Cataluña no será un país independiente, pero si un día lo fuese, con seguridad no sería una democracia. Porque inevitablemente necesitaría haberse deshecho antes, durante o después de su separación, de la influencia, de los derechos o de la presencia misma de la mitad de sus habitantes actuales
Al hablar de los problemas económicos de una país recién independizado me parece que se olvidan del principal. Tal vez porque construir una nación, cualquier nación, es escalofriante. De eso hablo en mi artículo de esta semana. Puedes leerlo aquí.
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