Foto Fernando Bustamante. La información de Alicante |
Leo que algunos responsables televisivos se han sentido
ofendidos porque crezca la sospecha de que pudieran estar preparando algún programa
especial llevando a sus platós a Miguel Ricart, recién liberado tras 21 años en
prisión por el crimen de las niñas de Alcàsser.
“La pregunta es insultante”, ha protestado ya alguno de los responsables de ese tipo de programas. Niegan que quieran dar “minutos de gloria a un asesino temido y repudiado” y alguno hay que se ha preguntado indignado: “¿por qué hay esa imagen de que los reporteros de TV van con un talonario detrás?”. La respuesta es bien simple: Porque hay reporteros de TV que van con un talonario detrás. Justo por eso mismo. Y además con un talonario que se usa a menudo para comprar la presencia y las palabras, ciertas o falsas (que eso da lo mismo) de cualquiera que genere el suficiente escándalo como para que les compense la audiencia; auténtica diosa pagana de la TV, a cuya voracidad insaciable se sacrifican la honestidad, la calidad, la decencia y lo que haga falta. Así que lo del dinero es lo de menos.
Hay tantos precedentes de indignidad en este tipo de
programas (incluido alguno relacionado con ese mismo crimen) que no comprendo
que puedan ahora extrañarse de que se les ponga bajo sospecha. Es sabido que a
Ricart y a otros delincuentes se les ha seguido y perseguido, micrófonos y
cámaras en mano, para obtener declaraciones, así que no faltan motivos para esa
sospecha. Incluso, ya puestos, quién sabe si no habrá sido la misma reacción
ciudadana lo que ha abortado el previsto bombazo.
Sea o no así lo que no es de recibo son sus protestas. Son esas personas que, para oprobio de esa
profesión se hacen llamar periodistas, las que han creado la idea de que cualquier
acusación, sospecha, revelación, duda…se apoye en datos, en suposiciones o en
meras imaginaciones delirantes de cualquier lunático gritador es susceptible de
ser emitida para millones de personas y debatida públicamente durante horas. Quienes
nos han acostumbrado a ver como normal que la reputación de cualquiera sea
destripada en sus programas no son los más adecuados para protestar ahora, cuando
sobre ellos recaen sospechas sobre si tenían o no previsto pasarse de la raya también
esta vez.
1 comentario:
Televisión, la basura como norma. Aunque haya excepciones a la regla.
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