Ayer, por cortesía de Iberdrola, pude pisar la azotea de aquel edificio que ya no es una maqueta como aquella con la que Ángel, Javier y yo anduvimos pisando ferias y exposiciones, sino una realidad.
La torre y la plaza de Euskadi frente a ella han quedado fantásticas.
1 comentario:
Que envidia. Yo también quiero.
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