Los “listísimos” constructores del relato de un país oprimido cometieron el error de pensar que su habilidad les permitiría controlar la ira que se afanaban en fomentar.
Las fotos de contenedores ardiendo son las nueces que la burguesía independentista está recogiendo tras agitar irresponsablemente el árbol de la manipulación y la mentira.
En mi artículo de Vozpópuli de esta semana reflexiono sobre cómo la violencia abrasa la causas que pretenden usarla como herramienta. Puedes leerlo entero aquí.
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