Alguien ha sabido que la vida da vueltas, a veces para bien y otras no. Que lo de hoy, puede ser distinto mañana. Tal vez lo haya aprendido mirando la autopista actual desde los mismos muros que en otro tiempo vieron llegar por esos campos a tropas portadoras de odio y muerte o en algún momento al mismo virrey del Perú, natural del lugar.
Para un vasco, como yo, acostumbrado a ver cómo en mi tierra a cada momento la historia se pretende negar, tergiversar y retorcer para hacerla encajar como sea con los deseos y argumentos del poder, ver estas placas en las esquinas de las calles primero me sorprendió y después me pareció un acto de sabiduría y respeto de un pueblo por sí mismo. Precisamente lo que a veces no encuentro en el mío.
1 comentario:
Me parece un acto de sabiduría recordar los momentos históricos en los que las calles han ido cambiando de denominación .
En Euskadi es posible que no se quiera recordar tiempos pasados próximos que ante el cambio de denominaciones , al menos nos llevarían a investigar quiénes eran los anteriores nombres y por qué se impusieron esos nombres a la calle y así estudiar o repasar la historia.
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