miércoles, 6 de julio de 2011

Demasiados periódicos vendidos


News of the World (NOTW) es un periódico muy vendido en el Reino Unido y del que es propietario Rupert Murdoch, uno de los hombres más ricos e influyentes del mundo. El diario es una más de las muchas cabeceras de su propiedad. El histórico The Times es también parte de su cuadra de medios.

Murdoch es un buen ejemplo de quienes entienden el periodismo como un producto más con el que hacer dinero. Cada uno de sus periódicos se especializa en una línea editorial al gusto de los consumidores (antiguamente lectores) a los que pretende y aquí paz y después gloria. En España también pasa. La calidad, el derecho a la información, la honestidad profesional y el propio respeto por las personas son, para este tipo de empresarios, pintorescas rarezas del sector en el que ellos están para ganar siempre. Rarezas que -claro está- decaen en cuanto se trata de facturar.

Scotland Yard investiga ahora si los periodistas del diario interceptaron o no teléfonos móviles de víctimas de los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres para obtener titulares sensacionalistas tras haberse sabido que el periódico pinchó efectivamente el buzón de voz del móvil de Milly Dowler, una niña de 13 años que desapareció en marzo de 2002 y apareció asesinada seis meses después. El investigador encargado no sólo interceptó los mensajes que entraban en el móvil de la niña, sino que cuando el buzón se llenó borró los más antiguos para que pudieran seguir grabándose nuevos mensajes y poder así seguir suministrando información al periódico que le pagaba. Mientras tanto los padres de la niña secuestrada y asesinada mantenían la esperanza en base a los movimientos de su teléfono, ignorando que quien borraba los mensajes no era su hija Milly sino alguien al servicio de la cuenta de resultados de un periódico.

Existe la sospecha de un sistema perfectamente organizado de pinchazos en líneas privadas y por eso Scotland Yard examina ahora con lupa cada caso mediático de asesinato o secuestro en el país desde 2001. Sospechan que los familiares de desaparecidos o asesinados también podrían haber sido espiados, incluidos los de la niña Madeleine McCann, desaparecida en el Algarve Portugués.

Lo cierto es que, aunque el escándalo ha estallado ahora, no hay ninguna diferencia moral entre pincharle el teléfono a alguien de la Casa Real Británica, a un famoso, a una modelo, tal y como ese periódico había hecho ya antes a menudo, o hacérselo a una niña secuestrada o a la víctima de una bomba. Lo que importaba era la noticia, la sensación y el gran titular. No sé si son demasiados periódicos vendidos o periódicos demasiado vendidos.

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