lunes, 31 de enero de 2011

Agur eta ohore


En relación con el euskera en habitual que florezcan más visibles los desacuerdos ruidosos que los consensos tranquilos. Sin embargo, ni siquiera los muchos partidarios de utilizar el euskera mucho como símbolo y poco como idioma niegan que su situación es hoy incomparablemente mejor que la que ha tenido nunca, tanto en número de hablantes como en oportunidades de difusión o en oferta literaria y audiovisual.

Alguna parte de responsabilidad en esta situación nos corresponde también a los vascos que aun no conociendo el idioma, nos hemos esforzado por aprenderlo, porque lo aprendiesen nuestros hijos o por ambas cosas. Unos más y otros menos, alguna responsabilidad positiva tendremos en la situación actual del euskera quienes así hemos actuado.

Hoy me interesa recordar a dos de esas personas que fueron castellanoparlantes pero que tuvieron una enorme responsabilidad en el avance del euskera, aunque no lo hablaran. Me refiero a Fernando Buesa y a José Ramón Recalde, que fueron responsables directos de la normalización (palabra después tan manoseada) de la enseñanza en euskera y de su integración definitiva en el sistema educativo vasco.

Sin el esfuerzo de tantos, y de ellos dos en particular, la situación no sería posiblemente tan halagüeña para el vascuence. El pago que recibieron ambos de parte de quienes se han pretendido erigir siempre en dueños del idioma fue el más injusto posible y, claro está, esas cosas tienen consecuencias en el sentimiento de las personas.

Me parece que está pendiente un reconocimiento explícito del mundo del euskera al esfuerzo de  muchos que no formando parte de él, tanto lo han impulsado. Podría empezarse por Fernando y por José Ramón, ¿no les parece?.

viernes, 28 de enero de 2011

Evidencias contra mentiras


Rafael Bengoa es el Consejero de Sanidad del Gobierno de Patxi López. Cuando le llamaron para hacerse cargo de sus actuales responsabilidades dejó su puesto de director de Sistemas de Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) así como el del observatorio Kroniker (una organización independiente dedicada al análisis y mejora de la sanidad mundial) y puso su enorme experiencia al servicio de Euskadi. Un lujo.

Además, el ahora Consejero conocía bien el entramado institucional-sanitario vasco porque fue Viceconsejero de Sanidad durante ocho años

Bengoa es hombre de discurso templado, tanto que a veces resulta chocante para quienes somos algo más vehementes en nuestras intervenciones. Sobre todo cuando le vemos responder pausada y amablemente a quienes le han atacado utilizando falsedades y mentiras directas. Diciendo, por ejemplo, que las listas de espera en la sanidad vasca estaban poco menos que desatadas y que tal desastre era producto de la “inacción” del Gobierno del Lehendakari y de su obsesión por la foto.

Con el mismo respeto y la misma calma que Bengoa  ha demostrado siempre, hoy voy a colocar en este blog una foto que hoy publica El Correo y que nada va a gustar a quienes no dudan en utilizar la mentira para negar la excelente gestión del actual Gobierno Vasco, también en Sanidad.


lunes, 24 de enero de 2011

¿A quién le importa EiTB?


De todas las instituciones que Euskadi ha ido creando a lo largo de las tres décadas transcurridas desde que los vascos aprobamos nuestro Estatuto de Gernika, la radiotelevisión vasca ha sido, y sigue siendo, una de las más simbólicas. Seguramente es por eso por lo que EiTB fue desde el primer instante blanco de tantas miradas y objeto de tantas expectativas. En año y medio se ha usado tan intensamente a EiTB como termómetro del cambio político que la importancia del termómetro mismo ha pasado a veces a un segundo plano.
Sin embargo EiTB es un patrimonio común que nos importa a muchos:
  • Le importa al Gobierno de Patxi López, que optó por estrenar un comportamiento nuevo en la historia del Ente Público proponiendo como Director General a un profesional sin adscripción partidaria y no, como había sido siempre, a un miembro del partido gobernante.
  • Le importa a la sociedad vasca, que valora un espacio en el que se reconozca a sí misma como sujeto colectivo, que sea un lugar de encuentro y convivencia y que refleje nuestra multifacética realidad.
  • Le importa a los trabajadores y trabajadoras de EiTB, que tienen ahora la primera oportunidad de dedicar sus esfuerzos a diseñar e impulsar una radiotelevisión pública de futuro, moderna, profesional, de calidad y que sea capaz de identificarse con una sociedad tan plural como es la vasca.
  • Le importa mucho al mundo del euskera y a sus hablantes, que con EiTB disponen de una herramienta única e insustituible para la normalización y para el desarrollo de la lengua.
  • Le importa a la cultura vasca, en todas sus manifestaciones, porque nuestra radiotelevisión es una ventana poderosa para su difusión y para su mismo desarrollo.
  • Le importa a la industria audiovisual vasca, dentro de la que EiTB ejerce una función dinamizadora y tractora.
Y nos importa sobre todo a quienes creemos que la libertad de prensa y de creación, que son básicas en cualquier sistema de libertades, no pueden estar solo en manos de los grandes grupos de comunicación privados.
Pero, si todo esto es cierto, también lo es que hay a quienes no les importa lo que le pase a EiTB. Son aquellos que dicen amarla cuando lo único que admiten es poseerla. A estos no les importa lo que le pase ya a la radiotelevisión de los vascos porque, acostumbrados a creerla suya, ven ahora con rabia y con alarma que ya no volverán a poder usarla para tratar de negar la Euskadi real, la de todos, y convertirla en la Euskadi identitaria y estrecha que solo ellos sueñan. A esos ya no les importa EiTB, y por eso la vapulean.
El futuro de EiTB está y estará del lado de aquellos a quienes nos importa el servicio público y no de que quienes pretenden mantenerla como un reducto de poder a la espera de ser reconquistado. Eso está tan claro como que la competencia privada espera ansiosa el botín resultante de la bronca.

