Asistimos a un huracán transformador que convierte lo increíble en cotidiano y que tampoco respeta la política. Como les pasó al principio a las sorprendidas grandes superficies, nuestros partidos tradicionales de siempre (los 1.0 según el nuevo lenguaje) también están desarbolados y confusos ante el vendaval.
No hay comentarios:
Publicar un comentario