sábado, 19 de noviembre de 2022

¿De qué sirve saber dónde está España?

Hace unos días me pasaron un vídeo de esos pretendidamente simpáticos en el que las víctimas del entrevistador eran jóvenes que ignoraban, entre risas, conceptos fundamentales de geografía y de otras materias. Como el objetivo evidente era burlarse de los chicos y chicas, la pieza había sido sin duda editada y seleccionadas las respuestas erróneas más espectaculares y divertidas, claro está. 

Pero yendo un poco más allá pensé si esos conocimientos que los mayores damos por indiscutibles lo son de verdad en un mundo que ya es tan distinto al nuestro.

Hoy parece que no es ningún problema viajar a México y no saber situarlo en el mapa. Tener orígenes familiares en otro país, pero ignorar dónde está este e incluso dónde está España o estar a punto de entrar en la universidad y no saber señalar Japón en un mapa. Nada debe estar lejos si se puede volar a Marruecos por 10 euros, a Sicilia por 15 o al Báltico por 33 (comprobado ahora mismo) por lo que es natural que viajar no tenga para esos jóvenes el significado casi de aventura que podía suponer para nosotros.

Décadas cuestionando si tales o cuales conocimientos servían o no para algo útil parece que han desembocado, por fin, en un mundo realmente muy distinto al de las generaciones anteriores. Tras la mezcla de sorpresa, hilaridad e indignación que nos causa ese video, conviene preguntarnos ¿y si el universo de estos jóvenes fuese así de diferente? ¿Y si los estándares de conocimiento de hoy fuesen otros?

Yo confieso que no sé editar un video para TikTok, no soy capaz de crear hashtags, he tardado años en saber que se podía mencionar a alguien en WhatsApp y aún me cuesta entender que un avatar es un personaje ficticio y no una anécdota real. Si me preguntasen en la calle por estas destrezas, tal vez la víctima del cachondeo general sería yo.



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