda la prensa y hasta que ocupe, ella sola, la portada de algún periódico serio como El País.

Esos mismos medios que dice sostener firmemente el derecho a la igualdad entre sexos (suelen utilizar el palabro “género” que es más políticamente correcto) resulta que a la primera oportunidad que tienen, se deshacen de gusto -y de morbo- cuando se les presenta la ocasión de hacer una portada de revista frívola.

Y no es verdad que no tenga importancia. Sí la tiene, sobre todo porque apunta a que mucho del discurso de la igualdad, incluso en entornos cultos y pretendidamente progresistas, quizás sea solo un barniz que oculta un fondo de consideración de las mujeres como objetos bonitos.

Mal, muy mal esa portada. De culo.
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miércoles, 22 de abril de 2009

Monte Mirugain



El sábado un grupo de amigos subimos al monte Mirugain, muy cerca de Ochandiano, el pueblo de mi abuelo. Es un paraje de postal, típico de esta tierra. Entre hayas centenarias el camino nos llevó hasta una cumbre en la que el 4 de abril de 1937 murieron más de 350 milicianos y gudaris defendiendo el gobierno legítimo de España y, sobre todo, defendiendo la libertad.

Fue una excursión campestre, alegre como todas, en la que no faltaron la bota de vino y los bocadillos de tortilla, pero también fue un homenaje sincero y sentido a aquellos hombres que perdieron su vida en unas trincheras cuyas marcas aún son visibles a pocos metros de la cumbre.

Mientras los niños jugaban y reían en aquellas zanjas que un día fueron lugares de muerte, Toni, que es un manantial de entusiasmo y de pasión, nos contó a todos cómo fue la batalla: nos hablo de los batallones Salsamendi, Meabe 1, Rebelión de la Sal, Fermín Galán y Loyola. Nos contó cómo otros españoles cercaron a estos y del triste desenlace final. Terminó diciendo “nos pasaron por encima pero hemos regresado”. Así lo dijo. Como si en lugar de hablarnos a nosotros, lo hiciese a quienes allí murieron agarrados a su fusil. Y en aquel mismo momento sentí una punzada de emoción en el pecho y en los ojos.

Al final me quedé con la imagen de la alegría de los niños, que correteaban a nuestro alrededor y a los que nosotros sí hemos podido entregar el mundo más justo y más libre que aquellos soldados soñaron.

jueves, 16 de abril de 2009

De perdices y salsas

.Hay un viejo aforismo castellano que reza: “cuesta más la salsa que la perdiz” y que sirve para señalar la paradoja de que a veces lo accesorio pueda resultar más gravoso que lo fundamental. Parece, en efecto, una estrategia bien poco inteligente y que choca claramente con el sentido común. Sin embargo, inteligente o no es una circunstancia que cada día resulta más habitual en nuestro entorno. Lo he recordado hoy al ver a los ganaderos manifestarse, otra vez, contra los bajísimos precios que les pagan sus clientes por la leche.

Vivimos en una sociedad tan opulenta, con tantas opciones de consumo, que tenemos por normal poder disponer en todo momento y lugar de cualquier producto, sea el que sea. Ni se nos pasa por la cabeza que el supermercado pueda no tener naranjas en el mes de julio o fresas en cualquier momento del año y los más exigentes preferimos los kiwis de Nueva Zelanda a los de cualquier otro origen.

Las baldas de los grandes centros comerciales les hubiesen parecido a nuestras abuelas (que eran las que hacían la compra) una auténtica orgía de cantidad y variedad, un cuerno de la abundancia del tamaño de una fábrica.

La leche misma, que tanto inquieta a los ganaderos, se nos presenta en los lineales con una variedad de envases, marcas y presentaciones que marea: entera, desnatada, semidesnatada, con grasa vegetal, con vitaminas, con calcio, en batidos de diferentes sabores…De las frutas y hortalizas ni hablo.

