Dicen que los urbanitas hemos perdido a lo largo de generaciones de vivir en ciudades los conocimientos tradicionales vinculados al campo, a la naturaleza y a las tareas agrícolas, aquellas que marcaron la vida de las personas hasta hace bien poco. Hoy parece mentira pero hasta los años 60 la agricultura era la principal fuente de riqueza y empleo de España.
A nosotros la primavera no se nos anuncia ya en el nuevo aspecto de los bosques y las riberas de los ríos sino en los escaparates de las farmacias, donde año tras año el regreso del calor es precedido por las fotos de espectaculares mujeres que promocionan productos contra una celulitis que las propias modelos obviamente desconocen. Entra uno a por el omeprazol y en la cola comprueba aliviado cómo los fríos van quedando atrás y se anuncian tiempos más benignos, que pronto animarán a aligerar la ropa.
A lo que iba. Es verdad que la vida urbana nos ha hecho perder muchos conocimientos valiosos. Ignoro mucho más que lo que conozco respecto a todo y mi desconocimiento es “sideral” respecto a las cosas del mundo rural, pero confieso que me provoca escalofríos saber que quemar el monte, destruir la propia riqueza de forma intencionada y brutal ha formado parte siempre de la parte negra de ese cosmos tan ajeno. Aquí en el metro preferimos pensar que detrás hay intereses económicos oscuros porque de otro modo nos resultaría monstruoso e incomprensible. Pero la verdad es que el monte no se quema, lo queman, siempre se ha hecho, siempre se ha sabido. Siempre ha sido monstruoso.
En este momento escribo sin saber si se habrá conseguido apagar el incendio provocado en las Fragas de Eume, en Galicia, pero sí sé que no será fácil recuperar esa fabulosa mancha de bosque atlántico, que ha perdido 750 Hectáreas, 350 de ellas de excepcional valor ecológico y naturalístico.
Han dicho las autoridades locales que " la sociedad está harta" de los pirómanos. Que "no está dispuesta a permitirles seguir impunes” y también que se les perseguirá “con la misma fuerza que se denuncian las acciones delictivas" (sic). ¿Por qué queman el monte? ¿Quién sigue impune? ¿Es que antes no eran acciones delictivas?. De verdad que no entiendo nada. Voy a bajar a por una caja de analgésicos.
Publicado en DANOK Bizkaia el 4 de abril de 2012
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