martes, 11 de enero de 2011

Es que la izquierda abertzale "es" ETA

Foto: Ketari.en Nirudia

Que la Izquierda Abertzale ha funcionado siempre al dictado de ETA era algo evidente para todos pero solo ha tenido consecuencias legales cuando lo ha podido demostrar fehacientemente la policía y lo han sancionado los jueces, incluidos los de Estrasburgo. Tales consecuencias han sido su exclusión de la vida democrática y de las elecciones. Pero sobre eso se ha hablado tanto que no tengo nada nuevo que añadir.

La realidad es que la izquierda abertzale es ETA en un sentido mucho más profundo. Tanto que jamás se podrá desapegar del grupo terrorista. ETA es la fuente de la mitología que mantiene unido a un movimiento plural, de fronteras políticas inconcretas, que nadie sabe si es de extrema izquierda o de extrema derecha.

Hay que recordar que esa izquierda abertzale se forma a partir de un variadísimo universo de pequeños grupos independentistas, maoístas, trotskistas, ex carlistas, comunistas de todas sus variantes, internacionalistas, antinucleares, alternativos, antisistema y hasta tradicionalistas del antiguo régimen (no el franquista sino el llamado así por los historiadores), como era Telesforo Monzón.

En aquella ensalada de siglas, residuo de la apertura política que vino con la transición, todos se arrogaban ruidosamente la creación de la sociedad perfecta y feliz, eso sí cada cual según su manual de uso y su propio y exclusivo camino. Y así fue durante años hasta que llegó ETA y mandó a parar.

ETA y nadie más fue quien puso “orden” en aquel barullo y quien suministró la mitología fundacional de lucha revolucionaria-popular-anticolonial-heróica-antifascista-anticapitalista y tralará-tralará que es lo que ha mantenido votando lo mismo a okupas, a directores de sucursal bancaria, a pequeños y no tan pequeños empresarios, a sindicalistas, a tradicionalistas, a cheguevaristas, a ecologistas urbanos con vehículo 4x4, a “turistas revolucionarios” y a un variadísimo abanico de gentes que nada tienen en común salvo la admiración romántica y acrítica por el rebelde, aunque su rebeldía se manifieste asesinando a quien sea más fácil. Una admiración que se hace carne y sentimiento en cuanto se les nombra a los presos, inmolados, junto con sus familiares, en esa locura a la que en su día se subieron alegres y combativos.

Es por eso que la superficialidad política es, para la izquierda abertzale, absolutamente imprescindible. La necesita para mantener cohesionado a todo ese sector sociopolítico que solo existe como tal en la medida en que es tributario de la tutela emocional y política de ETA y que solo tiene significado electoral si renuncia a cualquier tentación de rascar siquiera en las inmensas diferencias que separan a todas las gentes que lo componen. Los dirigentes abertzales saben perfectamente que esto es así, que el sector social al que representan se disolverá, cada cual por su lado, en cuanto falle la única argamasa que los mantiene juntos: ETA.

Pero es absurdo, e inútil, pretender que el perro más inteligente del mundo mantenga unido al rebaño él solo. Necesita del pastor y ETA ha dejado bien claro que, por más que se aleje ahora, piensa seguir siendo ella quien silbe.

miércoles, 5 de enero de 2011

Menos mal que es una cerilla

Impresionante imagen de la cabeza de una cerilla ardiendo, seleccionada por el amigo Antonio Martinez Ron, de fogonazos.
La cámara ultralenta modifica asombrosamente el sentido del tiempo y me ha hecho pensar si no estaremos haciendo esto mismo con el planeta en el que vivimos, solo que nuestra percepción del tiempo sería aún muchísimo más lenta que la de esta cámara.
 Espero que no sea tanto, pero da que pensar.

martes, 4 de enero de 2011

Un programa de auténtica televisión pública

Después del disgusto y de la verguenza humana y profesional de ver cómo CNN+ desaparecía del dial televisivo para dar paso a GH+, nuestra televisión pública vasca nos da una alegría en forma de programa realizado con calidad, interés y ritmo. José A. Perez y Luis Alfonso Gámez, junto con otros colaborares han dado forma a ESCÉPTICOS, algo que espero que tenga un buen recorrido en ETB. Después de la emisión ellos mismos se critican en sus blogs. Es lo que tienen los escépticos, que son la leche.

Si tenéis tiempo, vedlo, son 40 minutos pero pasan sin darse cuenta.