En el nacimiento de Euskaltel hubo una inocultable visión “nacional” un tanto rancia pero muy de aquel momento en que se construía la autonomía.
Se pretendió que tuviéramos una Compañía Telefónica Nacional de Euskadi, que no podría llamarse CTNE, porque esas siglas ya estaban cogidas.
Que su nacimiento tuvo un claro tinte político lo demuestra que su creación hubo de negociarse entre Xabier Arzalluz y José María Aznar.
Al final ha resultado que unos fondos de inversión y unos operadores internacionales serán quienes manejen una infraestructura que nació, con mas o menos acierto, de la iniciativa y el dinero público, del de usted y del mío.
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