Sin embargo, para que todo esto sea posible no sólo se ha tenido que abaratar enormemente el transporte sino que se ha tenido que desarrollar una enorme red logística de manufactura, tratamiento y distribución de ámbito mundial. El resultado es que esa red, que solemos simplificar denominándola “los intermediarios”, ha monopolizado absolutamente el espacio entre el productor original y el consumidor final acabando de hecho con cualquier posibilidad de conexión directa entre ellos.

Cualquier fabricante, ganadero, agricultor, incluso el más cercano a sus clientes, tiene que subir sus productos a la inmensa rueda de la distribución comercial y, lo que es peor, atenerse a las reglas de juego con las que trabaja ese monstruo.

Las antiguas tiendas tradicionales, aunque vendiesen solo productos de su zona, gustaban de llamarse “Ultramarinos” lo que ya apuntaba una vocación de alcanzar lo lejano, lo raro, lo exótico. Aquel sueño de abundancia se ha convertido ahora en una realidad de pesadilla para quienes están en el primer eslabón de la larga cadena que une el campo con el carro de supermercado.

Conviene que los consumidores reflexionemos sobre algunas obviedades: Chile está lejos de España; pero de allí traemos manzanas. No hay nada que esté más lejos de España que Nueva Zelanda; pero comemos kiwis cultivados en ese lado del planeta. Las hortalizas, que ni sabemos de dónde son, las compramos lavadas, clasificadas por tamaños, envasadas en bandejas y, por supuesto, desechamos cualquier envase que tenga el más leve roce. En esta locura los consumidores somos un poco reyes o niños tiranos que decidimos a nuestro capricho lo que queremos, cuándo y cómo lo queremos. Con esa regla premiamos o castigamos a nuestro proveedor en su cuenta de resultados pero no queremos o no sabemos ver que la salsa de nuestras perdices cuesta muchísimo más que la perdiz misma. Y esa "ignorancia" la pagan los más débiles.
Nota: La imagen es del diario “la Región”.

miércoles, 15 de abril de 2009

Corolario final a la guía de comportamiento intersexual

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Muchos amigos, y amigas, llevan tiempo reclamándome nuevas entregas de esto que he venido en llamar “guía de comportamiento intersexual”. Parece que ha hecho reír a bastantes y creo que también ha hecho pensar a algunos. Todo un éxito.

El caso es que, aunque he procurado localizar otros comportamientos femeninos o masculinos que merecieran reflexiones similares a las 25 entregas ya publicadas, la verdad es que no he sido capaz de hilar nuevas ideas que me convenciesen y me parece, por tanto, que es el momento de dar por terminada la serie. Puede que sea culpa del tiempo transcurrido, de mi natural pereza o de que no doy para más, pero el hecho es que, a riesgo de decepcionar a algún incondicional, prefiero terminar de una vez esta “guía” sin esperar a una inspiración que ya no llega.

La idea original surgió tras leer un artículo de Carmen Posadas en un semanario en el que la escritora manifestaba su asombro al haber descubierto la capacidad de los varones para no pensar “en nada”. Aquello me sobresaltó, porque lo que a la señora Posadas tanto le extrañaba formaba parte evidente de mi propia realidad cotidiana, y de la de mis amigos varones. Aquella chispa encendió unas reflexiones que han dado de sí lo que han dado.

Habréis visto que en todos estos textos he huido de cualquier alusión a comportamientos y aspectos relacionados directamente con la sexualidad. No se trata de ningún olvido. Mi intención era evitar deliberadamente entrar en este aspecto y encaminar mis reflexiones por otro sendero menos obvio y más interesante.

Es evidente que, a lo largo de la historia, la cultura o, mejor dicho, las culturas nos han obligado a cada sexo a elegir unos determinados roles y a desechar otros. Quien no se atuviese a esos comportamientos socialmente aprobados, fuese hombre o mujer, tenía problemas. Problemas que iban desde la simple desaprobación callada de sus vecinos hasta la misma hoguera, pasando por un abanico de castigos tan amplio y variado como solo el ser humano es capaz de imaginar.

