(Útil para los hombres)
Te habrá pasado montones de veces con las mujeres. Que haces una pregunta con dos opciones y te responden “si”. Y tu te quedas ahí con cara de bobo, intentando saber sí a cual de las dos. Olvídate de adivinanzas. En contra de lo que te pudiera parecer el sí no es a la primera de las dos opciones. Es sí a lo que ella está pensando. La otra opción es simplemente que la ha desechado y ni siquiera la ha tenido en cuenta en la respuesta, por eso ha dicho “si”, porque ella solo ha captado una de las dos opciones, la que quiere.
Comprendo que esto sirve de poca ayuda así que vamos a ver cómo podemos salir de este embrollo. Evidentemente puedes preguntar de nuevo ¿sí a carne o sí a pescado?, pero ten en cuenta que, puesto que a ella la respuesta le parece obvia, esa pregunta puede provocar una respuesta airada del tipo ¡Nunca me entiendes! o ¡es que no me escuchas!. El método más sutil es continuar hablando como si le hubieses entendido. Si eres capaz de continuar conversando como si nada (es difícil) lo más probable es que de lo que ella diga a continuación puedas deducir cuál es su preferencia. Por ejemplo, tu dices, “yo voy a comer pescado, ya como demasiada carne”, ella seguirá hablando con toda probabilidad y seguramente podrás obtener su respuesta de lo que diga a continuación. Es molesto, lo reconozco, porque a veces la información se demora bastante y mientras tanto tú tienes que mantener el tipo como si le hubieses entendido en su momento pero tiene la ventaja de que de este modo le evitarás a ella la sensación de que no le comprendes cuando habla, que les resulta desagradable por más cierta que sea.
En todo caso lo mejor es desechar siempre las preguntas con dos alternativas y decir ¿quieres pescado? De esa forma evitas el momento fatal de tener que aplicar una estrategia tan incómoda.
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