No sé por qué se instala tan fácilmente esa certeza, absurda pero firme, de que las elecciones nos traerán las soluciones definitivas a los embrollos políticos.
Los mensajes, las consignas y las declaraciones van todas a muerte contra los adversarios, convertidos en enemigos irreconciliables a batir hasta su exterminio en los campos del honor electoral. Nada de eso tan épico va a pasar.
Foto Uly Martín en El Pais |
Mi artículo de esa semana lo dedico a preguntarme lo que nunca se puede preguntar en una campaña electoral: ¿qué pasa si no salen las cosas como nos gustaría?. Puedes leerlo aquí.
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