martes, 2 de julio de 2019

Madrid Central, un símbolo en el aire


Lo malo de los símbolos es que, para bien o para mal, adquieren una relevancia exagerada que va más allá de lo que son realmente.

Si Madrid Central no fuese un símbolo y se hubiese quedado en lo que es: una simple ordenanza limitadora del tráfico, como hay otras mil en la ciudad, hoy podríamos hablar de modificarlo en lo necesario y respetarlo en lo acertado. Pero no. No podemos.

No podemos porque Madrid Central es el emblema de “los nuestros” o el del “enemigo”, que es el nombre con el que se señala de nuevo en España al otro.


En mi artículo de esta semana en Vozpópuli hablo del peligro de convertir cualquier cosa, incluso las más normalitas, en símbolos de identidad propia o del "enemigo". Puedes leerlo entero aquí.

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