martes, 11 de septiembre de 2018

A Borrell le quieren dejar sin calle


Se trata de orillar al vecino desafecto, hacerle sentir su supuesta marginalidad social hasta lograr que esa mayoría se sienta intimidada por la hiperpresencia simbólica del independentismo y se retire a su vida privada. Por eso los lazos no es que agobien a los más renuentes, es que están expresamente pensados para agobiar, para abrumar, porque solo así cumplen su función de disuadir y acallar. Montar un auténtico asedio que termine con la rendición del contrario o con su expulsión, como la que simboliza la retirada del nombre del irrecuperable Borrell de la calle que lo llevaba.



En mi artículo de esta semana en VozPópuli denuncio la táctica de los independentistas catalanes de expulsar del espacio público a los desafectos a su causa. Puedes leerlo aquí.

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