domingo, 1 de diciembre de 2013

Barakaldo desaparece


Tenemos menos hijos. Los jóvenes dejan de serlo sin conseguir la casa que todo casado quiere. El arroz se les va pasando mientras su confianza en el futuro se acompasa con sus salarios -es decir- cae. O tal vez solo sea que las series de TV terminan demasiado tarde. ¡Vaya usted a saber! Por si fuera poco la crisis golpea con dureza a los fértiles inmigrantes, que se nos van. Algún idiota se alegrará de ello.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó hace días un estudio en el que se confirma la tendencia: De seguir el camino que llevamos, y nada apunta a que cambie, Euskadi habrá perdido en sólo diez años la población actual de Barakaldo y de Basauri juntas (unas 143.800 personas).

En su inolvidable canción “Mayo”, Imanol cantaba “ha muerto ya Barakaldo” pero se refería a la contaminación, no a la población. Ni él ni nadie podía imaginar entonces que llegase a ser casi cierto. De hecho nunca se había dado tal situación, salvo en la Guerra Civil o en la epidemia de gripe de 1918, 1919.

En toda España la población disminuirá en 2.600.000 personas y la tendencia no podrá ser ya revertida por los nuevos nacimientos puesto que se prevé también una dramática disminución de las personas entre 20 y 49 años. Imagine, por ejemplo, que Euskadi y la Rioja fuesen un desierto, o tal vez un bonito parque natural, pero en todo caso sin vida humana. Uff.

Obviamente la caída de población estará repartida pero asusta imaginar por un momento el silencio, los cristales rotos, los coches abandonados, los árboles colonizando fachadas y edificios, el polvo que ya nadie barre levantado por el viento en calles desiertas y oscuras.

No será una peli catastrófica de ciencia-ficción pero tampoco ningún cuento de hadas. Menos gente son menos bocas pero también menos manos, menos cerebros, menos imaginación, menos cultura, menos riqueza. Siempre hemos dado por hecho que seguiríamos creciendo, estábamos a otros problemas pero no a éste. Sin embargo ahora sabemos que a las muchas incertidumbres que nos asaltan deberemos añadir otra que nunca creímos posible pero con la que tendremos que apañarnos. Solo una recuperación económica que vuelva a traernos rápidamente nuevos inmigrantes podrá parar esta caída.

Me pregunto por qué esta noticia tan importante ha pasado por los medios con tan poco ruido. Que si, como cantaba el tango: 20 años no es nada, 10 son aún menos.

2 comentarios:

Rafael dijo...

El llamado "problema" de la caaída de población es un tanto falso. LA población solamente debe considerarse una unidad a nivel mundial, es decir, "la humanidad". La humanidad, desde sus remotos orígenes, se viene moviendo y asentándose allá donde hay posibilidades de prosperar, desde los ardientes desiertos alos inhóspitos polos, pasando naturalmente por la templada Europa, incluso por Baracaldo y por Euskal-Herría.
Para retener a las personas, jóvenes y con ganas de procrear,incluso de alimentarse, ponemos todo tipo de obstáculos. Todo tipo, pero, lo que se dice, ¡TODO TIPO! desde trabas legales hasta cuchillas, pasando por xenofobias varias, barreras lingüísticas, etc.
El problema de Baracaldo, como el de cualquier zona de las que tuvieron un auge ligado ala industria es que hoy en día viven el declive (económico, social, cultural... demográfico) ligado a la desaparición de ese modelo de desarrollo (el industrial). Éso es lo que nos debería preocupar: ¿cómo no slo montamos para crear riqueza en Euskadi (España... Europa, etc.) como para generar empleo para la población existente y para que la del porvenir pueda mantener una pirámide demográfica razonable para nuestra vida social?...
¡Como diría Manolito, el de Mafalda... ¡Dátis!... ¡Dátis decuestion!

Socialistas de Margen Derecha dijo...

Queremos disfrutar de la vida sin hijos, queremos que no nos molesten los inmigrantes, queremos que se respete nuestro derecho al ocio... Queremos todo, gratis y ya.
Pero la vida nos despertará pronto de este sueño adolescente en el que nos hemos sumergido.