Lo que la gente no quiere es que le recuerden lo incómodo, lo cobarde que fue la sociedad vasca, lo bien que se adaptaba en silencio a los asesinatos de sus vecinos.
En mi artículo de esta semana opino que serán los artistas y no los políticos quienes decidan finalmente cómo se contará la parte de la historia más negra del País Vasco. Puedes leerlo aquí.
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