No haber sabido ver su posición a tiempo ya les ha costado a un precio muy alto. Continuar en la senda de negarse a sí mismos la evidencia de que ambos son y serán partidos menores que los grandes solo conducirá a que sean vistos como enredadores y no como solucionadores y, paradójicamente, acabarán reforzando con sus torpezas la idea de que España solo funciona cuando hay dos grandes, haciendo así cierto lo que vinieron a negar.
En mi artículo de hoy en Vozpópuli me refiero a una de esas paradojas de nuestra política. La de que quienes vinieron a acabar con el bipartidismo podrían acabar reforzándolo.
Puedes leerlo entero aquí.
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