miércoles, 12 de octubre de 2022

Un desfile estupendo

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Acabo de ver enterito el desfile de la fiesta nacional por la televisión. Como un niño, claro que sí, como un niño. Admirado por esos tipos que se han lanzado desde un avión para caer justo donde lo tenían previsto, llevando una bandera de 50 metros cuadrados, (como mi piso, incluida la terraza) que le resistía al principio al paracaidista a desplegarse. Que apuro.

He reconocido los modelos de aviones que me aprendí en mis viejos tiempos de soldado raso en la base aérea y me he dado cuenta, otra vez, de la fuerza que tienen los ritos y los símbolos para los seres humanos, yo incluido.

Por supuesto que no han faltado los taconazos, los sables, la cabra de la legión, los vivas al Rey y los gritos contra el presidente del Gobierno, que cuando es socialista forman ya parte del propio rito, como ha recordado oportunamente el locutor.

Ahora que los Estados se asemejan sobre todo a máquinas burocráticas de ofrecernos servicios y seguridades (lo que no deja de ser su obligación) ver a tanta gente joven y no tan joven desfilando con uniformes actuales y de época, algunos hasta con sombreros napoleónicos y otros con viejos Mauser, me ha parecido que realmente es un derecho de los militares, que un día puedan exhibirse a la antigua manera, con sus correajes, su música y sus tradiciones a la vista, ya que el resto del año a esos mismos soldados les mandamos por el mundo con uniformes mucho más discretos, a jugarse la vida en trabajos arriesgados, difíciles y de los que la mayoría de españoles prefiere saber poco.

Hoy era especialmente su día y han hecho un desfile estupendo.






domingo, 2 de octubre de 2022

El Banco de Inglaterra, una banda de rojos

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Y la London Stock Exchange también, y casi toda la City. ¿Pues no resulta que los recortes fiscales históricos de la nueva Primera Ministra, Liz Truss, han desencadenado el pánico en los mercados del Reino Unido? 

Allí donde la líder conservadora debería haber encontrado el aplauso más enardecedor y una explosión de entusiasmo inversor sin precedentes, resulta que se topa con caídas de la libra a mínimos históricos, huidas atropelladas de los fondos, retiradas histéricas de productos hipotecarios, ventas masivas de bonos del Estado y nada menos que una intervención del Banco de Inglaterra, comprando enloquecidamente deuda para evitar el colapso inflacionario. 

Resulta asombroso que ante una bajada de impuestos histórica, la mayor desde 1972, que además favorece justamente a los más ricos, éstos se alarmen ahora y salgan corriendo agitando las manos en el aire ¿Dónde están los genuinos inversores de derechas? ¿Quién ha infectado al establishment británico?

Habíamos quedado en que cuantos menos impuestos se cobren, más aumenta la recaudación (que lo he leído yo en una servilleta que está en un museo en Washington) así que parece mentira que estos tipos duden de que al Gobierno de su Majestad Carlos III le vaya a sobrar la pasta para cubrir los 115.000 millones de euros previstos en ayudas que, simultáneamente a la bajada de impuestos, también tiene prevista la líder del partido al que votan. ¿cómo iba a haber déficit entonces? Si el ingenio británico de los Monty Python pudo crear la cofradía de la chancla sagrada en la inolvidable `La Vida de Brian´ ¿cómo no hay una devoción más firme en las islas a la Santa Servilleta de Laffer?

Porque solo una cosa podría ser peor; que no estuviéramos ante una banda de rojos sino ante una caterva de mentirosos pero ¡qué va! si son todos gentes de orden, educados en las inaccesibles Public Schools y algunos hasta van con paraguas y bombín ¿cómo va a ser eso?