miércoles, 17 de marzo de 2021

Cuando la política se olvida de la ideología

 

Tenía razón Pablo Casado cuando se quejaba en estos días convulsos de que hay quien entiende la política como una partida de ajedrez. Yo creo que se quedó corto, que en realidad hay quien la entiende como uno de estos juegos de rol, como una actividad en la que el único objetivo es ganar en un entorno de antagonismo acotado y sin conexión con la realidad.

Sin embargo, la política no es un juego sino una herramienta de transformación de la sociedad y de la vida de la gente.

Hay quien no sabe nada de política, aunque sepa bien cómo ganar elecciones. Se hacen llamar a sí mismos “spin doctors” y son profesionales muy apreciados, lógicamente. Pero no son políticos.

Un partido sin alma, sin ideología, no transmite una forma propia de ver y sentir el mundo, se queda sin sueños, sin proyectos y se convierte en una pura herramienta electoral.

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1 comentario:

Rafael Iturriaga dijo...

Y yo, que estoy de acuerdo con los dos. Con Portillo y contigo, añadiría (como le añadía Hernández a Fernández)... "una cosas más".
No creo que los partidos, es decir, las personas que están ejerciendo el poder, o que piensen ejercerlo en cuanto puedan, carezcan de ideología. Eso es lo que se creen ellos, en general. Carecen de un discurso ideológico estructurado. No tienen un plan, ni un "relato", como se puso de moda, como pprimer sucedáneo del discurso. Pero, si vemo slo que hacen unos y otros, nos daremos cuenta de que en la eterna lucha (de clases, de grupos sociales, de todos contra todos, en fin) utilizan l aherramienta del poder, allá donde están, para favorecer a unos y perjudicar a otros. La ideología resulta ser, pues, una deducción, no un anticipo, ni una promesa. Es más, se oculta voluntariamente cualquier arista, pues, las "aristas" pueden hacer perder algún teórico voto para estos partidos "catch at all". Miremos, pues, los hechos... Y deduzcamos la ideología resultante. como decía el viejo (y olvidado) Marx: "el ser social define la conciencia". O , como decía el también olvidado Jesús de Nazareth (Mateo 7, 15-20)... "por su sobras los conoceréis"