La movilización necesita un sentimiento que la empuje. Los pensionistas tienen dos: el miedo y la rabia.
Vienen a Madrid y lo hacen andando, demostrando otra vez su capacidad de esfuerzo físico y sufrimiento, los valores que marcaron su vida y que hoy reivindican como mérito.
En mi artículo de hoy en Vozpópuli hablo de los sentimientos que mueven a unas personas que han ido viendo cómo el mundo que tanto esfuerzo les costó crear se ha derrumbado. Puedes leerlo entero aquí.
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