jueves, 29 de julio de 2010

¿Animales con derechos o libre elección humana?


En medio de toda la bronca montada tras la prohibición de las corridas de toros en Cataluña no es fácil escuchar reflexiones interesantes. Parece que todo se queda en una lucha simple y superficial entre la supuesta crueldad esgrimida por unos y el derecho que tendría una tradición milenaria por serlo con la que pretenden defenderse los otros. Las obvias y estúpidas connotaciones nacionales/nacionalistas no tienen valor alguno así que ni las tengo en cuenta aunque no por eso soy tan torpe como para no verlas.

Lo de la belleza de los toros no tiene explicación posible. Por tanto ni lo intentaré siquiera. Es un espectáculo sangriento, por supuesto. Y también perfectamente reglado. De hecho esa reglamentación creo que constituye, precisamente, una de sus fragilidades: En estos tiempos se hace muy difícil entender que un enfrentamiento a muerte pueda tener reglamentos, tradiciones y hasta una estética propia, como de hecho ocurre.

Confieso que a mí me gustan y confieso también que no sé muy bien por qué. Por eso me he sentido muy representado por Almudena Grandes que recordaba hoy uno de sus cuentos (Tabaco y negro) en el que hablando precisamente de los toros un abuelo le decía a su nieta: “cualquier día lo prohibirán y hasta será lógico, pero mientras no lo hagan, no hay nada que se parezca a esto”.

Así es. Siempre he visto la corrida como la representación cierta del enfrentamiento, a muerte claro está, entre el ser humano y las fuerzas de la naturaleza. Una representación de lo que ha sido nuestra existencia durante cientos de miles de años hasta que la tecnología nos cegó con su espejismo de divinidad.

En realidad ese enfrentamiento está decayendo hace unas décadas en la percepción de los occidentales que hemos cambiado el “henchid la tierra” bíblico por el miedo a seguir destruyéndola. Y, claro, en ese nuevo modelo las corridas empiezan a estar pasadas de moda. Puede que sea por eso por lo que me gustan a mí.

Pero lo que no se puede admitir es que el espejismo nos ciegue del todo y me temo que eso está pasando cuando se habla irreflexivamente de unos derechos de los animales. Los derechos corresponden al mundo humano, a ese que hemos creado usando nuestra capacidad simbólica para manejarnos en las complejas sociedades humanas. En la naturaleza hay equilibrios pero no derechos. Nuestros ancestros mismos nunca tuvieron ningún “derecho” frente a los depredadores que los acosaban y nosotros seguimos sin tenerlo ante un virus que nos ataque en pleno siglo XXI; podemos defendernos con más o menos éxito matándolo a él pero la naturaleza no reconoce “derechos” a nadie: Ni a nosotros, ni a los toros, ni a los pollos, ni a las anchoas, ni tampoco a las bacterias.

Los animales no pueden tener derechos porque tal cosa es un concepto que nos hemos inventado los hombres para organizarnos entre nosotros mismos, otra cosa es que los seres humanos –aquellos que nos lo podemos permitir- decidamos que nuestro comportamiento con otras especies va a moverse dentro de unos márgenes de respeto, que por cierto encajan tan bien con esa novísima percepción de nuestra relación con el conjunto del planeta. Podemos elegir el respeto y tal cosa no puede parecerme mal pero, por favor, dejemos los derechos para que nos sirvan de ayuda a los humanos, los animales no necesitan nuestras reglas, tienen las suyas desde hace millones de años y les han funcionado muy bien. Además, no somos dioses, tal vez sea ese el auténtico problema que tenemos.

la imagen es Escena de Tauromaquia 02, de Pablo Picasso
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miércoles, 28 de julio de 2010

Qué aburridos son estos socialistas!

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Desde que empezó su andadura el Gobierno del Lehendakari López se ha empeñado en que la política vasca perdiese esa tensión que la hacía tan especial. No ha pasado media legislatura y ya parecemos casi una sociedad normal. Ni vivimos la angustia de la opresión intolerable, ni nos abalanzamos hacia los medios para saber cuándo nos separaremos de España (con perdón) y pasa incluso que en la calle cada vez miramos menos a nuestro alrededor antes de emitir una opinión. En definitiva que estamos perdiendo la dosis de adrenalina política que antes nos mantenía en esa tensión a un tiempo estimulante y agotadora.

Ahora va a resultar que “El Konflikto” ya no sobrevuela omnipresente cada uno de nuestros pasos, que podemos suponer razonablemente lo que será de nuestras vidas la semana que viene ¡y aún más allá!.

La aburrida rutina de un país democrático ha sustituido en pocos meses a la intensidad de acostarnos cada día esperando el advenimiento de una nueva era para el País Vasco, Euskadi, Euskal Herria, las Vascongadas, Hegoalde (Táchese lo que no proceda).

martes, 27 de julio de 2010

Segunda entrega: "Con divisa verde y oro"


Vuelvo a la carga con la copla como símbolo y como instrucción moral escalofriante del correcto comportamiento de las mujeres.

Es cierto que las protagonistas de la mayor parte de las coplas son mujeres humildes, víctimas fáciles de un modelo de comportamiento injusto y a veces brutal que estas canciones populares les reserva sin la menor compasión. Pero siendo esto cierto, no hay que olvidar que para el imaginario "coplero" es la condición de mujer lo que cuenta. Por eso traigo hoy un ejemplo en el que la protagonista es una mujer rica, de buena posición que, sin embargo, pese a ello es condenada también a la tristeza del desamor.

