El partido que se dijo heredero de aquel 15 M asambleario y lleno de círculos se asienta como un círculo único y perfecto con un centro inamovible que es el vicepresidente del Gobierno.
Sánchez también recolocará a algunos cargos. Como si se tratase de un Real Decreto Ley hacia el partido, tales cambios quedarán validados a toro pasado sin ninguna duda.
Lla democracia burguesa, individualista, participativa, enredadora y siempre polémica ha sido reemplazada por tres pilares simples y efectivos: la imagen personal de los líderes, una identidad feroz contra “el otro” y un relato corporativo elaborado por profesionales de la comunicación.
En mi artículo de esta semana en Vozpópuli me fijo en cómo el Gobierno va a ocuparse de poner orden en los partidos desde los que espera recibir apoyo militante cada día. Puedes leerlo entero aquí.
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