Foto EFE |
Aparte de que pronto tendremos nuevo alcalde hay más noticias en Bilbao, como que el año que viene seremos sede del Campeonato Mundial Juvenil de Bádminton.
El bádminton lo conocemos todos. ¿A quién no le regalaron de niño las dos raquetas y el volador que estrenamos un día de playa y arrinconamos ese mismo día al volver a casa? Fue muchos años después cuando supimos que aquello incluso tenía un nombre. Pues eso.
Reunida en China, en la ciudad de Dongguan, la Federación Mundial de ese deporte designó a nuestra villa como sede de la competición, en dura pelea con Yogyakarta, en Indonesia que, no obstante, ha conseguido acoger el campeonato en 2017, por lo que aquí paz y después gloria.
La estrategia de atracción de eventos desplegada por nuestros responsables municipales se apunta así un nuevo tanto, esta vez con una actividad que suena bastante exótica, lo mismo que nos suenan también los propios nombres de Dongguan (8 millones de habitantes) y Yogyakarta, capital de una región con 3 millones de almas. A la vista de tales cifras, y la de 200 millones de practicantes que dicen que tiene ese deporte, tal vez los exóticos seamos nosotros, los escasos 2,1 millones de vascos, arracimados y mal avenidos en un pequeño territorio que se asoma al mar Cantábrico.
El torneo nos traerá mil participantes de cincuenta países, dicen que doce mil pernoctaciones y unos ingresos aproximados de millón y medio de euros para los servicios, la hostelería y el comercio de la ciudad. Además, los asiáticos parece que no solo no arrinconaron nunca las raquetas sino que tienen una gran afición, de forma que los partidos se emitirán en directo en China. Excelente promoción para Bilbao en mercados lejanos pero enormes. Un éxito sin la menor duda.
Lo chusco de este asunto ha sido saber que la primer ciudad vasca a la que se dirigieron los responsables para proponerle el asunto fue San Sebastián, cuyas instituciones -dicen- acogieron con “frialdad” la propuesta, pese a ser la única capital de Euskadi en la que el bádminton se practica con cierto fundamento. Y leo por ahí que la razón de tanto desapego fue que en la competición está previsto que participe la selección Española.
Con toda lógica el sector turístico donostiarra ha considerado algo “inaudito” que su Ayuntamiento y Diputación despreciasen un evento tan importante. A mí lo que me asombra es que el motivo del rechazo sea tan pacato y que los motivos de la secta se pongan tan sin pudor por encima de la conveniencia evidente de la ciudad. Pero lo peor de todo es que no me resulta en absoluto increíble; asombroso y desconcertante sí, pero increíble no.
Así que no me queda más remedio que darle algo de razón a Teo Uriarte, uno de los condenados en el Proceso de Burgos que hace unos días declaraba en una entrevista que “Euskadi ha llegado políticamente a donde se merece, a la mediocridad más estúpida”, mejor no generalizar pero algo de eso sí que hay.