martes, 18 de septiembre de 2007

Tercera entrega. Doce cosas a la vez

(Útil para las mujeres)

Dicen que los hombres no podemos hacer dos cosas a la vez. No es cierto aunque tampoco es completamente falso. Los hombres podemos hacer muchas cosas a la vez, Por ejemplo: Nos anudamos la corbata mientras preparamos mentalmente los argumentos para la reunión de esta mañana. Cambiamos de marcha en el coche con el cerebelo porque se trata ya de un gesto automatizado, pero conducimos con el cerebro. Esto significa que una buena parte de nuestra atención mientras estamos al volante se “pierde” en la conducción misma. Puesto que nos complacemos en estar conscientemente atentos a la carretera y al tráfico es fácil que nos atrevamos a hacer una conducción más “activa” lo que para algunos quiere decir, lamentablemente, más agresiva. Pero ese es otro asunto.


En definitiva, podemos hacer varias cosas automáticas a la vez y, además compatibilizar todas ellas con UNA tarea consciente. Llamo tareas conscientes a aquellas que requieren una atención concreta, directa y cierta. Acciones como tomar decisiones, realizar nuestro trabajo, mantener conversaciones y cualquier otra cosa que, por definición, no pueda realizarse de forma repetitiva y automática.

En relación con estas tareas conscientes lo cierto es que también podemos hacer varias a la vez, pero tenéis que entender que hay un matiz muy importante que nos diferencia de vosotras. Podemos pensar en doce cosas en una hora, por ejemplo, pero dedicando una media de cinco minutos a cada una. Es fundamental que comprendáis que, en tal caso, en cada tramo de cinco minutos SOLO estaremos pensando en UNA de ellas. Una vez llegados al punto de que nuestra atención se centra en otra cosa abandonamos por completo la anterior, que deja de existir momentáneamente mientras nuestro cerebro se centra en la nueva tarea. Por supuesto hay hombres excepcionales que pueden pensar simultáneamente en más de una cosa. ¡Ojo!, más de una, no doce. Pero para vuestra administración es mejor que tengáis en cuenta que la mayoría de nosotros piensa solo en una cosa en cada momento y que atender a varias nos obliga a saltar de una a otra, como en una especie de “rayuela mental”.

Esa es la razón por la que a la mayoría de los hombres no sirve de nada hablarnos cuando estamos al teléfono. Simplemente no podemos atender a las dos conversaciones a la vez, aunque traten de lo mismo. Especialmente si tratan de lo mismo.

Con un poco de paciencia y algo de entrenamiento es fácil para la mayoría de las mujeres asumir esta “carencia”. Además, tened en cuenta que eso os pone en una posición de ventaja. Aprovechadla en vez de desesperaos pretendiendo que os sigamos a vuestro mismo ritmo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

¿Es posible mantener simplemente la atención de una manera directa, concreta y consciente en dos ideas, en el mismo instante?, si es asi, ¿Cómo?, ¿Por quienes?

Carlos Gorostiza dijo...

Mira Diazm, no sabría decirte si es o no posible hacerlo exactamente en el mismo mismísimo instante pero desde luego las mujeres parecen ser capaces de manejar con comodidad dos tareas simultaneamente. He visto mujeres capaces de mantener una conversación mientras tecleaban un texto completamente ajeno a lo que estában hablando.
Tu me dirás...