viernes, 26 de octubre de 2012

25 de octubre. Día de San Crispín

Batalla de Agincourt. Miniatura S XV

Me recuerda mi compañero José Antonio Delgado que hoy, 25 de octubre, no solo ha sido el día de Euskadi sino también el día de San Crispín, en el que franceses e ingleses se enfrentaron en la batalla de Azincourt (o Agincourt), que nadie como Shakespeare inmortalizó en su obra Henry the fifth.

El Estatuto que votamos democráticamente aquel día es el acto fundacional de la Euskadi que conocemos y el inicio definitivo de nuestro autogobierno democrático (porque hay otros).

Entonces el pueblo vasco consiguió su propio Parlamento (que hemos renovado hace días), su Gobierno, sus instituciones y su misma existencia como realidad política. No hay fecha más importante en nuestra historia y justo es que así se recuerde. Fue el Estatuto y ninguna determinación telúrica lo que hizo del País Vasco un entorno político y un espacio de reconocimiento mutuo y de convivencia.

Fue, por tanto, un acto cívico y no un mito lo que nos hizo sociedad. Y quienes tuvimos la ocasión de estar allí tenemos derecho a conmemorar aquel momento con orgullo. Si alguno es amante de la épica, puede aprovechar la coincidencia de fechas y sentir que perfectamente podría ser él o ella uno de aquellos soldados del rey inglés a los que dirigía la famosa arenga:

Nosotros pocos, felices pocos, nosotros, grupo de hermanos;
Pues el que hoy vierta conmigo su sangre
Será mi hermano; por villano que sea,
Este día le hará de noble rango:
Y muchos caballeros de Inglaterra, que ahora están en la cama
Se considerarán malditos por no haber estado aquí,

Igual que en Azincourt aquel 25 de octubre de 1415, en Euskadi la sangre y el miedo también han estado presentes en una batalla victoriosa al fin como aquella, pero que ha durado mucho más. A quienes lucharon por nuestra Euskadi democrática entonces y durante todos estos años; Agur eta Ohore.





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