Precisamente esa inmensa capacidad creativa del ser humano, que se manifiesta para lo malo pero también para lo bueno, perdía muchas posibilidades por culpa de una determinación social tan estricta sobre el papel de cada sexo. Toda capacidad o sensibilidad que no fuese de las que "correspondían" al sexo concreto de cada persona era olvidada, se abandonada su cultivo o era mantenida en silencio.

Era tan evidente que la vida de cada ser humano venía determinada por el rol que socialmente le correspondía en función de su sexo que muchas personas llegaron a pensar -yo mismo- que todo comportamiento era resultado únicamente del entorno social y cultural. La deducción era obvia: hombres y mujeres actuaríamos igual si no estuviésemos influidos, marcados, por el entorno. Seguramente es parte de la verdad.

Ocurre, sin embargo, que viendo a las mujeres más libres de la historia (las occidentales por supuesto) y viéndonos los varones reflejados en ellas y en su libertad, algunos hemos llegado a pensar que esa estructura o ese funcionamiento cerebral distintos de los que hablan los científicos, conllevan de verdad una serie de actitudes, modos de ver y capacidades distintas y características de cada sexo. He intentado buscar algunas y explicarlas.

Cierto es que la “programación” que cada cultura ha impuesto en hombres y en mujeres ha sido enormemente distinta y decisiva en la vida de cada persona pero sospecho que la base –el sistema operativo, podríamos decir- también es distinto. De esa sospecha es de donde nacieron esta serie de entregas.

Ha sido mi forma de reflexionar sobre la otra mitad del mundo, la femenina, y de paso, sobre mi propia mitad, la masculina. Como creo también que las cosas más serias se ven mejor desde la atalaya del humor he procurado poner unas gotas de él en cada entrega.

A todos y todas las que me habéis sugerido ideas para desarrollar: muchas gracias. Y a quienes me habéis seguido sin conocerme espero que hayáis pasado algún buen rato.

jueves, 2 de abril de 2009

El ascensor “McDonald’s”

Atentos que viene la modernidad. Vosotros –incautos- creíais que la innovación era cosa de las empresas y del lenguaje de los políticos pero no. Está arrasando en las cosas más cotidianas. Ya no es solo mi portero automático.

Este fin de semana estuve en un edificio (emblemático por supuesto) en el que para tomar el ascensor primero tienes que indicarle a qué planta vas tocando una pantalla interactiva en la que, con varias pulsaciones, vas acotando los pisos hasta llegar al deseado.

Una vez hecha la selección, el sistema te dice cual de los varios ascensores deberás tomar. Dentro de la cabina no hay botonera.

Me recordó la impresión que tuve cuando entré por primera vez en una de esas hamburgueserías en las que pagas antes de que te sirvan.
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miércoles, 1 de abril de 2009

Tecnología para una vida más difícil

Hace un año aproximadamente sustituyeron el portero automático de mi casa por un flamante videoportero. En el portal hay ahora un teclado numérico parecido al de un teléfono en el que debes marcar (si la sabes) la clave de cada piso que, por supuesto, no aparece en ningún lugar visible.

Es más, las brevísimas e ininteligibles instrucciones de la micropantallita aparecen en inglés y encima alternando cada pocos segundos con el nombre y dirección del instalador, por lo que no es posible leerlas de corrido ni siquiera para los que conocen el idioma.

Cuando lo estaban instalando pregunté por su funcionamiento al operario que me explicó lo fácil que era: Solo había que conocer la clave o bien teclear repetidamente el botón de la flechita hasta que apareciese en pantalla el piso deseado y entonces pulsar la tecla de campanilla: El orden de los pisos es 11 = 1ºA; 12 = 1ºB; 13 = 1ºC; 21 = 2ºA; 22 = 2ºB; 23 = 2ºC... y así sucesivamente. Yo le pregunté ¿Me estas diciendo que para llamar a mi casa en el 7ºB, tendrán que pulsar 20 veces y luego campanilla? y él me miró como a un reaccionario enemigo del progreso.

Por supuesto quienes vienen a visitar a mis padres llaman desde el móvil cuando están en la puerta.
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