martes, 4 de octubre de 2011

¿Nos faltó un telediario?



Decir que a alguien le quedan dos telediarios suele ser aviso de un cambio inminente, por lo común a peor. Tan coloquial forma de medir el tiempo a base de informativos es una muestra de la omnipresencia de la televisión, que marca hoy nuestros ritmos cotidianos como el Sol y la Luna lo hicieron durante milenios. No estoy seguro de que hayamos salido ganando con ese cambio…pero en fin.

Si Felipe González quiso señalar en la conferencia política del PSOE el poquito tiempo de campaña que nos faltó a los socialistas en 1996 para dar la vuelta a los también entonces adversos pronósticos, lo cierto es que no estuvo acertado y bien que lo siento porque es de las personas cuyas opiniones más aprecio por expresarlas con firmeza, claridad y lucidez.

Digo que no estuvo acertado porque la expresión “nos faltó un telediario” no solo evoca un corto lapso de tiempo, como digo, sino también la errónea y peligrosa creencia de que los informativos de la televisión son una herramienta para cambiar la opinión y hasta el voto de las personas.

Como ya he escrito, creo que esa errada opinión es una de las dos principales dificultades con las que tienen que lidiar nuestras televisiones públicas así que, ahora que tanto se habla de pedagogía política, lo conveniente sería ir acabando cuanto antes con ese convencimiento tan extendido. Evocarlo fue, por tanto, un error de discurso. Salvo que piense, efectivamente, que la televisión pública tiene esa función, en cuyo caso el error no es de discurso sino de concepto. Cielos.

1 comentario:

Rubín de Cendoya dijo...

Carlos, te honra esa valentía. No tengas dudas de que se refería a un telediario más dirigido por MAI.

Lo de ahora me perece que no tiene remedio ni con 100 editoriales, esperemos que sea para bien.