martes, 13 de mayo de 2008

Vigesimotercera entrega. Desde el 15 de marzo (Interludio de la guía de comportamiento intersexual)

Lo de Barcelona no es nada comparado con la sequía de mis neuronas. No sé si necesito el trasvase de los populares, la conducción de los socialistas o una inyección en el culo, pero desde luego algo me hace falta para recobrar el ritmo de trabajo de esta guía de comportamiento.

Diré en mi descargo que los hados de la informática me han sido renuentes en los últimos meses y mi ordenador ha adquirido vida propia como si se tratase de aquel HAL 9000 que era verdadero protagonista de la película 2001 Una odisea del espacio.

Pero estoy chocando también con otra dificultad más profunda. Me explicaré. He procurado que los conceptos que iba describiendo fuesen reconocibles como típicamente masculinos o como femeninos y me resulta cada vez más difícil encontrar otros nuevos que cumplan tal condición. Como me señalaba Oscar y también Cariátides (que por cierto tiene un blog magnífico) los conceptos empiezan a no ser tan nítidamente asignables a hombres o a mujeres. Tal vez sea por mi propia falta de atención o de imaginación pero quizás también porque simplemente empieza a agotarse la diferencia y a aparecer lo que hombres y mujeres tenemos de verdad en común, que es nada menos que ser seres humanos. O sea todo.

De hecho he repasado algunos borradores de conceptos que tenía en la nevera y los veo como demasiado “intersexuales” como para asignarlos a hombres o a mujeres.

Tengo que reconocer que mi objetivo era muy atrevido. Nada menos que buscar lo específico de cada sexo. Relativizar, por tanto, la interpretación exclusivamente cultural de nuestro comportamiento como personas y ejercer así una suerte de “determinismo recreativo”. Ahí es nada
Puede que sencillamente se trate de una pérdida del ritmo. Me voy a poner a ello antes de que aparezca alguien con una jeringuilla.

6 comentarios:

Cariátides dijo...

Muchísimas gracias por tus piropos!!!!!!!

No te sientas agotados. Sigue. Seguimos teniendo nuestras peculiaridades aunque las fronteras empiecen a diluirse. Aún queda mucho de la sociedad patriarcal que configuró esos roles que nos poseen aunque no queramos desde el interior de nuestras neuronas. Cerebros utilizados de diferente manera aclimatados a determinismos ambientales perpetuados durante demasiados milenios. ¡Qué no te decaiga el ánimo, ni la creatividad, ni nada relacionado con las otras dos!

Qué este blog es una maravilla.

Lo descubrí inerte. Y no sabía si estabas hibernando o si ya era el acabose. Me ha dado una alegría inmensa el ver que no solo hay vida al otro lado, sino que además mis mensajes te han reanimado algo.

Besos.

Que no me entere yo que esto decae. Que te mando un batallón de caracoles...

Cariátides dijo...

perdona escribí con prisas, faltan comas y algún que otro adorno lingüístico. Fuí al grano.

... dijo...

Hola Carlos
Yo te aconsejo que dejes la conducción de los socialistas como una última opción. jajaja. (Tengo un trauma al respecto)
A ver, me pregunto… ¿Justo te vas a meter en el comportamiento intersexual? ¡Es un terreno de arenas movedizas! Cuando termines de pasar tu análisis, seguramente verás que hay cambios y que se ha quedado hico. Creo que sería más fácil ir a juntar caracoles con Cariátides.
Me gusta tu blog, ahora estoy apurada pero volveré a leer “Los tíos no hablamos….” Presiento que en algún momento me puede servir.
Un abrazo.

... dijo...

Perdón, quise decir "Se ha quedado chico"
Saludos

Anónimo dijo...

Hola, soy María2. A pesar de reirte mucho con los artículos sobre el comportamiento humano dependiente de un cromosoma x o y, afortunadamente la igualdad está llegando al origen de la cuestión. Las generaciones venideras estarán cada vez menos definidas en sus "comportamientos cotidianos" aunque siempre habrá salvedades que den origen a estos artículos tan divertidos en los que tras leerlos a veces no sabes a qué sexo pertences. Aunque eso pase, continua con las diferencias x o y que como en las bodas, ES VERDAD!!!!

Carlos Gorostiza dijo...

María.

El ser humano es un animal social y cultural, eso está dicho y es sabido. Por tanto el grueso de nuestros comportamientos está determinado sin duda por la educación, el entorno social y las normas que rigen el funcionamiento de la comunidad humana a la que pertenezca el individuo.

Afortunadamente el papel de las mujeres en el mundo “occidental” está cambiando con rapidez. Eso es bueno por justicia pero también por la inmensa oportunidad de mejora que supone para la sociedad misma que evoluciona en ese sentido.

Como tú dices “estamos llegando al origen de la cuestión”. Por eso todas las reflexiones de este blog responden a esa pregunta básica. ¿Existen comportamientos y sentimientos originados por nuestra misma “arquitectura” o todo es cultural?

Me resisto a pensar que algo tan importante como el sexo, que marca la forma de nuestro cuerpo, que determina enormemente el comportamiento de los individuos de todas las especies, sea completamente ajeno a nuestras actitudes y sentimientos. Simplemente no puedo creer que el Homo Sapiens sea tan rarito.

Me doy perfecta cuenta de que separar el trigo de la paja, lo cultural de lo intrínseco, es tarea dificilísima, más de antropólogos que de pensadores aficionados como yo. Pero me parece interesante, y también divertido, así que por qué no intentarlo.

En el fondo lo que busco es conocerme a mí mismo. Como todos.