Ganadera salmantina víctima de la maledicencia de sus mayorales forzada finalmente a enterrar sus sentimientos porque "con su hacienda y su apellido ya le sobra en qué pensar".

Terrible y de hace muy poco tiempo.





Vino en un rayo de luna,
de luna del mes de enero,
era un chiquillo de Osuna,
que quería ser torero.
Ganadera salmantina,
yo la nombro por madrina,
que el dinero y el cartel,
si algún día lo consigo,
pongo al cielo por testigo,
que me caso con usted.
Un olé en la tienta,
por su valentía,
y un duende en mis venas,
que así me decía:

Ganadera con divisa verde y oro,
¡Ten cuidado!
que el amor no te sorprenda como un toro,
desmandado.
Por tu hacienda y tu apellido,
se te guarda devoción,
y un clavel en tu vestido,
llamaría la atención.
En tus ojos se adivina,
la locura de un ¡Te adoro!
y has de ser como una encina,
ganadera salmantina,
con divisa verde y oro.

Ya es un torero de fama,
dinero y categoría,
ya es su pasión una llama,
que me ronda noche y día.
Por tres veces me ha pedido,
que le tome por marido,
por tres veces dije no,
y la causa está en Osuna,
morenita de aceituna,
que por mí se le olvidó.
Y son en mis noches,
de penas mortales,
cuchillos las coplas,
de mis mayorales.

Ganadera con divisa verde y oro,
¡dueña mía!
cuanto diera por salvarte de ese toro,
de agonía.
Con tu hacienda y tu apellido,
ya te sobra en que pensar,
y hasta el luto del vestido,
te lo debes de quitar.
Porque así no se adivina
que enterraste un: ¡Te adoro!
bajo el tronco de una encina,
ganadera salmantina,
con divisa verde y oro.

Letra tomada de La poesía de la copla

sábado, 24 de julio de 2010

Museo de la Evolución en Burgos



Visita inolvidable al magnífico Museo de la Evolución Humana recientemente abierto en Burgos. Es asombrosa la forma de presentación de los fósiles, perfectamente contextualizada, pensada para despertar el interés por la ciencia y a la vez creativa y elegante.

La ciudad siempre merece una visita pero a partir de ahora el museo se va a convertir en un foco permanente de atracción de visitantes. Vale la pena.

Aunque es fácil de seguir, el museo da para varias visitas, tal es la cantidad de información y el interés que hay en cada uno de sus rincones.

Todo está presentado de forma extraordinaria pero la galeria de figuras hiperrealistas de nuestros antepasados y "primos" impresiona muchísimo. Parece que en cualquier momento van a dar un paso al frente.

Allí están casi todos, desde "Lucy" la antiquísima Australopithecus afarensis hasta el Homo Neanderthalensis, que siempre ha sido mi favorito y al que le he tomado esta mala foto de móvil. Que hayamos convivido durante nada menos que 30.000 años con otro tipo de seres humanos distintos a nosotros pero humanos al fin me parece una de las cosas más demoledoras de ese estúpido orgullo de sentirnos tan especiales.

No hemos inventado el respeto por los muertos ni la autoconsciencia, ni la creación de conceptos y posiblemente ni siquiera la música. Los Homo sapiens nos hemos quedado solos desde hace algunos miles de años pero durante milenios tuvimos vecinos que también eran de la familia. Siempre me asombra pensarlo.

No se pierdan el Museo y, ya puestos, tampoco la morcilla frita.

sábado, 17 de julio de 2010

Pelea de lindes o “la aldea tecnológica”


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Por si alguien no es consciente, recordaré que en Euskadi no hay un Parlamento sino cuatro. Está el Parlamento Vasco y están la Juntas Generales de los tres…territorios históricos (qué susto, a poco tecleo “provincias”).

Con la transición llegó a Euskadi la ola de la recuperación de estructuras políticas históricas, que se vinculaban a un supuesto mejor ejercicio democrático de tiempos pasados. Así, la Ley de Territorios Históricos consagró una estructura territorial poderosa en torno a las renovadas Diputaciones Forales, gestoras del también recuperado Concierto Económico.

Las Diputaciones, controladas por sus propios parlamentos (las Juntas Generales) se han ido consolidando como herramientas potentes y valiosas en el gobierno del territorio. Es posible que las cosas se pudiesen haber hecho de otra forma (teniendo en cuenta la poca extensión y el escaso número de habitantes de Euskadi) pero en su día se decidió atenerse a las instituciones tradicionales y finalmente éstas se han convertido en administraciones efectivas.

Pero todas las monedas tienen dos caras y ésta también.

miércoles, 7 de julio de 2010

La del pulpo



Parece que el pulpo Paul ha vuelto a acertar. Es un bicho que vive en un acuario alemán y -dicen- que hasta ahora ha acertado todos los resultados de futbol sobre los que ha sido "consultado" menos uno.

Predijo la derrota de Argentina y también la victoria de España contra el país que le tiene acogido en sus acuarios ya que, al parecer, Paul es "inglés"

Alemania ha recibido hoy "la del pulpo". A ver lo que tardan ahora en hacer una paella con él. Podría llamarse "arroz al agorero".

Ya verán como estos días se volverá a hablar de la inteligencia de los pulpos y tendremos que oir alguna chorrada. Al tiempo.
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