miércoles, 2 de octubre de 2024

El salario: “tralará tralará”

 Tiempo de lectura: 2:45 min


Foto: Filippo Monteforte/AFP
El pavor a mentar la bicha que más se teme: el sexo para las monjitas  y el salario para las empresas, a veces mueve al ridículo.

Mi difunta madre me contó cómo en su niñez las monjitas les enseñaban a recitar musicalmente los mandamientos y que cuando llegaban al sexto debían decir “el sexto: tralará tralará”. Lo recuerdo bien porque me moría de risa cuando me lo contó.

Era tal el pavor de aquellas religiosas a simplemente citar el pecado que más temían, que evitaban siquiera evocarlo en la mente de aquellas tiernas infantas, incluso al precio del ridículo que tanta gracia me haría a mí décadas después.

Algo parecido me pasa ahora, aunque no tenga ninguna gracia, cuando leo declaraciones de responsables empresariales sobre todas esas cosas adicionales al propio salario que las empresas deberían ofrecer si quieren mantener el talento y el compromiso de las personas jóvenes: propósitos éticos, compromiso social, responsabilidad medioambiental, comportamientos sostenibles, ambiente dinámico y estimulante, promoción personal, apoyo a acciones solidarias…la lista sería interminable.

Es sabido que en una frase en la que aparezca la palabra “pero” todo lo que figure antes de ella no tiene valor alguno y solo cuenta lo que hay detrás de ese pero: “no soy racista, pero…”, “estoy a favor de los derechos de las mujeres, pero…”, “necesitamos inmigrantes, pero…”, “las muchachas deben poder salir de noche como quieran, pero…”, “estoy a favor de limitar los coches en la ciudad, pero…”. Y, desde luego la frase: “Para retener el talento es importante que los jóvenes tengan salarios dignos, pero también buscan otras cosas como…” no es una excepción a la regla.

Más bien parece que el pavor a mentar la bicha que más se teme: el sexo para las monjitas de mi madre y el salario para las empresas, es lo que mueve a estos juegos semánticos que tratan de sepultar lo mollar bajo un montón de aspectos circunstanciales, con valor PERO secundarios y que así se desvíe la atención de lo que tanto se teme abordar. El salario.

Según en INE, el salario medio bruto anual en España es de 26.948,87, algo menos para las mujeres y algo más para los varones, PERO (de nuevo el famoso pero) tenemos un salario modal (el más frecuente) de en torno a los 18.500 euros al año, y otro (el siguiente en frecuencia) de 16.487 euros brutos.

Así que, si queremos entender lo que los jóvenes con talento buscan en su trabajo igual tendríamos que darle vuelta a la frase y decir que les gusta el buen ambiente, la responsabilidad social de la compañía, el crecimiento personal y el cuidado medioambiental PERO…que esperan salarios mayores, esos que hoy no tienen, para poder sustentar sus proyectos de vida, esos que hoy no pueden tener.

Eso, o aplicamos la divertida cantinela de las monjitas: El salario: tralará, tralará.

NOTA:
Días después de publicar este texto veo un interesante trabajo de El Diario.es en el que, a partir de datos de INE, se puede comparar de forma gráfica el salario concreto de cada uno y que da una visión general de la situación salarial en España muy rompedora.



 

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