lunes, 20 de enero de 2014

El PSOE se hace republicano


La decisión del PSOE de hacer en noviembre elecciones abiertas para la elección de candidato a Presidente de Gobierno puede significar una auténtica revolución en la política española y, desde luego, lo será en el Partido Socialista. A poco que la cosa funcione y los ciudadanos se animen a participar, el voto de los propios militantes se convertirá automáticamente en muy minoritario en relación con el peso del de los simpatizantes. Ocurrirá así aun sin necesidad de acercarse a las cifras de franceses o italianos que participaron en las elecciones primarias de sus correspondientes partidos socialistas. Se abre de este modo una interesante incertidumbre.

Tanta, que el secretario de Organización socialista, Oscar López, ya ha dicho que no sabría definir las expectativas socialistas de cómo pueda la ciudadanía reaccionar y lo ha hecho apelando, con razón, a la novedad absoluta de este procedimiento para la designación del candidato o candidata.

No sé si son los mejores tiempos para pedir a la ciudadanía una implicación en la vida de los partidos. La cosa puede acabar como un sano revulsivo que ilusione a la gente y la movilice al ver que se atiende, por fin, a la tan reclamada transparencia, pero también puede convertirse en una ocasión propicia para abofetear a la política en general. Los socialistas habrán dado la cara, ciertamente, pero para que se la partan.

De lo que pocos hablan es de que este proceso abre un nuevo escenario dentro del propio PSOE. Hasta ahora se había dado por hecho que quien controlase el partido era automáticamente el candidato y, si los electores le daban la mayoría, era también Presidente del Gobierno.

El PSOE siempre ha manifestado su vocación republicana. Sin embargo en sus estructuras internas reproducía, con paradójica similitud, la estructura de poder del Reino de España, con un Presidente del Partido, ciertamente electo pero sin poder real: (Rubial, Chaves, Griñán) y un Secretario General que era quien, mejor o peor, gobernaba efectivamente el PSOE (González, Almunia, Zapatero, Rubalcaba) cargo que, en su caso, compatibilizaba con La Moncloa.

Las primarias implantadas ayer van a suponer la creación a partir de ahora de dos poderes dentro del PSOE: Por un lado el que ostentará, y con gran legitimidad si todo sale bien, la persona que encabece el cartel socialista y, por otra parte, el poder que corresponda al Secretario General que dirija el Partido en la sede de Ferraz por decisión del congreso interno que le haya elegido.

Dos poderes reales y efectivos, elegidos independientemente uno del otro es, justamente, lo que caracteriza a los regímenes republicanos occidentales (Presidente y Primer Ministro) y es un modelo que cuenta con muchos partidarios dentro del PSOE pero, curiosamente, fue ayer mismo cuando el propio partido estrenó internamente esa estructura. ¿Se habían dado cuenta?


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