(Útil para las mujeres)
Si habéis tenido contacto con el mundo de la informática alguna vez habréis oído hablar de este concepto, aplicado a los ordenadores. Se utiliza como sistema de seguridad para que en caso de fallar el sistema operativo, instalado en una de las dos partes del disco duro, al reinstalarlo no se pierdan datos que quedan contenidos en la otra mitad. No sé si es una definición atinada pero a los efectos de lo que quiero explicar nos va a valer.
Es como si los hombres tuviéramos un disco duro para los temas de trabajo y otro, diferente, para los asuntos personales y familiares.
Cuando un hombre está concentrado en su trabajo, utiliza uno de sus discos duros, el que contiene los datos que necesita para trabajar y tiene inoperativo el correspondiente a los asuntos domésticos o personales. Es inútil llamarle, por ejemplo, para que recoja las camisas de la tintorería que le pilla de paso al regresar a casa. Inútil. Sin duda os escuchará y os dirá, plenamente convencido, que vale, que sí, que las recogerá. Pero habéis de saber que es muy poco probable que se acuerde. Sí, ya se que es una chorrada, que no tiene ninguna dificultad, ya lo sé. Pero lo que sucede es que lo de la tintorería está en la parte de su memoria destinada a los asuntos domésticos y esa parte permanece desconectada mientras trabaja. Os ha oído, os ha entendido y os ha contestado pero es casi imposible que lo haya retenido porque esa información no es aceptada por su cerebro, aplicado en ese momento a su trabajo y SOLO a su trabajo. Cuando llegue a casa y abra la puerta se conectará automáticamente la partición “doméstica”. Entonces y solo entonces, recordará el recado que le disteis de la tintorería por delante de la que ha pasado hace dos minutos.
Un buen truco es asegurarte de que ha apuntado en un papel el recado en el mismo momento en que se lo das. Ni un segundo después. No siempre funciona pero si es una persona ordenada es más posible que al salir del trabajo, una vez desconectado el disco duro laboral, vea el papel y se acuerde. En todo caso no os hagáis muchas ilusiones.
Es probable que esta forma de funcionar tenga que ver con la importancia decisiva que la mayoría de los hombres le damos a nuestro trabajo, sobre todo si nos gusta. Seguramente es un defecto que tiene que ver también con los modelos o roles que la sociedad nos ha asignado históricamente a hombres y mujeres. Pero sospecho que algo hay dentro de nuestra cabeza que se podría asimilar a ese concepto informático. En todo caso comprender que las cosas son así y no de otra manera os ayudará a vosotras, y a nosotros.
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